-Hablemos sobre cómo llamaremos al niño cuando nazca. -dijo Harry.
-Niña. -dije.
-Niño.
-Niña.
-Niño.
-Niña, he dicho. -dije, sonriendo.
-Niño, he dicho. -dijo.
-Gemelos. -dije, la palabra salió de repente.
-¿Qué? ¿Son gemelos? -preguntó, ¿aterrorizado?
-No, aún no se sabe el sexo, Harry. Sólo la palabra salió así de repente de mi boca, no te preocupes.
-Está bien. -dijo, ¿más relajado? Raro.
Me recosté nuevamente sobre los muslos de Harry y respiré profundamente. ¡Quiero que pasen estos meses rápido! ¡Quiero saber el sexo del bebé! ¡Quiero ver al bebé! ¡Lo quiero todo, ya!
Me desperté y pude observar que ya el sol no estaba y se veía la luz de la luna. ¿Cuánto tiempo estuve aquí con Harry? Miré arriba y Harry estaba allí, recostado sobre el árbol, dormido. Toqué su cara suavemente y él empezó a abrir los ojos.
-Amor...amor. -dije en un susurro.
-Eh... ¿cuánto tiempo ha pasado cariño? -preguntó, frotándose los ojos.
-Más o menos unas 5 horas. -dije.
-Son las 8:00. Deberíamos irnos. -dijo.
Se levantó primero y con mucha fuerza me ayudó a levantarme. Entrelazamos nuestros dedos y caminamos de vuelta al auto. Nos subimos y arrancó en dirección a nuestra casa. En el camino hubo un silencio muy incómodo, lo cuál fue muy extraño. Harry y yo siempre teníamos una conversación entablada, pero en esta ocasión no. Al llegar a casa esperé a que Harry me abriera la puerta, él siempre de caballeroso. Entramos a nuestra casa y subí a mi habitación para ponerme una pijama, tenía todo menos sueño.
Harry subió minutos después, me abrazó por la espalda y besó mi cuello, de una manera muy tentadora.
-¿Qué haces? -susurré, bajo su hechizo.
-Amándote. -dijo, besando mi cuello.
-Harry... -dije apenas.
-Silencio, te amaré y nuestro bebé podrá presenciarlo. -dijo.
No me pude resistir. Di una vuelta rápida para atrapar sus labios con los míos. Lo necesitaba, él lo necesitaba, ambos lo necesitábamos. Lo besé con todas las fuerzas que podía yo tener, enserio necesitaba que esto pasara, hoy, no mañana, hoy.
Él me recostó suavemente sobre la cama y se subió encima mío, con las manos a mis costados para no aplastarme ni a mí ni a su criatura. Sus besos descendieron hacia mi cuello, en dónde mordió y chupó suavemente. Cómo amaba sentir esto, lo anhelaba. Subió nuevamente hacia mis labios, metió su lengua en mi boca y se formó un hermoso baile al son de Beethoven. Se separó de mis labios y me miró a los ojos, deseoso, con anhelo.
-¿Estás segura de esto? Digo... ¿lo estás? -preguntó con la respiración entrecortada.
-Más que nada, Harry. Hazlo, ámame, ahora. -dije, tomé su cara entre mis manos y lo besé.
Se quitó la camisa de manera que yo no lo noté. Quitó mi camisa con el mayor cuidado del mundo. Luego quitó mi pantalón de pijama y seguimos quitándonos la ropa hasta quedar desnudos, tal y como Dios nos trajo al mundo. Sus besos me causaban escalofríos, los escalofríos me causaban hambre, el hambre me causaba excitación, sentimientos cruzados en una sola situación. Abrió mis piernas lentamente y entró en mí suavemente, deliciosamente.
Sus embestidas se quedaron así, suaves, precisas, deliciosas, cariñosas, con cariño sobre todo. Me empecé a desesperar, quería más, no así, más. Pero sabía que si se movía más fuerte podría causarle daño al bebé, así que no lo detuve. Siguió así, llenándome, amándome, completándome hasta hacerme llegar a la cima del cielo, hasta hacerme gritar su nombre, hasta hacerme ver luces de diferentes colores, hasta llevarme al orgasmo. Besó mis labios cuando llegó después de mí para después besar mi cuello y salir de mí lentamente, pero a la vez deliciosamente. Se recostó a mi lado y nos tapó en una sábana. Tenía mucho sueño, pero estaba muy hambrienta. Me giré para poder mirarlo a la cara. Él se giró, así ambos quedando frente a frente. Besé sus labios suavemente y me acerqué lentamente a su oído. Él se paralizó, empezó a respirar muy agitado. Le susurré:
-¿Podrías prepararme algo de comer, por favor?
Una sonrisa contagiosa se escapó de sus labios. Se levantó de la cama y se puso sus boxers y luego un pantalón franela. Bajó hacia la cocina a prepararme desconocida cosa.