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"Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento. Clama por inteligencia y pide entendimiento. Búscalos como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos. Entonces comprenderás lo que es temer al Señor y obtendrás conocimiento de Dios"

Proverbios 2.2-5

Aurora

En la actualidad.

<< Si no existieras, no habría algo bueno por lo que luchar. Si no existieras, no habría nada puro. Si no existieras, tu palabra no impulsaría a llevar una vida recta y serena. Más bien, no habría pureza y rectitud. Todo lo bueno es de ti y fluye de ti. Absolutamente, todo sería desordenado y vano; porque el vivir para ti es encarnar en el Espíritu, mostrando una vida plena, agradable, feliz y perfecta. >>

Las palabras de adoración seguían fluyendo y saliendo de mi boca, mientras mantenía los brazos extendidos hacia los cielos y tenía los ojos cerrados. El rostro de Cristo se hizo presente en mi mente, como en una visión. Me encontraba en una playa, con un mar azul cristalino, las olas burbujeantes subían y bajaban, y la brisa fresca despeinaba mi atolondrado cabello largo. Cuando baje la mirada hacia mis pies, noté que me encontraba descalza y con una manta blanca como la nieve, puesta sobre todo mi cuerpo. De pronto, en cuanto sentí sus ojos posando sobre mí me volví a Él. Jesús estaba caminando hacia mí, con los ojos brillosos, descalzo y también vestía de un manto blanco.

ꟷ Jesús ꟷsusurré sonriendo.

Él se limitó a sonreírme, y solo entonces, corrí a toda prisa hacia sus brazos. Cuando estuve delante de Él, me hinque y caí de rodillas a sus pies. Besé sus pies con lágrimas en los ojos, mientras él me susurraba:

ꟷ Te amo.

Sus manos sobaban ligeramente mi espalda y traían un acogedor descanso. Lo sentía tan real, tan real que mis labios se extendieron de oreja a oreja como si estuviera ahí, tan real que podía sentir sus manos tocándome. Quisiera estar así por siempre entre sus brazos, quedarme en la eternidad con Él y jamás volver.

Minutos más tarde, envuelta en su presencia, oía solo los instrumentos de la alabanza tocando una melodía suave y tierna. Todos en la congregación estaban en silencio, algunos orando en susurros, otros hablando en lenguas con gemidos insaciables.

ꟷ ¡Alaben al Señor con dulces palabras como miel! ¡Vamos, alábenlo! ¡Él quiere saber que hay en su corazón! ꟷ exhortó el líder de alabanza, levantando sus manos.

Abrí mis ojos viendo hacia el techo. Absorta en su amor, podía ver los cielos abrirse de par en par. Sonreí meneando la cabeza cuando comenzaron un nuevo himno. Nazaret, que se encontraba dos filas delante de la mía, también estaba embelecido de la profunda presencia del Espíritu Santo en ese momento, y pude ver unas cuantas lágrimas cayendo suavemente sobre sus mejillas.

ꟷ La atmósfera cambiando esta. Tu espíritu está aquí... es evidente tu mover... tu espíritu está aquí.ꟷ cantaba el himno con los sentimientos a flor de piel.

Estaba en medio de un sentimiento de gloria extremadamente sensible al Espíritu Santo, y lo más agradable era ver que toda la congregación estábamos dentro de la presencia. No dejaba de cantar con todas mis fuerzas, y aunque mis brazos estaban adormecidos, una nueva fortaleza me hacía permanecer de pie sin bajar la guardia.

El pastor comenzó a ministrar a la gente junto con los demás líderes. Uno a uno iba cayendo conforme se acercaban. << Por favor que no se acerquen a mí, por favor, por favor, por favor>> pensé. Entonces una voz clara pero firme me dijo << ¿A qué le tienes miedo? No te resistas, ten fe. Yo estoy aquí>>. No tardo mucho, cuando uno de los líderes toco mi cabeza y empezó a orar en lenguas. Minutos más tarde caí en los brazos de uno de ellos y me deje envolver por la ola del Espíritu Santo.

Amar merece la pena [TRILOGÍA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora