"El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso"
1 Corintios 13.4
Eder.
2 meses después, en las vacaciones de verano...
Por fin me enfrentaba cara a cara mi peor enemigo. Y esta vez estaba decidido a salir victorioso de esta. Dios ya me había aprobado y tarde dos meses en prepararme para decírselo.
Tomé las llaves del auto y eché a andar a la casa de Aurora. Ya era tarde, pero era ahora o nunca. Nervioso y con las manos sudadas manejé hacia mi destino, recapitulando en mi mente las palabras que le iba a decir. Estaba sumamente nervioso.
De repente, antes de dar la vuelta hacia la calle de la casa de Aurora, mi móvil comenzó a sonar. Contesté y lo dejé en altavoz:
— Y bien, ¿ya llegaste? — me pregunto Carlos, parecía muy emocionado.
— Ya casi. Ya estoy en su calle.
— Uff... bueno recuerda. Tienes que decir la verdad y ser valiente. No puede pasar de más que te mande al carajo y te cierre la puerta.
— ¿Y si hace eso, que hago? ¿Quedarme ahí parado como tonto? — pregunté frustrado.
— ¡Sólo hazlo y ya! Me llamas cuando todo haya acabado. Besos.
— Ugggh— gruñe y colgué.
Muy bien, ya estaba aquí. Solo tenía que dar unos pasos, hincharme el pecho de valentía y caminar hacia su puerta. Todo estaba en absoluto silencio, lo que provocó en mí más nervios que nada. No quería que sus padres escucharan todo o se dieran cuenta. Aurora esta en casa, lo sé, porque la ventana de su cuarto esta iluminada, aún sigue despierta.
Entonces, toqué el timbre y esperé.
Tardo unos minutos, volví a tocar. Fruncí el ceño asomándome, veía sombras por entre las cortinas de los ventanales, pero nadie se asomaba. Y fue así como en un minuto, Aurora abrió la puerta y apareció frente a mí.
De pronto, saltó una chispa de emoción en aquel silencio y se cruzaron nuestras miradas. Ella parecía sorprendida de verme. Esto era algo entre Dios y yo. Algo que yo no quería que supiera Aurora durante mucho tiempo. Algo que había ocultado por meses. Algo que había hecho que todo se viniera mundo encima, sin importar. Algo que, de todos modos, había esperado, pero no me decidía. Algo que cambiaría nuestras vidas, aunque deseara con todas mis fuerzas que fuera diferente. ¿Por qué había tardado tanto?
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Amar merece la pena [TRILOGÍA #3]
SpiritualTras la muerte de su amiga, Aurora lucha por seguir con su vida a pesar de su doloroso duelo. Sedienta por vivir en la presencia de Dios; decide permanecer en su amor. Aurora trata de encontrar las fuerzas para levantarse en medio de la tribulación...