Capitulo 8 Mientras tanto...

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Luego de la llamada de su amigo Iván, Cristhian se sintió un tanto preocupado e intrigado al mismo tiempo. Aunque decidió esperar la llegada de su amigo para saber lo que ocurría.
Paso hasta media tarde en su consultorio trabajando con unos pacientes antes de regresar a la estancia con su hermosa y amada esposa, sus hijos de tres años se encontraban de viaje con sus abuelos, lo que significaba que tendría la completa atención de su mujer y no desaprovecharía la oportunidad de tenerla solo para el. 
Condujo hasta una floreria y compró un gran ramo de rosas rojas y una caja de chocolates que eran los preferidos de su esposa. Salió y emprendió el camino de regreso a la estancia. 
Entra en la gran casa con las flores y los chocolates y fue directo a la terraza donde sabía que su esposa tomaba diario su café. 
La encontró sentada leyendo un libro totalmente sumida en su lectura,  se recargo en la puerta de vidrio y la observo sin poder contener la sonrisa como cada tarde que llegaba y la encontraba ahí sentada. 

- Eres tan hermosa cuando lees...
- Solo cuando leo Cristhian? 

No puede evitar reír divertido al escucharla... Se acerca con lentitud hasta ella y pone frente a si las rosas y los chocolates que le trajo... 

- Tu eres hermosa cada segundo del día... 

Y acto seguido la besa apasionado y lleno de ansias.
Verónica responde a su beso sin dudar y rodea su cuello para intensificarlo... 

- Como estuvo tu día preciosa? 

Pregunta Cristhian sentándose frente a su esposa y besando su mano antes de observarla. 

- Muy bien cariño,  el tuyo? 
- Algo largo sin ti a mi lado mi ángel...

Verónica sonríe divertida como cada día desde que se casaron hace tres años... 
Su vida es plena y dichosa, llena de amor. Su marido Cristhian cada día la consiente en todo,  vive pendiente de sus antojos y todo lo que la haga feliz... 
Sirve otra taza ya preparada para su marido y se la entrega antes de servir un poco más de café en la suya.  

- Es bueno saber que me extrañas aún después de tres años de casados.
- Y cada segundo sin ti es una tortura preciosa...  Pero dime una cosa mi reina. 
- Lo que quieras amor mío...
- Como es que una diosa como tu,  puede fijar sus magníficos ojos en un simple mortal como yo? 

Ríe ante la pregunta de su esposo y solo se encoje de hombros al responder pensativa...

- Porque eres el dueño de mi alma Cris...  Siempre fue así,  te amo con toda mi alma... 
- Y yo a ti reina mía... 

Dice sonriendo mientras roba un beso fugaz de sus labios... 
Charlaron un rato aún en la terraza de varias cosas que tenían pendientes con un proyecto en el que Verónica estaba involucrada, luego de un par de horas la mencionada noto algo distraído a su marido y con ternura pregunto... 

- Cariño...  Que te preocupa? 

Cristhian la observa y sonríe sin poder evitarlo. 

- No es nada hermosa,  solo me preocupa un poco Iván. 
- Porque?  No dijo que estaba bien y que en unos días más estaría de visita? 
- Si...  Pero mencioné que no vendrá solo? 

Algo sorprendida por esa novedad lo mira con curiosidad... 

- No lo hiciste,  traerá una chica?  A caso una novia? 

Pregunta divertida... 

- No,  es su mano derecha en la empresa. Estarán unos meses aquí en Londres por trabajo. Pero quiere pasar con ella unos días antes de tu fiesta aquí en la estancia.  Dice que necesita de mi ayuda. 
- Y que te preocupa? 
- Algo me dice que esa chica no esta pasando un buen momento.  Lo que no entiendo es en que tiene que ver Iván. 
- Cariño...  Conoces mejor que yo a Iván,  si pide tu ayuda es porque es importante.  El te dirá todo en cuanto este aquí.
- Lo se preciosa...  Pero si te molesta que le dijera que podían quedarse aquí, tu solo dime y lo arreglaré. Si? 
- Que dices Cristhian?  Porque me molestaría? Claro que no.  Iván es de la familia y si trae a alguien con el estoy segura que es una buena mujer. 
- Eres muy dulce, lo sabes? 
- Por eso me amas...  No te preocupes Cristhian ya sabrás lo que esta pasando.  Le diré a Misael mañana que prepare un par de alcobas para ellos....
- Gracias  preciosa... Bueno dejemos las preocupaciones un rato.  Que quieres cenar esta noche?
- Ya me ocupe de la cena Cristhian...  Pero si lo deseas puedes hacer algo por mi... 
- Lo que mi reina desee lo tendrá.   Tu solo manda ángel mío... 
- Haz me el amor Cristhian...  Haz me el amor como cada noche. 

Pide parándose un segundo y sentándose a horcajadas de su marido... 
El vestido que trae puesto si bien es ajustado en el pecho, cae amplio y suelto sobre sus piernas...  El pelo recogido en un moño algo haragán pero delicado cae sobre sus hombros descubiertos.
Cristhian rodea feroz su cintura y la mira deleitado por sus palabras... 
Aferrada a su cuello lo besa de forma intensa por varios minutos hasta que la falta de oxigeno en sus pulmones los obliga a liberarse...

- Tus deseos son ordenes para mi, mi reina... 

Dice levantándose con ella enredada a su cintura y besándola desenfrenado. 
Camina con ella a horcajadas aún hasta su alcoba parando en cada pared o mueble que encontraba en el camino para recorrer con sus manos el cuerpo de aquella mujer a la que tan desquiciada mente ama, que responde a sus caricias y besos ardientes sin dar un segundo de tregua al apasionado encuentro de sus cuerpos...
Horas después Verónica se hallaba laxa entre los los brazos de su marido que la sujetaba a su torso desnudo... Sus cuerpos hervían y sus corazones latían feroces.

- Te amo tanto Cristhian... 

Susurro casi ya dormida...
Cristhian sonrió y la apretó más a su cuerpo, cayendo juntos en un profundo sueño...
Se amaban con intensidad y luego de los años de sufrimiento que verónica había atravesado su marido hacia todo lo que en sus manos estaba para hacerla la mujer más feliz del mundo y con eso el era igualmente feliz.

Tus ojos Mis Grilletes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora