capitulo 9

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A las diez de la mañana golpearon la puerta de la amplia oficina de Iván,  se hallaba recargado en su cómoda silla de director observando a través de los grandes ventanales.  Caía una lluvia suave y sus pensamientos se perdían en lo que el detective le había informado una hora atrás.

- Adelante. 

Dijo sin más, estaba agotado mentalmente y por demás preocupado.  Se prendió el saco negro y volvió la mirada a la puerta que estaba siendo abierta.

- Buen día señor... 

Dijo la chica al entrar con una montaña de carpetas y documentos en sus manos.  Iván la observó sin poder evitarlo de pies a cabeza. 
Una blusa de cuello alto y mangas tres cuartos que se ajustaba perfecto a su delineado cuerpo de mujer, un pantalón beige de vestir tan ajustado como la piel de la chica y tacones no tan altos ya que la altura no era un inconveniente en ella, no era muy alta pero tampoco tan baja... Pelo suelto perfectamente  cepillado y un poco de maquillaje que apenas si cubría un poco las claras ojeras que hace meses se le marcaban.
Paso saliva sintiendo que no podía apartar la vista de ese cuerpo. 

- Buen día Isabella. 
- Me dijo Carol que quería verme en cuanto llegara? 

Iván miro su reloj antes de volver a decir algo.  Diez de la mañana... 
Enarco una ceja mirándola como si algo le molestase y la encaró...

- Creí decirte que no estuvieras aquí antes de las 11 am
- Había mucho trabajo pendiente y si tenemos que trasladar todo el trabajo a Londres por los próximos meses hay que ponerlo todo en orden. 

Se excuso con algo de tranquilidad. 
Ese comentario le brindo cierta satisfacción y no pudo evitar acomodarse en su silla y entrelazar curioso sus dedos sobre el escritorio al preguntar... 

- Eso significa que aceptas ir a trabajar a Londres? 
- Amo mi trabajo señor,  más que a nada en este momento de mi  vida... Y si para poder volver a enfocarme y enmendar el error que cometí tengo que radicar me un tiempo el Londres por el proyecto lo haré sin dudar. 
- Me alegra escucharlo Isabella,  pero dime una cosa, tiene que ver la intrusión de tu casa en la madrugada? 

Esa pregunta la tenso notoriamente y su rostro lo reflejo de manera imponente. 

- Como lo supo señor? 

Preguntó con la voz quebrada...

- El detective estuvo por aquí y me lo informo.  Porque no me llamaste Isabella? 
- No había razón para hacerlo... 
- Isabella, esto me preocupa.  No creo que sea bueno que te quedes sola. Y menos con todo lo ocurrido anoche. 
- No se tiene que preocupar señor,  igualmente gracias. 
- Tienes dónde quedarte hasta el viaje? 
- Ya reserve en un hotel. 
- Podrías quedarte en mi casa... 
- Su casa? Eso sería algo inapropiado...
- Si lo crees así estas equivocada Isabella.  Viajáremos en tres días,  tenemos mucho que organizar. Miralo por el lado práctico
- No quisiera incomodarlo, además no sabía que teníamos que viajar tan pronto,  hay que resolver aún lo de la estadía.
- De eso se están ocupando ya Carol y Cristina.  Pero de todas maneras estaremos una semana en la estancia de unos amigos que se radicaron ahí hace algunos años.
- No lo entiendo señor... 
- Verás, la esposa de uno de mis mejores amigos cumplirá pronto años y estoy invitado.  Como hace mucho que no voy de visita prometí pasar unos días en la estancia. 
Por eso partimos en cuatro días y no en quince. 
- Pero... Porque no viaja usted y yo lo hago cuando todo aquí este resuelto? 
- Porque aunque no trabajaremos directamente hasta dentro de tres semanas, aún así tenemos mucho trabajo pendiente, y te necesito en Londres desde el momento en que yo estaré ahí. 
- Tendré que ver si logro reservar vuelo... Con tan poco tiempo es algo complicado. 
- Isabella...  Saldrás conmigo en el jet.  Nada de reservas de vuelos,  ni hoteles...  Ni nada que se le parezca.  Además de que tienes días de descanso que no te has tomado aún.  Esa semana en casa de mis amigos aprovecharas a descansar al menos un poco. 
- Señor...  No cree usted que quizás sus amigos se sientan un poco extraños conmigo? No me conocen en absoluto. 
- Verás que les caerás de maravilla y apuesto que ellos a ti también te agradaran mucho. 
- Yo no suelo codearme con personas de su circulo social señor...  No quiero parecer una arrimada o igualada. 
- Escucha bien...  Tanto Cristhian como su esposa  Verónica son personas sencillas.  Poseen dinero y mucho,  aunque eso en lo más mínimo rige sus vidas. Viven en el campo para salvaguardar en su momento la salud y el bien estar de sus hijos antes de nacer,  y luego Verónica no quiso volver a su país natal. 
- Tienen hijos?
- Dos...  Un niño llamado Nathaniel,  y una niña llamada Isabella...  Como tu casualmente.  Son gemelos..  Y tienen tres años. 
- Entiendo...  Tendré que organizar mucho aquí antes de viajar.... 

Respondió pensativa...

- Por eso creo que lo mejor es que hasta que salgamos del país te quedes en mi casa.  Hay mucho por delante y tendremos más horas de trabajo de lo normal. 
- Si quizás usted tenga razón,  aunque le repito... No quiero incomodarlo en su casa.
- No lo harás Isabella,  la casa es más que grande solo para mi...  Y de esta forma podremos estar tranquilos los dos.  Tu no mal gastaras dinero en hoteles y yo no me preocuparé de que estés saliendo de madrugada de la empresa.  Podrás cumplir en horario normal el trabajo en la empresa y si hace falta trabajar más horas lo podemos hacer desde mi estudio en mi casa.  No en vano tengo el lugar equipado para trabajar desde ahí cuando no deseo venir a la empresa. 
- Esta bien... Si de verdad cree que es lo mejor.
- Lo creo Isabella. Ahora antes de que te encierres en la oficina con los pendientes dale la dirección del hotel donde reservaste a Estefano para que valla por tus cosas.  Y las llaves de tu casa para que se encargue de organizar el traslado de todo lo llevarás a Londres.  Al ser un viaje extenso no nos detendremos en hoteles.  Se adecuara una casa con las necesidades de los dos, dale una lista a Estefano y una a Carol para que dispongan de lo que necesites.
- Eso es demasiado señor,  yo puedo organizarlo todo esta noche. 
- No Isabella.  Tenemos muchos pendientes. Irás directo de aquí conmigo a mi casa. 
- Como usted diga señor... 

Dijo aún dudando de que eso fuera lo correcto.  Pero no obstante haría todo lo posible por compensar el error cometido y en verdad era mucho trabajo por delante antes de viajar. 
Una vez resuelto eso con Isabella, Iván estaba notoriamente más tranquilo.  Claro que no logra dejar de preocuparse por ella y la idea de que  valla con el a la estancia de Cristhian y Verónica es porque quiere que su amigo Cristhian la ayude a intentar superar lo que el desgraciado de Facundo le ha echo.
Iván aún no ve lo mucho que esa mujer cambiará su vida y que el amor no llega cuando uno quiere...  Sino cuando tiene que llegar... 

Tus ojos Mis Grilletes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora