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Se detuvo de poner los ojos en blanco, ¿su madre lo estaba jodiendo o qué? Tenía dieciocho años. No podía seguir necesitando alguna clase de niñera. Pero su madre siempre había sido una mujer extremadamente sobreprotectora, además de ser bastante paranoica. Estando en un país que él no conocía, no planeaba dejarlo solo en una casa en un barrio poco seguro. Así que Johnny le había caído como anillo al dedo. 

Sin embargo, él no quería ir a la casa de Seo YoungHo. Sería como que el mundo le restregara las libertades que él no tenía. Quería vivir lejos de su madre, lejos de la sociedad que juzgaba sus elecciones, lejos de absolutamente todo el mundo. 

Pero, ir al departamento de Johnny no había sido tan malo como lo había esperado en un primer momento. Se había encontrado con una grata sorpresa. 

Un muchachito que encajaba perfectamente con todas esas cosas que no sabía que le gustaban. 

Desde que había llegado a Corea se había metido con muchos chicos y otras tantas chicas, pero todos terminaron siendo insulsos, así que seguía en búsqueda de algo que le resultara emocionante. De alguien que mantuviera su adrenalina al límite. 

Quizá porque tanto chicas como chicos coincidían en ciertos aspectos físicos, como que la mayoría eran extremadamente flacuchos y pálidos. Sin gracia. Sus cabellos oscuros pegados a sus frentes, su fijación por tener sus ojos metidos en gruesos libros de texto que al final no servían para nada, la forma aburrida en que agachaban la cabeza frente a los adultos y ataban sus pasiones por temor al qué dirán. 

Mark sabía que en cuanto terminara la preparatoria daría un portazo y jamás volvería a pisar su casa. 

Pero ahí estaba DongHyuck, la cosa más interesante que había visto en varios meses. No sólo porque en la confidencialidad de su habitación usaba una falda, también por la forma en que parecía existir de una forma exuberante. 

Chittaphon lo observó intensamente, deslizando su mirada por todo su cuerpo. Mark enarcó una ceja. 

— Cuando tenía dieciséis años invitaba historias acerca de haber tenido muchos amantes, sólo porque todo el mundo me decía que parecía un fuckboy. Pero oh, chico, tú no lo pareces para nada— añadió con una sonrisa divertida. 

— ¿Quieres comprobar cuán ciertos son los rumores?— preguntó, con su voz seria y una sonrisa de lado en su rostro. 

Ten soltó una carcajada. 

— Estoy casi seguro que quieres empujar esos rumores hacia DongHyuck, en realidad. 

— Touché — admitió, con la misma sonrisa.

— Ya ve a dormir, mocoso desvergonzado, y nada de hacer cosas raras en éste departamento— lo señaló con el dedo, antes de apagar la luz. 

Mark se giró para apoyarse sobre su brazo, el futón era incómodo y no se sentía a gusto durmiendo con alguien más en la misma habitación. Nunca lo hacía. Pero, se acordó entonces que en la habitación de al lado se encontraba DongHyuck. Cuando cerró los ojos para disponerse a dormir, las únicas imágenes que pasaban por su mente eran las del muchacho moreno. 

Usualmente, podía tomar las cosas fácilmente y luego tirarlas cuando ya no se divertía. Pero Lee DongHyuck estaba detrás de una vitrina y eso solo causaba una emoción burbujeante en su interior. 


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Habemus side-story (?).

Ésta historia se centrará en la relación de Mark y DongHyuck, contará con la participación estelar de NCT Dream y del YuTen; pero seguirá teniendo la misma dinámica que "a": contar con personajes con una "sexualidad cuestionable" o poco aceptada por la sociedad.

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora