-¿Estás bien? –preguntó al verme.
-Sí, ¿por qué no estarlo?
-Te ves pálida.
-Es que estaban las luces apagadas, completamente.
-Se me había olvidado que le temes a la oscuridad, perdón.
-No importa. –Callé- ¿Quieres una pizza? –pregunté.
-No, ya he comido con los chicos. –respondió, sonriéndome.
-Está bien, más pizza para mami.
Fui a la cocina y saqué las dos pizzas de pollo del cartucho del supermercado. Agarré las dos y las puse en el horno para que se calentasen. Las dejé allí adentro por 15 minutos, cuando ya estaban listas las saqué. Se veían completamente deliciosas, se me hizo inmediatamente agua a la boca. Ya venían partidas en ocho pedazos así que fui metiéndome una por una a la boca, saboreando su sabor. Fui a la sala principal y Harry no estaba, supuse que se había ido a dormir. Seguí comiendo la pizza mientras veía "Loca obsesión" jamás la había visto antes. Cuando terminé de comer me quedé a analizar algunas cosas.
Jenny iba a ser una de mis damas de honores, pero había sufrido de un accidente que le paralizó las piernas. ¿Quién ocuparía su lugar? ¿Se recuperaría para entonces? ¿Por qué su novio se culpó de todo?
Sé que mi amiga está pasando por momentos espantosos, estar en un hospital las 24 horas del día, acostada en una cama, tratando de mover tus piernas pero simplemente no puedes, es totalmente frustrante y horrendo. Cerré mis ojos fuertemente, tratando de evitar las lágrimas que se asomaron por mis ojos. Empecé a sentir mucho dolor en el corazón, mi amiga necesitaba de un abrazo consolador, no sólo el de su madre o el de su padre, un abrazo consolador de su mejor amiga. Busqué mi celular y le mandé un mensaje escribiéndole un párrafo de sentimientos que en estos momentos sentía, específicamente esto:
"Querida Jenny: Sé que en estos momentos podrías estar dormida, son casi las 2 de la mañana y allá en América podrían ser las 9 de la noche, sé que estás cansada, sólo te pido que leas éste mensaje. Alexa me ha contado por lo que has pasado en estos últimos meses y no puedo evitar de sentir grandísimas ganas de llorar, te extraño, y te extraño más ahora al saber tu estado. Jenny, te incentivo a ser fuerte, te daría la mano en estos momentos, te ayudaría en todo lo que necesitaras pero, no puedo. La distancia apesta. Sé también lo que sucedió con tu novio Henry, y eso me ha roto el corazón más a fondo, lo lamento tanto. Siento que eras feliz con él, muy feliz, y su muerte te ha roto el corazón. Espero que Dios lo tenga bajo su gloria. Te deseo lo mejor del mundo, Jenny. Te quiero con el alma amiga, adiós.
-Richelle xx"
Al enviárselo sentí una descarga. Le mandé por un mensaje todo lo que sentía en aquellos momentos y por dentro deseé que estuviese despierta. Me levanté del sofá y apagué el televisor con un poco de pereza. Agarré los trastes que se encontraban en la mesa de noche y los llevé a la cocina, los lavé rápidamente y sequé todo lo mojado. Apagué la luz de la cocina y subí las escaleras rápidamente ya que la sala estaba oscura. Al llegar a la habitación vi a Harry mirando por el balcón de la casa, juraba que estaba dormido, pero al parecer me equivoqué.
-¿Por qué sigues despierto amor? –pregunté tomándolo por sorpresa, aferrándome a su espalda anche.
-Tuve una pesadilla. –respondió girándose y tomándome de la cintura, acercándome a él y abrazándome fuertemente.
-Oh, Harry. –dije, abrazándolo más fuerte.
-Estabas tú, en el suelo, sangrando, yo lloraba fuertemente, quería moverme pero no podía, no se escuchaba nada, sólo tus gritos y eso fue lo que más me afectó, escucharte sollozar por ayuda y yo no poder moverme por desconocida razón...
-Harry, sólo ha sido una pesadilla, nada más que eso. Tranquilo, ven, vamos a dormir. –lo agarré de la mano y lo acosté en la cama conmigo.
Recosté mi cabeza sobre su torso desnudo, para mí eso era lo más tranquilizante del mundo entero. Cerré mis ojos lentamente, y caí en un profundo sueño.