EL DOLOR INMENSO DE TEODULO SEBASTIAN DIVAL, PADRE DE MIRNA
El infinito dolor experimentado por Teódulo, el padre de Mirna Sebastián, no se hizo esperar, y se manifestaba tanto en su conciencia iracunda, como en las expresiones por él exteriorizadas. Los ojos del amoroso progenitor Teódulo Sebastián Dival, se convirtieron pronto en copiosas llamaradas, su color rojizo de rojo bermellón, los tornaron cada vez más oscuros. La impotencia lo hundía en una especie de estupor inexplicable; la rabia lo invadía todo, perdía el control. De sus ojos parecía brotar fuegos intensos que se cruzaban con las tiernas miradas reciprocadas entre Mirna Sebastián Herrera y Ricardo Flete, y devoraban el enternecimiento apacible en cual se envolvían con pureza, esas dos almas ingenuas. Lo angelical expresados espontáneamente en esas limpias miradas quedaba diluido ante el fuego emanado del interior del incomprensible padre, por las retinas de los ojos del otrora insuperable amor que expresaba a raudales Teódulo Sebastián, ahora salían llamaradas intensas.
La dulzura que los ojos de aquellos amantes en su mirar, contrastaba con la amargura que aquel vertía en la suya, quien cual fuego implacable difundía desde las cuevas llameantes en las que se habían convertido sus ojos similares a una serpiente venenosa. Esas ventanas del alma, como se le llama con frecuencia, en este padre iracundo reflejaban odio sin límite; inundaban con su infierno todo el espacio, mientras la mirada profunda que mutuamente se daban los amantes inundaba por su parte del amor todo el entorno, todo en derredor suyo quedaba cubierto con aquel vertido puro que salía a raudal del alma, quienes, parecían no percatarse que las venenosas llamaradas emitidas por la mirada del padre distorsionaban aquel idilio, por le fiereza que se envolvía en ellas, las cuales como perros en la noche oscura, brotaban a cántaros desde el interior del padre, desde los infernales ojos del progenitor Teódulo Sebastián Dival.
Su odio era tal, cuanto no quedó un dejo de consonancia del antiguo ser apacible y tierno. Todo se transformaba en ese hombre tierno y afable que pasaba del otrora padre cariñoso y ser donde se inspiraban y se incubaban las más fecundas admiraciones, al insensible y discriminador del presente. Este, cuyo odio esparcía por todas partes, parecía otro ser miserable y vil, jamás el luchador encantado quien enardecía a seguidores e inspiraba los más dignos principios. El odio lo cegaba. Esos acontecimientos no les eran indiferentes cuando como en el pasado, al aflorar pensamientos negativos, podía expresar los más puros sentimientos humanos. Ahora abominaba la raza humana al ver su Flor de Diamante apetecida por este sin nombre, provocando en él, el surgimiento a los peores sentimientos, al nacimiento del nuevo hombre en que se convirtió aquel amoroso padre, y repitiendo ahora cuáles eran las creencias sobre la inferioridad racial, cuando dejaba salir los más enconados epítetos con los cuales se puede llamar un ser humano.
Surgieron de pronto en Teódulo Sebastián Dival, los más fieros y soeces vocablos para nombrar un ser perteneciente a su misma especie, y con ellos, los más tristes deseos que pudieran incubarse en un ser humano. Sus antiguas bondades se deformaron en las más crueles iniquidades; sus deseos sobre el bien fueron trastocados en los infieles trastornos, y convertidos en un mar tempestuoso, en torbellinos feroces desde donde no era posible encontrar una acción decorosa ni un pensamiento aceptable. Los ojos del antes amoroso Teódulo Sebastián, fueron ahora transformados en llamaradas, y su mente trastornada por los viles sentimientos provocaban brotar desde su boca cual volcán en erupción, las bajas expresiones con las cuales se inundaban tanto su ser como su cabeza ya deformada.
La rabia y el desorden emocional lo llevaron a balbucear estas expresiones, mediante las cuales trataba de moldear con el vocabulario menos soez que le permitió su cuerpo abatido por el aburrimiento y el cansancio anidado en su estado anímico iracundo y ensombrecedor.
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Bodas de Fuego
General FictionMirna Sebastián Herrara llega a Ciudad del Lago después de cursar estudios superiores en Europa. Su regreso a la ciudad, coincide con la celebración de las fiestas patronales en honor a Santa Lucía. Allí, en el parque central, se encuentra con Rica...