capitulo 41

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Nada se puede sentir mejor que el saberse padre... 
Que el saber que la mujer que amas con desquiciada necesidad te hace el regalo más importante de tu vida, un hijo...
Así se sintió Iván al descubrir que ese pequeño en el muelle era suyo... 
En cuanto Isabella estuvo frente a su puerta todo cobró sentido para el,  el como se sentía en cuanto puso un pie en Suiza,  esa extraña sensación que lo mantenía en alerta máxima,  advirtiendo en manera silenciosa que todo estaba por cambiar,  el ver su viva imagen en el pequeño en el muelle, el sentir terror por saberlo en inminente peligro de muerte y que su corazón doliera obligando a su cuerpo reaccionar y proteger a ese pequeño ser...
Pensaba en eso y en nada,  aún tendido sobre la cama mientras veía a Isabella entre sus brazos dormida...
Ahora se sentía tan en paz...
Miro el reloj de la mesa de noche y se levantó con cuidado. Tenía esa necesidad de verlo y sentía que pronto el niño despertaría,  era medio día y tendría que almorzar. 
Conocía a Isabella e imaginaba que si era  perfección a la hora de trabajar como madre eso sería al menos tres veces más...
Sonrío solo de imaginarla,  Salió de la alcoba y abrió la puerta enfrentada en completo sigilo, encontrando a el pequeño Nico ya sentado en la cama con expresión temerosa por no ver a su madre... 
Se acercó sonriendo a la cama y se arrodilló en el borde... 
El niño al verle gateo sobre la cama y se arrojó sin más a los brazos de Iván lo rodeó sin dudar apegandolo a su pecho,  el corazón latió feroz, si antes de saber que ese niño era suyo ahora que lo sabía todas las sensaciones se multiplicaron por millón...
Lo cargo y salió con el pequeño rumbo a la alcoba dónde su mamá dormía... 
Lo dejo sobre la cama y vio como el pequeño enseguida fue a despertarle...

- Mami!  Mami!  Mami! 

Le llamo el niño a su madre de forma exaltada moviendo su brazo...
Isabella abrió algo confundida los ojos y enfoco la vista en su pequeño que reía, se sintió rápido observada y buscó al responsable de esa sensación.
Iván embelesado se recargaba en la pared frente a la cama observando deleitado esa magnifica ecena...
Su mujer en su cama y su hijo despertandole alegré...

- Mi dulce niño... 

Hablo la chica de forma dulce acariciando la mejilla del chiquillo, dejo un beso en su frente sin apartar la mirada de los ojos azules de Iván que la escaneaban... 
La veía embelesado con su niño, pero aún tenía esa sensación de no saber como actuar con su hijo. 
No era que no lo sintiera suyo,  porque claro que sabía y lo sentía en todo su ser que ese pequeño era su sangre. Lo que no sabía era lo que el pequeño sabía de el,  seguramente no tenía idea que fuera su padre... Eso dolió sin poder evitarlo,  sus ojos se obscurecieron pensando de forma inevitable que ese pequeño que el ya adoraba y por el cual daría su vida sin dudarlo, no tenía conocimiento de que el fuera su papá...
La voz de Isa lo sacó de la lugubridad en la que sin notarlo se sumergió...

- Nico...

Dijo la chica fijando primero los ojos en el pequeño y luego volver a observar los ojos fijos de Iván que no se apartaban de ellos dos..  
Isabella podía leer en la mirada del hombre que amaba la tristeza marcada a fuego,  y supo que hacer para ver encender el azul ese que la cautivaba sin remedio...
El chico la miro espectante y ella sonrío  notando con más claridad que su amado hijo era el vivo retrato de su padre... 

- Nico, te acuerdas lo que mamá te dijo de tu papá, verdad? 

Eso hizo que Iván se irguiera rápido y su cuerpo se tensara de forma imponente,  el corazón pesó tanto que tubo con dificultad que contener el aire en sus pulmones al escuchar la pregunta echa por la madre a su hijo.
El pequeño asintió divertido y volvió sus ojitos brillantes hasta el hombre recargado en la pared... 

- Bueno...  Te acuerdas lo que te dije que tenías que hacer si querías cuando lo vieras? 

Iván enarco una ceja, confundido... 
El chico solo se bajo de la cama y camino sereno hasta el,  no dijo nada y tiro suave de la tela del pantalón que Iván usaba, haciendo que se agachara y quedara a su alcance. 
Aún confundido Iván no dudo,  tenía la voz atascada y el pecho comprimido...

- Te extrañé...

Musito abrazándolo y haciendo que todo el mundo de Iván colapsará por completo... 
No pudo más...  Dejo salir las lágrimas que contenía respondiendo el dulce abrazo de su pequeño hijo y fijando los ojos en una Isabella que sonreía entre lágrimas de emoción viendo como su hermoso hijo sabía que el hombre ese que salvo su vida era su papá.
Ella no sabía que eso podía pasar,  jamás lo imaginó,  simplemente pensó que su hijo tenía el derecho de saber y conocer a su papá aunque no estuviera presente... 
No fue decisión de Iván no estar,  y ella lo sabía...
Nunca le dijo por sus temores de lo que pasara...
Pero si algún día su hijo quería saber le diría la verdad.
Al ser pequeño no podía entender toda esa amarga historia de dolor y amor entre sus papás. Por lo que decidió decir que su papá estaba de viaje, que volvería y cuando lo hiciera el lo podía ver...
Le mostró fotos de periódicos en las que su padre aparecía por lo que el niño podía reconocerle con familiaridad... 
La voz de Iván se escucho quebrada... 

- Y yo a ti mi dulce niño...  Y yo a ti... 

Repitió  meciéndose con el niño entre sus brazos... 
Se paró con el y fue hasta la cama dónde Isabella les veía y limpiaba las lágrimas emocionada,  se dejo caer sobre el colchón a su lado y deposito al pequeño justo en medio de el e Isabella...  Acarició la mejilla de la mujer de forma dulce, sonriendo con puro amor recorriendo por todo su interior, beso la frente del niño y beso cargado de esperanza a Isa acercándose más a ellos... 

- Los extrañé demasiado...

Repitió antes de volver a besar a los dos... 
Su mundo era ese... 
Esa mujer en su cama,  y ese pequeño en medio de ellos, ellos dos eran su razón de vida...
La burbuja de felicidad los invadió de golpe,  haciéndoles sentir tanta paz...

Tus ojos Mis Grilletes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora