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-¡Tengo miedo! –grité.

-¿Miedo, miedo de qué? –preguntó, colocándome entre sus brazos.

-Eso no se pregunta mi amor. Tengo miedo de que algo suceda, de que el bebé no nazca sano y salvo, sí, de eso tengo miedo. –dije.

-¿De que algo salga mal? Si más piensas en eso, habrán más posibilidades de que suceda. Quita esas cosas malas de tu hermosa mente mi amor.

-¿Pero y si las cosas son como lo creo? –pregunté, mirándolo a los ojos.

-Si las cosas son como tú lo crees seguiremos amando al bebé, tal y cómo sea. Para eso son los padres, para educar y amar a sus hijos a pesar de todo.

-¡Ay Harry, a veces eres tan perfecto! –exclamé, mirándolo.

-¿A veces? –preguntó, engreído.

-Ah pero no te pases.

-Está bien. –dijo, riéndose de sí mismo y parte de mí.

-Mi padre se irá a Irak, en una conferencia empresarial.

-¿Qué? ¿Por qué? –preguntó.

-Por eso mi amor, por una estúpida conferencia empresarial. Quisiera que se quedara y sea él el que me lleve a el altar en nuestra boda. –dije, al borde de las lágrimas.

-¡Hey, hey nena! No llores, ¿si? Que me harás llorar a mí.

-Perdóname, mi amor. ¿Pero quién me llevará al altar? –pregunté.

-Tendríamos que hablar de eso con nuestras madres, ¿no crees? –preguntó, yo asentí no muy convencida.

Me recosté nuevamente en su hombro y miré al techo de nuestra habitación. ¿Acaso podría pasar algo menos estresante que no tener a alguien que te lleve al altar?

Harry besaba mi frente, pero de repente sus besos bajaron hasta mi cuello. Me causaron un millón de seguidos escalofríos que cada vez me ponían más y más excitada. Quitó mi camisa color blanca y la dejó sobre el suelo. Luego se puso en horcajadas de mí, no dejando su peso total, me permitió que le pudiese quitar la camisa. Ansiaba esto como loca, lo necesitada. Dejé su camisa blanca de cuello "v" sobre el suelo, alado de la mía. Sus besos ascendieron hacia mis labios, en dónde se formó una guerra de besos de amor y pasión. Luego de una cansada guerra llegó un delicado baile entre nuestras lenguas. Sus besos descendieron hacia mi cuello, chupó y mordió de él volviéndome completamente loca. Bajó hacia mis senos y los observó unos minutos. Me dijo: "Han crecido más" y me sorprendí, tampoco me había dado cuenta de eso. Besos mis senos encima del sostén, para después, de un ágil movimiento, quitármelo. Metió un pezón en su boca mientras que con una mano acariciaba el otro, volviéndome una maniática. Sus manos bajaron a mi pantalón mientras que observaba sus propios movimientos con el ceño fruncido. Bajó el amarre y quitó mi pantalón de un solo tirón. Me dejó allí con mi ropa interior. Subió nuevamente a mis labios y los besó de una manera más tranquila y sensual. Amaba los besos de este hombre, eran tan especiales. Sus besos bajaron y se quedaron en mi vientre. Lo miré con los pelos de punta. Él empezó a hablarle al bebé.

-Hola, sé que no me puedes ver pero creo que tal vez sí me puedas escuchar. Hace unas semanas papá y mamá fueron muy traviesos y te crearon. Ahora no puedo esperar a que pasen 9 meses rápido, quiero tenerte en mis brazos y quiero abrazarte y decirte todos los días cuánto te amo. Quiero darte la bienvenida al mundo pequeño...

Adolescentes II (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora