capitulo 4

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Es una completa pesadilla...
Ese desgraciado! Ese maldito! Como carajos fue capaz de algo semejante?
Todo esto me repugna, pero aunque no quiera que esto pasara pasó. Y ahora Isabella carga con lo que Facundo le ha echo.

- Solo a eso venia?

Pregunta Isabella claramente deseando no hablar de eso.

- Temo que no.

La tensión de Isabella por este desagradable asunto es notoria y pronto palidece trastabillando...
Sus ojos se contornean e intenta sostenerse de algo para evitar caer.

- Isabella?

Digo al tiempo que veo como se empieza a desvanecer y rápidamente la sujeto de la cintura evitando que caiga...

- DIOS! Estás muy pálida...

Susurro mientras la guió a una de las sillas para que se siente.
El detective sirve rápidamente un café de la maquina expendedora en el pasillo y regresa agregando bastante azúcar y me lo da. Lo acerco a los lánguidos y descoloridos labios obligándola a beber...
Unos cuantos minutos después el color en sus mejillas poco a poco comienza a volver.

- Señorita... Lamento todo esto, solo quería ofrecerle poner oficiales a vigilar su casa.

Isabella niega poniéndose de pie...

- Se lo dije a mi abogado, y se lo diré a usted... No quiero nada de eso, solo quiero poder olvidar todo.
- Señorita, tiene que continuar luchando. No puede dejar que se salga con la suya.
- No lo entiende verdad? Yo hice lo correcto, yo denuncié... Pero de que sirvió? Para que volviera a salir? Si no lo hubieran liberado el nunca!! Y yo... Yo estaría viva por dentro como siempre lo estuve!

Grita llorando llena de rabia. Es claro que está desbordada y que todo esto la ha destruido incluso más de lo que yo siquiera puedo imaginar.

- Señorita, entiendo su frustración... Pero es imperativo tomar medidas...
- Imperativo? Esto es demasiado... Ivan si me disculpas quisiera salir de aquí, quieres mi renuncia?
- Claro que no Isabella, pero tienes que resolver esto. Que quieres hacer tu?
- Lo que yo quiero no pasara, lo mejor es que me concentre en mi trabajo y trate de solucionar el error que cometí antes de que se pierda del todo el contrato.
- No te preocupes por eso Isabella, puedes tomar el resto del día si quieres... O si precisas más días puedes...
- Gracias, pero no. Tengo que trabajar... Si me disculpan... Detective... Gracias por preocuparse pero no quiero hablar más de este asunto.
- Señorita de verdad lamento lo ocurrido, crea me que haremos lo que sea posible por...
- Lo se detective. Ahora si me disculpan...

Dicho esto Isabella se retira sin más. Dejándonos al detective y a mi solos en la sala de juntas.
Todo esto es más que inconcebible y por demás estoy asqueado.
Jamás pensé que algo así podría llegar siquiera a pasar, menos que el responsable de esta atrocidad fuera el maldito de Facundo.

- Señor Cuevas... Si usted pudiera interceder para que la señorita aceptara poner seguridad en su casa...
- Dudo que me escuche detective... Igualmente tomaré las recomendaciones suyas. Lo que quiero que me explique es porque ese tipo quedo libre?
El tenía condena de diez años por estafa y otros delitos. Solo dos han pasado de esa condena, porque esta libre?
- Redujeron su condena y salió en libertad condicional.
- Porque no me notificaron?

Estoy estupefacto a causa de todo lo que el detective me cuenta. Y luego de tres horas hablando con el nos despedimos.
Salgo directo a mi oficina encerrando me ahí...
No se que pensar, estoy por completo furioso y ahora cargo en mi conciencia lo que le paso a Isabella... Ella no merecía una cosa semejante.
Ya nadie queda en la empresa salvo un par de guardias cuando salgo de la oficina. O al menos eso pensaba hasta que vi la puerta de la oficina de Isabella al final del pasillo entornada y luces encendidas...
Fruncido el ceño camino directo hacia la misma, me detengo frente a la puerta y le escucho hablar por teléfono...

- Entiendo su molestia señor Quinteroz... Y crea me que nadie más que yo lamenta lo ocurrido en la junta de esta mañana. El error es completamente mio. Pero si me diera la oportunidad de solucionar todo esto estoy segura...

Hace silencio y asumo que Quinteroz esta diciendo algo...
Luego su voz de nuevo se hace audible...

- Se lo agradezco de verdad... Hablaré con el señor Cuevas mañana a primera hora para organizar todo y le notificare su respuesta. Muchas gracias, buenas noches... Y de nuevo lamento lo ocurrido.

Cuelga la llamada y a través de la pared de vidrio puedo verla claramente turbada sentada de espaldas a la puerta abierta
Golpeo y enseguida responde sin siquiera voltear a ver.

- Pase...

Dice desganada, Abro un poco más e ingreso. Parándome justo a mitad del camino en cuanto gira aún sentada en la silla. Está muy pálida y ojerosa.
Me observa en silencio confundida...

- Creí que se había retirado ya señor.
- Y yo que tu lo habías echo. Que haces aún aquí Isabella? son cerca de las Diez de la noche.
- Tenía que solucionar lo de la reunión de hoy...

Dice desganada...

- Isabella... Eso lo podías hacer por la mañana. No quiero que te quedes más sola en la empresa.
- No podía dejar pasar el tiempo, el error fue mío y tengo que resolverlo. Pero aprovechando que usted esta aquí, Quinteroz esta dispuesto a darnos otra oportunidad, solo si usted viaja a Londres a dirigir personalmente el proyecto.
- Eso serían cerca de seis meses fuera del país Isabella.
- Lo se señor... Pero si no quiere perder ese contrato es la única condición indeclinable que pone Quinteroz... La fastidie enserio. De verdad lo siento.
- No te preocupes. Ya resolveré que hacer, ahora vamos... Te llevaré a cenar.

Digo sin más...

- Le agradezco pero no se preocupe, yo traje mi coche y puedo irme sola.
- No lo discutiré Isabella, de seguro no has comido nada en todo el día. Además eso de que te quedes hasta tan tarde sola aquí no me agrada, no quiero que se repita.
- No soy una víctima, agradecería que no me tratara como tal.
- No te trato como víctima Isabella, pero hay un delincuente peligroso suelto y no me voy a dar el lujo de que vuelva a lastimarte. Ni aquí ni en ningún lado... Anda deja de discutir y vamos que muero de hambre.

Me observa en silencio unos cuantos minutos hasta que entiende que no desistiré.
Con desgano se coloca la chaqueta negra de cuero que llega hasta sus rodillas junto con su bolso y unas cuantas carpetas del proyecto en que estamos trabajando y sale a mi lado en un absoluto silencio.
El ascensor nos lleva directo al subsuelo y al salir diviso a los de seguridad que me acompañan a todos lados. Dos de ellos recargados en el capo de la camioneta 4x4 estacionada junto a mi Lamborginni Diablo color negro. Apresuro un poco mi andar y abro la puerta del acompañante para Isabella, ingresa en el coche y doy instrucciones de que lleven su coche a mi casa. Se enfadara en cuanto lo sepa, estoy seguro, pero a partir de mañana un coche la recogerá y la llevará dónde lo solicite acompañada de dos guarda espaldas. Al menos hasta que el maldito de Facundo este hundido tras las rejas así será.
Subo al coche también y emprendemos la marcha en completo silencio. Esto me resulta tan extraño pese a la situación. La observo de reojo sentada a mi lado, hasta ahora si bien siempre supe que es muy hermosa nunca me fije en ella de forma personal... O al menos no desde que supe que estaba comprometida para casarse con su novio de la preparatoria. Para mi entender una mujer comprometida con otro hombre es sagrada. Odio esas situaciones de engaños y traiciones. Y cuando hace seis meses canceló su boda solo dos semanas antes de ser realizada creí irresponsable y poco ético de mi parte involucrarme con una mujer que trabaja para mi. Una buena relación laboral con mi mano derecha no puede ser dañada por un arrebato pasional o carnal, aunque he de admitir que siempre me ha parecido demaciado hermosa, aunque ni ella creo fuera consciente. Pero si es infernalmente hermosa sin lugar a dudas.
Siempre arreglada de modo casual pero formal a la vez... Faldas ni muy cortas ni muy largas, siempre muy ajustadas... Camisas escotadas pero no de forma vulgar, sino por el contrario dejando que la imaginación se dispare. Delgada pero con curvas bien delineadas... Ojos grises cabello largo abundante rojizo y apenas ondulado. Siempre recogido castamente, pero en este momento suelto.
En fin sin lugar a ninguna duda una mujer guapísima por demás, muy inteligente y decidida. Pero ahora... Con todo lo que le ha ocurrido toda esa chispa que siempre irradiaba se ve muy lejana en ella...

Tus ojos Mis Grilletes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora