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Mark estaba a punto de perder la cabeza. 

Corría tan rápido como sus piernas se lo permitían. 

Al diablo con todos

Cuando llegó al departamento, tocó tantas veces timbres que pensó que todo el edificio se daría cuenta que él estaba allí. Pero no le importaba. Su corazón latía con fuerzas y respiraba con dificultad, el invierno, crudo, hacía que el vaho flotara densamente a su alrededor incluso dentro del edificio. La puerta se abrió luego de lo que le pareció una eternidad.

— ¿Quién te enseñó a tocar la puerta así, animal?— preguntó DongHyuck, fingiendo estar enojado, pero pronto sonrió.

La sonrisa no duró mucho en cuanto vio el estado deplorable en el que se encontraba Mark Lee. Lo miró lleno de preocupación, parecía que había estado llorando y que había corrido mucho. Iba a decir algo, instintivamente preocupado por el hecho de que anduviera así de desabrigado en un invierno tan crudo. Abrió la boca para decir algo. 

Mark lo empujó dentro del departamento, cerrando descuidadamente la puerta. DongHyuck dio un respingo, por suerte, ninguno de los hyungs se encontraba en el departamento.  

— Cállate— le ordenó, incluso si no había dicho nada, al mismo tiempo que envolvía sus brazos alrededor de su cuerpo. DongHyuck estaba sorprendido y todavía no entendía mucho de lo que estaba pasando, pero la enorme presión con la que agarraba su torso le indicó que algo no debía estar bien. El canadiense enterró su rostro en su cuello, apretándole contra sí, tan cerca como pudiera. Tomó su olor y su calidez. 

DongHyuck hizo un esfuerzo sobrehumano para apartarle y lo consiguió. Fue el abrazo más duro que recibió en toda su vida, pero, nuevamente, cuando iba a decir algo, fue interrumpido. 

— No digas nada— lo dijo, en un tono más calmado, pero no por eso menos imperativo. Pero algo como un par de palabras no detendrían la curiosidad del menor, así que apoyó su mano sobre su boca.

— En serio, no necesito más que un momento. Así que cállate y no lo arruines, las palabras joden todo— volvió a sentenciar, mientras empujaba con suavidad al menor, haciendo que por el descuido caiga sobre el sofá.

Mark se quitó el hoodie con cremayera que llevaba encima, el único abrigo que tenía sobre la camiseta ligera de mangas largas. DongHyuck lo observó con sus grandes ojos castaños y el candiense quiso ponerse chillar por la frustración, pero se subió encima del muchacho con más cuidado de lo que la brusquedad de sus movimientos indicaba. 

DongHyuck iba a darle un golpe para que se comportara, pero notó que los cubrió a ambos con su hoodie y el rubio se quedó quieto, sobre él, luego de que volvió a abrazar su cuerpo con fuerzas. Sus músculos que se habían tensado por lo confuso de la situación, se fueron relajando, hasta que aún si no entendía qué estaba pasando, apoyó el brazo que no estaba siendo aplastado por Mark, sobre su espalda aún debajo del abrigo que los cubría. 

¿Podía ser que fuera la forma extraña de Mark Lee de pedir un abrazo? 

Teniendo en cuenta el modo en que le había pedido que fueran amigos y más tarde su número, tenía completo sentido que lo único que quisiera en ese momento fuera un abrazo.

DongHyuck se removió para poder acariciar sus cabellos con el brazo que antes estaba siendo aplastado. Entonces, un par de instantes después, sintió como Mark contenía su respiración y luego cierta calidez, los movimientos involuntarios y el ruido, le indicaron que estaba llorando. Estaba incluso más intrigado que antes, pero por sobretodas las cosas, estaba preocupado. 

— Mi mamá le dijo cosas horribles a Johnny— dijo, después de un largo rato. DongHyuck sospechó que no estaba llorando precisamente por lo que le dijeron a YoungHo.— Se comporta como loca desde que se enteró que está de novio con TaeIl.

DongHyuck entendió que Mark lloraba porque significaba que su madre no lo aceptaría nunca tal cuál era. Así que, así como le pidió, se mantuvo en silencio mientras seguía acariciando sus cabellos, con su mejilla apoyada sobre su frente. Las palabras estaban demás, ciertamente, en una situación como esa. 

Luego de un rato, sintió que Mark había dejado de llorar, pero también pensó que se había quedado dormido por lo que dejó de acariciar su cabellera y simplemente se quedó allí quieto, pensando. ¿Sus padres también serían tan duros con él? Aquel pensamiento le heló la sangre. Ni siquiera era un chico al que le gustaban los chicos únicamente, era alguien a quien le gustaban cosas que estaban consideradas "para mujeres" pero al mismo tiempo se sentía contento con ser un chico, así que si ni él podía terminar de entenderlo, ¿esperaba que alguien más lo hiciera?  

El ruido de la puerta abriéndose lo hizo salir de sus pensamientos, escuchó un cuchicheó. La posición del sofá le impedía ver quién había entrado. Pero pronto escuchó la voz de Chittaphon y otra más que no conocía.

Oh my God!— exclamó Ten, deteniéndose en seco. Un chico un poco más alto que él, lo observó también con curiosidad.— ¿Me quieres decir que hace Mark Lee durmiendo encima tuyo?— preguntó en un susurro.

DongHyuck hizo una mueca de no saber, el otro chico se rió. Entonces Ten se percató de que el menor de todos tenía los ojos llorosos. Así que decidió que no haría más preguntas, al menos por esa noche. 

— Les traeré una manta que hace frío— propuso el tailandés.— Y mañana hablaremos mejor, ¿va? 

Chittaphon desapareció un momento, luego regresó con una gruesa manta y quitó cuidadosamente el pobre hoodie de encima de ellos. Los tapó con cuidado y le dedicó una sonrisa al muchacho moreno. 

— Si necesitas algo estaré en mi habitación con Yuta— añadió, despacito.

Cuando iba a irse, DongHyuck se removió. 

— Hyung, ¿tus padres saben que te gustan los chicos?

Chittaphon se detuvo, manteniendo la sonrisa dulce en su rostro.

— ¿Por qué crees que no he vuelto a casa en casi cuatro años?— Ten negó con un gesto de la cabeza, manteniendo su sonrisa.— Descansen bien. 



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Jejejeje, aquí es cuando están obligados a leer "a" si tienen curiosidad sobre la discusión de Mark y su mamá (?). 

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora