Seguí a mi madre a su habitación. Ella estaba un poco más adelantada que yo así que llegó a su habitación primero. Al llegar me senté en la cama junto con mi madre mientras ella tomaba las "fuerzas" para poder decirme lo que planeaba decirme.
-Tu padre... tu padre volvió a irse. –dijo.
-¿Qué? ¿Por qué mamá? Siempre se la pasa afuera de el país, ¿acaso él no sabe que lo necesito ahora y más que nunca?
-Lo sabe hija. Pero su trabajo no lo deja. Lo han pedido para otra conferencia empresarial en Irak. No tengo idea de por qué por allá, pero lo que sí es seguro es que no volverá como en 2 años.
-¿Dos años? –pregunté, levantándome de la cama- ¿Dos años? ¿Es enserio? –pregunté, agarrando mi cabeza con mis manos.
-Hija, tranquilízate, ¿si? Sé que tu padre no te quiso hacer esto. Te casarás y él no estará aquí para llevarte a el altar, y eso también lo entristece a él. Además, a Melanie sólo le faltan 3 meses para que el bebé nazca y no podrá cargarlos en sus primeros años, y él lo sabe perfectamente. Pero quiero que entiendas que él no hace esto a propósito mi niña. No tenía ninguna otra opción, sólo...entiéndelo.
-Mamá, lo necesito ahora y más que nunca. Es en serio, es mí padre. ¿Qué mujer de 18 años no querría que su padre la llevara al altar en su boda madre? Enserio, quiero a mi padre, quiero que él me lleve al altar, él y nadie más. Quiero a mí padre solamente, a él y a nadie más. Él no tiene comparación, estuvo conmigo cuando más lo necesitaba y ahora no podrá hacer la última faceta de mí niñez. Mamá, llámalo y dile que vuelva, por favor.
-Hija, no puedo. Tu padre ya está en el aeropuerto. –dijo, mierda.
-Mamá, yo... -dije apenas, iba a estallar en lágrimas.
-Sé cómo te sientes mi niña, mi padre tampoco me pudo llevar al altar pero lo tuve que superar mi amor. Vamos, sonríe, tu padre volverá, de eso no hay duda.
-Sé que volverá, sé que es sólo una conferencia empresarial pero...el simple hecho de que no sea él quién me lleve al altar y no me quiera soltar es... horrendo. –dije al borde de las lágrimas.
-Amor, por favor. Sé cuánto duele, pero por favor, no llores que me harás llorar a mí también. -dijo
-Está bien mamá, trataré de superarlo. –dije, tranquilizándome un poco y abrazándola.
-Hija, ¿te encuentras en buen estado? Te siento, diferente. –dijo, observándome con el ceño fruncido.
-Estoy bien mamá. No te preocupes. –dije, sonriéndole falsamente.
Ambas bajamos y nos encontramos con todos sentados en el sofá mientras conversaban de cualquier tema en especial. Sebastián y Christian ya habían llegado y estaban sentados alado de sus respectivas parejas. Harry estaba sentado sólo en un puesto de una persona. Caminé hacia él y me senté en sus piernas, para después recargar mi cabeza en su pecho. Él susurró en mi oído si todo estaba bien, sólo le respondí un sí.
Melanie y Christian hablaban sobre la nueva habitación del bebé. Nos dijeron que contrataron a un hombre muy bueno en hacerles cuartos a los bebés, y éste no dudó en demostrárselo. Gemma y Sebastián se secreteaban algo, no los podíamos escuchar. Los miré a los dos y de repente veo cómo Gemma y Sebastián se levantan al mismo instante. Gemma respiró profundamente mientras que Sebastián tenía la cabeza baja.
-Quería informarles algo a todos. –dijo Gemma.
-Queremos. –afirmó Sebastián.
-Como ya todos saben, Sebastián y yo tenemos una relación de 3 años. –dijo Gemma, Harry le sonrió.
-Y hemos decidido dar el segundo paso a todo esto. –instantáneamente la sonrisa de Harry se borró.
-Sebastián y yo nos casaremos. –dijo Gemma, soltándolo finalmente.
Escuché un grito gigantesco por parte de Anne quién se le tiró encima a Gemma, abrazándola y diciéndole lo feliz que estaba por su bebé.
-Mamá, cuidado. –dijo Gemma.
-Aún hay más. –dijo Sebastián.
-Estoy embarazada. –dijo Gemma, ¿están bromeando? Mierda.