Desperté en una habitación metálica, melancólica y fría. Tenía otra ropa puesta, una color verde pálido. Las paredes eran verdes, pero un verde sin gracia, un verde como mi camisón, un verde pálido. Tenía algo puesto en la boca que no recuerdo cómo se llama. Estaba tapada por una sábana. Miré a la pared, eran las 8:00 de la noche. ¿Tanto estuve inconsciente? ¿Tan grave estoy? ¿Dónde está Harry?
Una señora de unos 55 años entró por la puerta con una hermosa y blanca sonrisa en su boca. Tenía un vestido muy holgado, pero eso no evitaba ver su hermosa figura de señora ya mayor de edad.
-¿Cómo te sientes querida? –preguntó la señora, yo sonreí falsamente.
-No muy bien. –respondí casi en susurro- ¿Dónde está Harry?
-¿El muchacho de rulos? –preguntó, asentí- Tuvo que retirarse querida, su madre lo necesitaba. Me pidió que te cuidara, dijo que eras su vida entera. –dijo, sonriendo- En verdad te ama.
-Y yo a él. –callé unos segundos- ¿Qué me sucede doctora? –pregunté.
-Aún no estoy muy segura, sospecho, pero no me siento segura al hablar muy temprano. Te haré una radiografía, ¿Si?
¿Radiografía, por qué? Enserio, ¿tan mal estoy?
Me llevaron a una sala con muchas cosas electrónicas. Había una pantalla gigante y un par de hojas en el escritorio. La señora me pidió que me recostase en la camilla y que me subiera el camisón, con mucha pena lo hice. Colocó una crema en mi estómago, oh no, oh no. Pasó una máquina fría por mi estómago. ¿Qué es eso que veo en la pantalla?
-Eso que ves en la pantalla... -me miró con una sonrisa en su rostro- Es un feto. –respondió.
Mierda, mierda y más mierda. ¿Acaso estoy embarazada? ¡No puede ser posible! ¿Qué pensará Harry ahora? ¿Qué hará? ¿Qué dirá? ¡Dios, esto no puede ser cierto!
-¿Estoy... -apenas pude mencionar.
-Sí dulcecillo, estás embarazada.
-¿Desde...desde hace cuánto?
-Aún no estoy segura, 1 o 2 semanas, no desde hace mucho. Felicidades.
¿Felicidades? ¿Cómo puedo estar feliz con un acontecimiento tan temprano? ¡Dios! Esto no puede estar sucediéndome.
Esperaba quedar embarazada después de la boda, ya tener años de casada con Harry...pero, ¿ocho meses antes de la boda? ¿ocho meses? No se puede convivir con algo tan cercano. ¿Me casaré con barriga de embarazada? ¿Tendré que posponer la boda hasta después de tener al bebé o tendremos que adelantarla? No quiero adelantarla, no quiero hacer las cosas tan rápido, quiero que pasen lentas y con buena letra.
Ella me dijo que ya podía retirarme, y eso fue lo que hice. Tomé un taxi en dirección a la casa de mi más grande consejera, de mi alma entera, de mi hermana. Al llegar toqué la puerta tres veces, después del cuarto toque ella me atendió con una sonrisa en sus ojos. La abracé fuertemente y miré su barriga, ella se veía tan feliz con este embarazo y yo simplemente no me la podía creer.
¿18 y embarazada? Irónico no. Parece hasta de novela, esto es simplemente algo increíble, enserio increíble. Ambas tomamos asiento en el grande sofá, Christian no estaba lo cuál fue muy raro.
-¿Y ese milagro de que estás aquí? –preguntó, mirándome seria- ¿Pasa algo entre Harry y tú?
-No...sí...no exactamente. –respondí, temblando hasta los huesos.
-¿Qué te sucede hermanita? ¿Te encuentras bien? Estás temblando, estás ansiosa, dime lo que me tengas que decir hermosa.
-Estoy embarazada.