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Mark pensó que aquello era muy raro, sumamente raro. El rubio se acomodó en aquel restaurante en el que su madre le había citado. La última vez que había ido ahí, había sido varios meses atrás, cuando recién llegó a Corea y tuvo que conocer a la familia de su novio.

Así que no podía ser nada bueno.

Su ceño se mantuvo fruncido incluso cuando la mujer llegó.

Las cosas habían estado tensas entre ambos, a ella no le había hecho mucha gracia que no hiciera ningún exámen para la Universidad. Pero, de pronto, pareció haberlo aceptado con mucha felicidad. Fue tan repentino, que también resultó sospechoso para Mark.

Un día él no tendría vida y al día siguiente, de pronto, estaba muy de acuerdo con que no quisiera ir a la universidad todavía. Fue raro pero no se quejó, al menos ya no tenía que aguantar sus sermones todo el día. Pero no quitaba la sensación extraña que se había instalado en el centro de su pecho.

Ella se acomodó con nerviosismo en el asiento, tal vez porque ella no estaba acostumbrada a la seriedad de Mark, siempre había sido su niño lindo... Hasta que llegó a Corea. Maldecía el día que había luchado por la custodia completa de su hijo para traerlo a su país ancestral.

— Se que no hay una forma suave de decir esto — comenzó a hablar ella, en medio de la cena. Mark dejó los cubiertos de lado para prestarle atención, terminando de masticar. — Pero creo que lo mejor es que vuelvas con tu padre a Canadá. Ya he hecho los arreglos con tu padre y todo está listo. Ni bien te gradues, te vuelves para allá.

MinHyung pestañeó pesadamente, como si le costara interpretar lo que ella le estaba diciendo. Era imposible que luego de haberle obligado a mudarse allí, con lo mucho que le había costado adaptarse y ahora que al fin le había agarrado el gusto, tuviera que volver a su país natal.

Con un tipo al que ni siquiera le importaba como su padre.

Mark se cansó de fingir.

Se cansó de ser un niño bueno sólo para no romperle el corazón.

Se cansó de ocultar lo que en verdad era.

Se cansó de que su madre decida siempre lo que tiene que hacer.

Apoyó los codos sobre la mesa.

— Me parece que no — sentenció él. — Soy mayor de edad y no puedes simplemente empaquetarme y ponerme en un avión cuando soy una molestia. ¿Estás haciendo todo esto porque te quieres casar con ese hombre y crees que diste una mala impresión por mi culpa? Claro que no, ese no es el problema. Yo no soy el problema. A mí no importa lo que hagas con tu vida amorosa, George me parece un buen tipo así que no estaría entendiendo por qué tienes que mandarme lejos. Te diré dos cosas: La primera, me quedaré en Corea del Sur, estés de acuerdo o no. Y no tendrás que preocuparte por mí porque trabajaré y viviré por mi cuenta. La segunda, soy homosexual y lo tengo bien claro desde hace bastante tiempo así que no, no es una etapa.

Mark se paró, dejando la servilleta sobre la mesa mientras se acomodaba el abrigo.

— Me iré primero. Juntaré mis cosas y me mudaré de casa.

MinHyung se fue, ajustando su abrigo y ni bien puso un pie fuera del restaurante, comenzó a llorar mientras apuraba el paso para que su madre no pudiera alcanzarlo si es que se le ocurriría perseguirle. Sin embargó, no miró atrás en ningún momento.

— ¿Johnny? — preguntó, llamando a lo más parecido que tenía a una familia en aquel sitio.

Uh, uh. ¡Mark Lee! Justo estoy saliendo de la universidad, whats up? — la voz alegre de YoungHo chocaba contra la respiración agitada y los hipidos de Mark.

— Necesito quedarme en tu casa esta noche. Ahí te cuento mejor las cosas.

Claro, ve con cuidado, bro. Yo llego en unos minutos.

Cuando llegó al departamento en el nuevo departamento en el que vivían los muchachos. Cinco chicos estaban en la pequeña sala con un gesto de preocupación en sus rostros.

Fue recibido por los abrazos del tailandés y luego por los de DongHyuck, al lado del que se acomodó en un sofá, mientras se disponía a contarles todo lo sucedido.

Durante la conversación, el teléfono de Mark y también el de Johnny vibraban casi constantemente.


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Como sabrán, o habrán calculado, hasta ahora la historia se ubicó entre los capítulos 20 a 40 de "a". Pero como era costumbre mía en ese fic, haremos un salto en el tiempo al año siguiente.
Lo aclaro porque vi que eso confundía a muchos en el otro fic, aquí hubieron pequeños saltitos, pero no tan grandes (?).
No soy tan mala como para mandar a Mark a Canadá :(

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora