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R's Pov

Me desperté a eso de las 8:30 de la mañana. Tenía dolor de cabeza, uno de esos insoportables y a los que te gustaría mandar al demonio, sí esos. Me senté sobre la cama y Harry estaba durmiendo como un niño. Sonreí por unos minutos pero un golpe fuerte causado por la migraña me quitó mi sonrisa. Me levanté de la cama e intenté estirarme debidamente, pero la barriga de embarazada me lo impedía así que solamente estiré mis dedos y mi cuello. Caminé hacia el baño y me froté los ojos con agua para sacarme las lagañas. Arreglé mi cabello y me lavé los dientes. Al salir del baño Harry aún seguía dormido, así que aproveché para sacar mi computadora y seguir escribiendo mi queridísima novela. Me fui al balcón de la habitación y al salir cerré las ventanas de cristal gigantes. Me senté y respiré profundamente, tratando de que la inspiración llegara como aire. Empecé a escribir lo primero que se me venía a la mente.

Cuando terminé me fijé en la hora, ya eran las 10:12 y Harry aún no despertaba. Minutos después el ventanal se abrió y Harry salió sonriente. Me dio un beso en la mejilla y se sentó a mi lado. Estaba sin camisa y lucía mejor que Adonis.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó, cerré el computador y lo puse a mi lado- ¿Por qué no me quieres enseñar tu magnífica novela?

-Porque es secreta. De milagro sabes que estoy escribiendo una. -le sonreí.

-Eres mala, amor. -dijo, acercándose para besarme los labios- Muy mala. -me besó y suspiré, enamorada, una sonrisa triunfante se apareció en su rostro.

Iba a decirle. Se los juro. Le diría que Trevor está en la ciudad, y que ayer lloró por mí. Necesitaba decírselo para sacar el horrendo dolor de cabeza que tenía, pero algo me lo impidió. Fue como si mi conciencia me agarrara de las manos y girara de mí para atrás, como para que jamás abriera mi boca y no arruinara nada. Pero necesitaba decírselo. Era hoy o nunca.

-Trevor está en casa de mi madre. -dije de repente, en casi un susurro.

-¿Qué? -preguntó con el ceño fruncido.

-Trevor está en casa de mi madre. -repetí, esta vez más audible.

-¿Trevor, tú primo? -preguntó, asentí, rió irónico- Imbécil. -dijo apretando los puños- Entiendo que sea tu primo, ¿sabes? Pero si vino de allá para acá solo para joderte a ti, a mí y al bebé, ese cretino la pagará.

-Vino porque quería visitar a la familia. Ya se graduó de Cambridge University y prefirió venir a Londres que ir con su padre a Miami.

-¡Bien! Ese cuentecito no me lo creo. Vino para recuperarte. -dijo levantándose y abriendo el ventanal, entrando.

-¿Y qué te hace pensar que yo lo quiero a él? Te amo a ti, Harry. -dije siguiéndolo.

-¡Pero es que ese hombre me tiene ya harto! -gritó, golpeando contra la pared- Es tu primo, y lo entiendo. Pero tú y él. -suspiró fuertemente- Si te pone un dedo encima, lo mato, ¿entiendes? Y ni tú ni nadie me detendrán. -dijo, entró al baño y se quedó ahí por no se cuantos minutos.

Yo suspiré fuertemente. Los celos de Harry son lo mejor del mundo. Tenía mucho miedo. ¿Sería Harry capas de asesinar? Espero que solo lo haya dicho por el enojo. Salió del baño mojado. Supe que se había dado la ducha más larga del mundo. Su cabello estaba empapado y olía a champú. Aún tenía el ceño fruncido, pero veía que estaba más calmado que hace unos minutos. Yo me levanté de la cama rápidamente y me puse en frente de él. Agarré su rostro y lo besé, necesitaba que él se enterara que no lo cambiaría por nada ni nadie en este mundo, jamás.

Adolescentes II (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora