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(*) solo para que tengan en mente que los anteojitos de corazón son reales y porque ese look es una bendición. 

DongHyuck se acomoda los lentes de sol y, por primera vez en mucho tiempo, no le importa que la gente lo mire raro porque estos tienen forma de corazón y, encima, son rosados. Toma la conservadora que ha llenado de sándwiches, luego una capa de hielo, otra de latas de refrescos y más hielo; con la otra toma la enorme mochila de campista que le prestó Chittaphon y sale del departamento. 

Un muy dormido Mark se tambalea frente a la puerta del edificio, se duchó y dejó todas sus cosas listas, pero para no dormirse esperando a que todos se alistaran, prefirió ir a buscar a DongHyuck, porque nadie podría despertarlo luego. El menor se rió al verlo así. 

Se acercó, muy, muy, muy cerca. Pero Mark tenía los ojos cerrados, la cabeza medio ladeada y al final, se había apoyado contra la pared para no terminar cayéndose. Así que frunció el ceño, apoyando su cabeza en su hombro y frotando su nariz allí, pero el mayor solo respondió con un pequeño "mh" con el que parecía querer iniciar una plática somnolienta. 

— Vamos, Makku, ya podrás dormir en el camino y cuando lleguemos a la cabaña. 

— Si me duermo en el tren, me tendrán que arrastrar porque ya sabes como soy, no me despertaré. 

— Tranquilo, yo te despertaré. Tengo mis métodos. 

— ¿Cómo?— aún con sueño, Mark sujetó el otro extremo del mango de la conservadora, para que sea liviano para ambos cargarlo hasta la parada del bus. 

El canadiense quiso chillar cuando levantó la vista y la respuesta de DongHyuck fue un guiño. Pero no lo hizo, solo sacudió la cabeza y se juró a sí mismo que no se dormiría. 


Cuando llegaron al frente de la estación de trenes; YukHei, JungWoo, RenJun y ChenLe ya habían llegado. ChenLe parecía tener tanto sueño como Mark. RenJun traía un montón de cosas que probablemente no utilizarían, pero, por las dudas. JungWoo llevaba un abrigo entre sus manos incluso si ya todos se estaban muriendo de calor y YukHei, él estaba bailando en su lugar la canción que venía escuchando. 

— No entiendo por qué tenemos que ir en tren si podemos usar mi coche— masculló JungWoo, inclinándose hacia YukHei para decir aquello. 

— No entramos todos ni aunque nos coloquemos como piezas del tetris. 

— No, pero seguramente JaeNo-ssi debe tener un coche si tiene una cabaña en Incheon. 

— Eh... Su coche se descompuso— respondió rápidamente RenJun, nervioso ante la idea de que un chofer de la familia de JaeNo llevara a tres chinos en un coche. Sonaba como a que terminarían... durmiendo con los peces.

JungWoo asintió y ChenLe bufó. 

Pero dos segundos después, JaeNo se bajó de un flamante coche último modelo que hizo que los tres muchachos que no tenían ni la menor idea de quién era el chico de cabellos blancos, se preguntaran si es que RenJun estaba ocultando algo. 

— Es el coche de su tía— añadió el chico, un tanto nervioso.— ¿No es cierto?— se giró hacia JaeNo, quien se acomodaba los lentes oscuros y asentía, aunque no había escuchado qué rayos había dicho. 

— ¿Nana ya llegó?— preguntó JaeNo, mirando hacia todos lados.

—  Sí, uh, ¿no lo ves? Está justito aquí— respondió DongHyuck, girando hacia su lado izquierdo y señalando.— Qué conversador que estás hoy, Nana, cállate un poco.  

JaeNo lo miró con mala cara. 

— En realidad se fue calle abajo a comprar una brújula— comentó Mark, divertido. 

— Qué. ¿Para qué quiere una brújula? 

— ¡Va a ser de vital importancia si nos perdemos! Lo vi en un programa en Discovery— hablo JaeMin, llegando hacia ellos luego de una corrida.  

— Vamos a Incheon, no al Amazonas. 

— Mi querido JaeNo, cuando estés perdido en medio del mar y no sepas hacia donde hay que nadar. O cuando estemos en medio de una playa desértica y no sepan hacia dónde está Seúl, yo sí sabré y no te diré por ser un hombre de poca fe. 

— ¿Y hacia dónde queda Seúl desde Incheon?— preguntó YukHei. 

— Eh... Queda hacia... Aquí. Bueno. Mira, lo importante es que es solo para emergencias. 

— Vamos antes de que se nos haga tarde y no podamos aprovechar el día— los apuró RenJun. 

— O antes de que Mark se muera— añadió JaeMin, dándole una fuerte palmada al canadiense, algo que lo despabiló.  

— ¡Esperen! Todavía falta JiSung. Le estuve enviando mensajes en el camino y me dijo que estaba cerca. 

— Uh, eso significa que recién sale— bufó ChenLe.

— Perdón por la demora, me quedé atascado en el tráfico. 

Todos se volvieron a ver a un muchachito alto, con el cabello intensamente azul, cargando una mochila demasiado grande para sus delgados hombros. Hicieron un par de reverencias y recibieron al último miembro del grupo. Todos avanzaron en montón hacia el interior del lugar, siendo bastante bulliciosos incluso si era temprano en la mañana. 

Por suerte, siendo un sábado después de la hora pico de ingreso a las oficinas, el tren iba lo suficientemente vacío para que se pudieran sentar todos juntos, apoyando sus cosas cómodamente en el suelo o sobre la estantería del tren. 

YukHei y JungWoo se pusieron a conversar con JiSung y JaeMin, como los cuatro estaban sentado juntos de un lado del tren, fue fácil para ellos entablar una conversación amena, incluso si el más pequeño de todos era bastante tímido y de palabras escuetas.  

ChenLe se colocó los lentes oscuros y decidió que dormiría todo el fin de semana. Solo había aceptado ir porque RenJun hizo la sucia táctica de contarle a su padre que a su hijo lo habían invitado a un viaje de fin de semana y no podía hacerle una rabieta a su padre, así que tuvo que ir para no romperle las ilusiones al hombre. 

Además, él quería dejar de poner los ojos en blanco cada vez que el chico de cabellos blancos parecía encontrar una excusa para tener sus manos sobre su adorado primo. Si no jugaba con la cinta de su sombrero de paja, entonces estaría simplemente colocando sus manos sobre las de él. Mientras que RenJun, sentado a su lado, decidió ignorar a su fastidiado primo y conversar con JaeNo, quien se puso a contarle cosas acerca de su trabajo como camarero en el restaurante de su papá.  

Ni bien se acomodaron, Mark apoyó su cabeza en el hombro de DongHyuk y se quedó profundamente dormido en un par de minutos. Claramente, luego de estar en su turno en el bar toda la noche, no había descansado nada. Por lo que el pelirrojo sacudió su mano para llamar la atención de JungWoo y se pusieron a conversar sobre la carrera del mayor. 

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora