1

970 58 14
                                    

"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."

Isaías 40.31

Las águilas. Estas aves son consideradas unos de los mejores vertebrados aéreos en toda la historia. Cabe mencionar, que son consideradas en algunos países como sinónimo de poder y fuerza. Sin embargo, cuando son críos suelen ser muy vulnerables con respecto a su entorno. Por consecuencia, la madre los tiene bajo resguardo en sus nidos. Si la cría tiene frío; la madre águila va y los cubre con sus alas. Cuando llora y tiene hambre; los alimenta. Diario va en busca de comida.

Pero hay algo peculiar y que debemos de aprender de las águilas: En determinado tiempo la madre decide dejar la comida fuera del nido, lo más lejos, y así el polluelo por necesidad va a salir del nido e ir por comida aunque este se encuentre cerca de una ramita donde puede correr el riesgo de caer. ¿Qué pasa con esto? Movido por su necesidad, la cría va por su objetivo sin importar los peligros que conlleva. Entonces, cuando llegue al borde de la rama y viendo que en cualquier momento se puede quebrar; caerá. Sin embargo, la cría abrirá las alas y emprenderá su vuelo. ¿Por qué? Una vez que la pequeña ave vuela, esta no vuelve al nido. Conclusión, el águila es Dios y yo soy la cría.

He entendido que Dios antes de llenarte de bendiciones Él te pone en tu punto más débil. Él te llama en soledad, Él te toca cuando entristece tu corazón, cuando te frustras, cuando palideces. Es más, me atrevo a decir que te crea una urgencia de encontrar la verdad y seguir sus caminos. En oración, el Espíritu Santo me llevo a Job y pude entender uno de sus designios. Este libro en la biblia produce muchas interrogantes que sólo Dios me las puede contestar. Y aun teniendo algunas respuestas, le imploro a Dios por más.

"El sufrimiento de los justos", ese es el título ideal para mí con respecto al libro de Job. Aunque sentía que era injusto todo lo que me pasaba y lo que ocurría a mi exterior, tenía que entender que Dios es soberano y Él sabe porque hace las cosas. Aún no puedo con todo esto y duele demasiado. Diana está muerta y la extraño demasiado, siento que no puedo más.

Hay días en las que he llorado desconsoladamente y me adentro en mi dolor por unas cuantas horas. Despierto, sollozo, imploro, oro, me vuelvo a dormir, hago mi rutina e incluso intento no poner peros cada domingo para ir al servicio de la iglesia. Ya no quiero entender más la muerte de Diana porque sé que esa consecuencia no viene de Dios.

ꟷHolaꟷ Me saludo mi madre sirviéndome un plato lleno de hotcakes.

Me levanté temprano. Oré en silencio y me duche. Me cambie y bajé a la cocina para preparar el desayuno pero mis padres ya habían hecho todo. Me limité a sonreír y seguir fingiendo que todo estaba bien.

ꟷ ¿Por qué no traes a la mano tu móvil? Eduardo no ha dejado de llamar a la casa preguntándose si has cambiado de número o es que no quieres contestar. ꟷ avisó mi padre con periódico en mano.

Me crucé de brazos y puse los ojos en blanco.

ꟷ Papá, no es un buen momento para que hable con él ꟷ repuse.

ꟷ ¿Entonces qué fue todo eso que paso el día que los ministraron juntos? ꟷ preguntó mi madre mientras fregaba los trastes.

Puse cara de asombro. Había olvidado por completo esa experiencia tan confortante pero a la vez muy triste. Mis monstruos desagradables me causaban terror y me distraían con todo lo que pasaba a mí alrededor.

ꟷ Estaba sensible ꟷ me justifiqué cruzada de brazos.

Dirigí la mirada a mi plato con el jarabe desbordándose encima de mis hotcakes y luego miré de vuelta hacia mi madre.

Amar merece la pena [TRILOGÍA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora