A eso de las dos de la mañana escuché el sonido de mi celular, me exalté y no dudaré que me molesté por unos minutos. Me levanté de la cama con toda la flojera del mundo y fui a contestar, era Melanie. Recordé que habíamos quedado en ir al SPA, seguramente era por eso pero, ¿a las dos de la mañana, enserio Melanie?
-¿Halo? –pregunté, con mi voz de recién despertada.
-¿Richelle? ¿Por qué no viniste al SPA? Estuvo E-X-C-E-L-E-N-T-E.
-Se me fue el tiempo, perdón. ¿Lo posponemos para otro día? –pregunté.
-Claro, ¿pasado mañana? Es que mañana tengo cosas que hacer. –dijo.
-Está bien, ¿me dejarás seguir durmiendo querida hermana? –pregunté, ella sonrió.
-Claro, que duermas mejor. –dijo y colgó.
Me acosté en la cama y me arropé de pies a cabeza. El sabor del vómito seguía en mi boca, y no dudé ni un minuto en sentirme un poco mal, cerré los ojos y me dormí, nuevamente.
A eso de las 9:00 de la mañana me desperté, no dudaré, dormí D-E-M-A-S-I-A-D-O.
Bajé las escaleras aún en pijama y me encontré con un Harry preparando el desayuno, me recosté en el umbral de la puerta mientras lo observaba.
-Buenos días. –dije.
-¡Buenos días mi amor! –dijo y se acercó para besarme- ¿Cómo dormiste? ¿Te sientes mejor? –preguntó con tono de preocupación.
-Sí, me siento mejor. ¿Pero qué preparas amor? –pregunté.
-Bueno es un omelet de huevos, tocino, salchichas, jamón y algunos otros embutidos que encontré en la refrigeradora, te encantará, lo aseguro.
-Está bien, iré a regar las plantas, no tardo. –dije.
Agarré una botella para regar las plantas y eso fue lo que hice, las regué. Cuando terminé me quedé viendo el jardín por unos minutos. La imagen de un bebé gateando por el césped se apareció en mi mente, cerré los ojos fuertemente, tratando de quitar esa loca idea de mi mente. Entré nuevamente a la cocina y Harry acomodaba los vasos en la mesa, avisándome que ya estaba listo el desayuno. Los dos nos sentamos en la mesa y empezamos a comer, estaba delicioso, debo admitirlo, pero por equis razón el hambre se me fue, convirtiéndose en unas inmensas ganas de vomitar. Corrí rápidamente al baño y me arrodillé en frente al inodoro, vomité todo lo que pude tratando de sacar todo mal alimento ya digerido, esperaba poder seguir comiendo la comida que mi prometido hizo para mí. Cuando terminé de hacer aquella acción Harry me abrazó, mostrándome cuál preocupado estaba por mí.
-¿Qué sucede amor, por qué ahora estás que vomitas y vomitas? –preguntó con voz dulce y baja.
-No lo sé cariño. –respondí con la cabeza baja.
-¿Quieres ir al hospital? –preguntó.
-No, puede que sea algo que comí que estaba mal, no te preocupes. –dije, él dudó unos minutos.
-Bueno, si sigues así tendré que llevarte algún día aunque te tenga que arrastrar, ¿entiendes? Te amo y solo quiero lo mejor para ti, quiero que estés bien. –dijo, abrazándome y dándome muchos besos en el cabello.
-Te amo mi amor. –dije, besándolo en los labios.
-Y yo a ti. Ahora ve a bañarte, hoy saldremos a comprar algunas cosas para la casa. –dijo.
-¿Desde cuándo eres tan decorativo, amor?
-Desde que...nada, ¿vamos, si?