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Chittaphon apareció felizmente por la puerta de su habitación, DongHyuck estaba echado sobre su panza en su cama, haciendo su tarea. Recién había llegado de la casa de JaeNo de estar haciendo el proyecto escolar que le habían asignado, aunque bueno, los demás estaban haciendo las cosas mientras él se dedicaba a pasarles los materiales porque no entendía nada. 

  — Prim me dio esto para ti— exclamó emocionado sentándose en la cama del menor.—En realidad, no me lo dio para ti, como ella es modelo le viven regalando maquillaje pero dijo que éste color era muy de niñas y entonces pensé "¿Conozco algún niño bonito al que le guste éste color?".

DongHyuck se emocionó y tiró el libro de matemáticas al piso, Ten se rió, antes de acercarse para ponérselo.

  — Nunca he maquillado a nadie, así que no quedará tan lindo como lo que me hiciste el otro día para la fiesta—admitió entre risas.

  — No es la gran ciencia, hyung—habló, soltando risitas porque el aplicador del labial le hacía cosquillas. 

De un saltito se paró para ir al baño a mirarse, volvió corriendo y se tiró sobre el tailandés, para darle un sonoro beso en la mejilla. El mayor se retorció divertido y guardó el labial en una cosa que -a su parecer- tenía cara de ser un sitio dónde se guarda maquillaje. Mientras el menor, derrotado, tuvo que recoger su libro y seguir haciendo tareas. 

  — ¿Quieres que te ayude con eso?

  — Nop, ya estoy casi terminando. Me costó mucho pero al fin lo entendí — fingió un llanto lastimero antes de volver a echarse de panza sobre su cama.

  — Ah, sí. Dejaste tu teléfono cargando y te llegó un mensaje—le entregó su teléfono.—Oye, tienes amigos guapos— añadió mirando su fondo de pantalla, tenía colocada una selfie con tres muchachos más. 

  — ¡Hyung!

  — ¡No dije nada malo! Solo digo que son guapos y que cuando iba a la prepa no tenía esos compañeros. Solo a los monos que conoces. 

  — Pero los hyungs son muy guapos, eh. Les diré que dijiste que eran monos—Ten puso cara de pánico y sacudió sus manos.

 —Ya, mejor me voy, pequeño traidor. Uno que confía y lo traicionan—se fue, antes de apoyarse dramáticamente por el marco de la puerta, DongHyuck se rió. 

Entonces, rodó sobre su espalda y tomó su teléfono. El mensaje era de un número que no tenía guardado, pero suponía que tenía que ser Mark, porque casi nadie tenía su número de teléfono. Así que en vez de terminar su tarea, se puso a conversar con el canadiense. 

Tennie-hyung me regaló un labial color chicle, es muy gracioso que él esté más emocionado que yo

Canadiense loco.
Me parece que ese sujeto se emociona mucho por todo.
Aunque deberías enviarme una foto para corroborar que es un lindo color

¿No conoces el color chicle? Eres más tonto de lo que creí.

Canadiense loco
¿Me ves cara de que me interesan los colores?

DongHyuck lo pensó bien, luego pensó que no perdía nada sacándose una foto. Además, le gustaba como se veía. Así que se tomó una selfie y se la envió, aunque luego se avergonzó mucho cuando MinHyung le dijo que la guardaría. 

Pero claro, a la mañana siguiente lo lamentó bastante, cuando tuvo que levantarse temprano para terminar la tarea a las apuradas y salir corriendo en dirección a la escuela. Llegó con el corazón en la boca porque no quería tener ninguna tardanza y que sus padres se enojaran con él. Fue recibido por el amistoso grupo que, de algún modo, había conseguido cambiarse de lugar. 

  — Tengo escalofríos—murmuró JaeMin, mirando el fondo del salón. Los tres se voltearon a ver cuidadosamente, efectivamente, los chicos problemáticos estaban de regreso luego de su suspensión.— Deberías suspenderlos definitivamente o algo así, si saben que volverán a golpear gente y fumar—bufó. 

 JaeNo los miró cuidadosamente y RenJun le dio una palmadita para que no lo hiciera.

  — No sabía que en las escuelas coreanas hubiera problemas con los... ¿cómo se dice bully en coreano?—preguntó. 

  — Iljin. Son toda una plaga—masculló JaeMin.—Actualmente ninguna escuela se salva de ellos, ni las privadas, ni las elitistas, ni la más baja de entre las bajas. Siempre se juntan esos grupos. 

Cuando volvieron del receso, DongHyuck buscó su cartuchera por todos lados. Miró debajo de su mesa y en su mochila. Pero no tenía ni la menor idea de dónde se había metido.

  — ¿No vieron mi cartuchera? La dejé sobre la mesa y ahora no sé dónde está—los demás muchachos también se pusieron a buscar y le avisaron a la presidente de clase, pero nadie lo había visto. De cualquier forma, RenJun tenía útiles de sobra para prestarle. 

Intentaron no darle mucha importancia, seguramente pronto aparecería o alguien le estaba jugando alguna clase de broma de mal gusto. 

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora