-No quiero que te vayas, no quiero que te alejes de mí. Simplemente creo que, creo que fuiste muy tonta al no tomar las pastillas, sólo eso. Aún no puedo creerlo, ni siquiera nos hemos casado, solo tienes 18 años.
-¡Sólo dime que aborte al niño, Harry! Porque al parecer es lo que deseas alocadamente. –dije, levantándome de la cama y parándome sobre el colchón, quedando más alta que él.
-¡No repitas eso nunca jamás en tu vida Elle! Aún no puedo creer que tengas ese pensamiento erróneo sobre mí, ¡quiero a ese bebé más que nadie en éste mundo! Sólo que no le doy justificación a tu irresponsabilidad.
-¿Sabes qué? Me voy de aquí. Cuando entres en razón y te des cuenta de que no soy la culpable de nada de esto, me llamas, de no ser así, no volveré. –dije, levantándome de la cama, agarrando una cartera, metiendo una pijama y mi celular y algo de dinero.
-Por favor, no me dejes, no quiero dormir solo. –dijo, casi en susurro.
-Te lo has ganado, Styles. Ahora, si me permites, me iré.
-Dime por lo menos dónde estarás. –dijo, agarrando mis manos, las solté inmediatamente, él miró para abajo.
-No te diré, ¿quieres saberlo? Te lo dejo de investigación, adiós. –dije, bajando las escaleras, saliendo de la casa y tomando un taxi en dirección a la casa de mi hermana Melanie.
Al llegar toqué la puerta dos veces, Melanie me abrió la puerta con una radiante sonrisa en sus labios. Al verme con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar en el camino me abrazó fuertemente y me dejó pasar. Me sentó en el sofá y fue a buscarme un poco de agua para que pudiera hablar bien y explicarle lo que exactamente sucedió.
-... eso fue lo que pasó, ¿le das justificación? –pregunté.
-¡Que no venga a decir que fue tu culpa hermanita, los dos tienen la culpa, más él!
-¿Por qué la culpa es más de él? –preguntó Melanie.
-Te pregunto, ¿estuvo preguntándote después de cada polvo que si habías tomado alguna pastilla? –preguntó, negué con la cabeza- Ahí está.
-Aún no entiendo.
-¡Un hombre debe estar atento en estos casos!
Con Melanie me sentía como en casa, me sentía libre y cuidada. Ella era como mi segundo ángel guardián, después de mi madre. Eran las 8:00 de la noche y moría de sueño. Entré al baño y me puse mi pijama, amarré mi cabello, cepillé mis dientes con un cepillo que Melanie me prestó y salí del baño. Melanie me dijo que durmiera en su cama, yo simplemente me negué y me ofrecí en ir a dormir en el cuarto de huéspedes.
Me sentí vacía, Dios, un mundo sin Harry era un mundo triste, lleno de melancolía y tristeza, un mundo en dónde la persona más feliz del mundo se volvería la más triste. Miré al techo y suspiré fuertemente, ¿qué estaría haciendo él en estos momentos? Posiblemente sentado sobre el sofá y viendo televisión, comiendo palomitas y aparentando que nada hubiese sucedido, sí, eso.
H's Pov
Estaba acostado sobre nuestra cama, la cama de ella y mía. Las lágrimas corrían por mis mejillas, las secaba rápidamente pero éstas eran reemplazadas por más. ¿Cómo pude ser tan imbécil? Ella embarazada y yo echándole la culpa de todo. Soy un idiota. Empecé a llorar más de lo que ya estaba. Esperen... ¿estaría en casa de su hermana Melanie?
Saqué mi celular de mi bolsillo derecho y busqué el número de Melanie en contactos. Al encontrarlo la llamé.
-¿Halo, si? ¿Buenas? –pregunté rápidamente.
-¿Harry? –preguntó en un susurro- ¿Qué quieres?
-No te molestes conmigo Melanie, sé que te ha contado todo. ¿Dónde está Elle?
-Ella no está aquí. Ahora, colgaré. –dijo.
-¡No, no! Por favor, dile que me perdone y que la amo. –empecé a llorar- Que no la quiero perder, ni a ella ni a ese ser que está dentro de ella. –dije, para después colgar.