-No me digas que...no me digas que crees que estás embarazada. –dijo con voz de miedo.
-No, no lo estoy, tomo píldoras. –dije.
-Entonces, ¿por qué quieres saberlo? –preguntó.
-Para que cuándo suceda...eso, no tenga dudas. –dije.
-Igual tendrás que hacerte la prueba de embarazo, a veces hay síntomas de algunas otras enfermedades que son los mismos a los síntomas del embarazo y ya sabes, esos los puedes confundir. –dijo mi hermana.
-Sólo quiero saber. –dije.
-Vómito, cansancio, hambre exagerada...-empezó a decir, sólo la miraba atenta- Y eso es todo.
-Bueno, ahora ya sé. –dije, bajamos las escaleras.
Mi madre estaba con un cuaderno en su mano anotando algo que Anne le dictaba, se tomaban todo a mucho pecho.
-Entonces, Jeisy trabaja de estilista, es buena, ella me hizo un vestido azul que aún tengo en la casa, su número es 6789-0934 y vive en Wolverhampton. –dijo Anne, mi madre lo escribió todo- Laurie Whitenhouse, es muy buena estilista y vive en Bradford, su número es 6543-7698.
-Mamá, mamá, mamá, basta. –pidió Harry, se notaba su estrés.
-Harry, ¿qué sucede hijo? Necesito un estilista para Richelle. –dijo Anne.
-Sí mamá, y lo entiendo completamente. Pero has mencionado como 15 estilistas y nos tienes a Christian y a mí estresados. –dijo, Christian sonrió avergonzado.
-Perdóname Christian, perdóname Harry. –dijo Anne, mi madre cerró el libro.
-Hija, ¿tienes algún lugar en dónde te puedas casar que te gusta? –preguntó mi madre.
-No mamá, no he tenido la oportunidad de buscar nada. –dije.
-Bueno, tienes suerte de tener una madre emocionada y obsesionada con todo esto. He estado haciendo una investigación algo extensa sobre lugares hermosos en el mundo para poder casarse.
-¿Mundo? ¿Por qué no puede ser acá, en Londres? –pregunté.
-Pensé que no sería malo hacerlo acá, pero hablé con Anne y acordamos en que sería mejor hacerlo en otro país.
-No es mala idea Elle, imagínate casándote por las curiosas calles de Portugal, o por las románticas de Francia, o por las antiguas con toque de seriedad de Alemania. –dijo Anne con un brillo en sus ojos.
-No es mala idea. –dije, miré a Harry quién me miraba sonriendo feliz.
-Entonces, ésta es la lista. –dijo mi madre enseñándome una libreta con muchos lugares.
-Por nada en el mundo me casaría en La Capilla de Las Vegas, madre. –dije, ella me miró, agarró una pluma y la tachó.
-¿Empire State Building? –preguntó mi madre.
-No, mamá, quiero casarme en un lugar en dónde me pueda sentir en la boda de los sueños, en dónde me sienta como una princesa. –dije.
-Entonces amarás casarte en este. –señaló un castillo hermoso, lo amé totalmente- Es aquí en Inglaterra, es el castillo de Bodiam. –dijo mi madre.
-Está en el medio de un lago hermoso y tiene una escalera hecha de maderas en dónde caminas para llegar a sus hermosas y grandes puertas. –dijo Anne, yo solo quedé perpleja. Harry me miraba aún esperando alguna respuesta.
-Quisiera ver más. –dije, no estaba muy segura.
Miré más y más, todos eran hermosos, habían muchos castillos pero ninguno llamaba mi atención como yo quería. Hasta que vi uno, grande, blanco, con techo azul, hermoso.
-Este. –dije señalándolo- Este, me encanta. –dije emocionada.
-El castillo del Loira, en Francia. –dijo Harry mirándome sonriendo- Justamente pensaba en él. Es un castillo muy privilegiado, en Francia como en el mundo. Junto al castillo hay una capilla, ahí está enterrado Leonardo da Vinci. –dijo Harry, lo miré sorprendida.
-Exacto, además no está tan lejos. –dijo Anne.
-¿Entonces es ahí? –preguntó mi madre sonriendo, miré a Harry quién me miraba con una sonrisa amplia en su rostro, yo asentí emocionada.
-Sí, sí es ahí. –dije sonriendo para después abrazar a Harry.