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Cuando la mujer abre la puerta, lo primero que ve es a su hijo, aunque luce un poco distinto. Han pasado un puñado de meses desde la última vez que lo vio, pero siente que ha cambiado muchísimo. Un poco más alto, sus rasgos más definidos, su cabello oscuro con ese corte de moda  y la mirada llena de seguridad que no cree haber visto nunca antes. 

Ella abre la boca para decir algo.  

  — ¿Puedes arreglarme una ropa?— pregunta Mark, dejando ver la falda rota. 

Un poco contrariada, se hizo a un lado mientras tomaba la prenda y se iba directamente al rinconcito donde tenía la máquina. Se sentó y MinHyung se colocó en el sofá, mirando hacia ningún punto en particular. 

La mujer sabía que la falda no quedaría como siempre, pero al menos no estaría rota. Sin embargo, una duda, le carcomía. 

— ¿Es de DongHyuck? 

— Sí. 

— Ya veo— murmuró, mientras tanto apretaba el pedal.

Mark se removió con incomodidad. 

— Deberías decir lo que sea que pienses— habló, totalmente tenso. 

— Si te lo digo, probablemente te vayas y nunca más vuelvas a hablarme. 

— Entiendo— MinHyung bajó la mirada, sintiendo un poco de culpabilidad. En el fondo, estaba arrepentido de haberle dicho las cosas así a su madre, pero entendía que si no lo hacía así, no lo hubiera hecho nunca más. 

— Estaba enojada, así que tiré el regalo que le compraste a tu amigo...— confesó. 

MinHyung asintió pesadamente, estaba terriblemente enojado, pero se las arregló para mantenerse sentado, tan quieto como podía. Apretó los puños y respiró profundamente. Igual y eso lo había comprado con su dinero, pensó.

— No es mi amigo.

Cuando él giró el rostro hacia su madre, vio que ella lo miraba confundida, incluso pensó que había cierto atisbo de felicidad en su rostro.

— Es mi novio.

Su expresión se descompuso.

— Sé que lo invitaste a la boda para fastidiarle como a TaeIl. Pero no dejaré que pase. Porque si lo haces en serio jamás volveré a hablarte. Puedo dejar de evitarte, si es que prometes que no lo meteras entre nosotros. Es lo mínimo. Si no te gusta lo que elijo para mi vida, solo no intentes tirarlo todo por la borda. Es mi vida, mamá. Es la vida de Johnny. Será difícil, pero nadie te pide que sonrías o que te agrade. Solo tienes que omitirlo.

Mark se había olvidado de la última vez que había rogado por algo y es que, muy a su pesar, no le gustaba estar peleado con su madre. Y mientras ella dejara de atentar contra su felicidad, entonces las cosas podrían ser más fáciles entre ambos.

Observó cómo ella terminaba de remendar la falda, con manos temblorosas, hasta que se la extendió.

— ¿Volverás a casa?

— Estoy bien viviendo con YukHei.

— ¿El que parece dealer?

Mark asintió.

— Es buen chico, TaeIl también lo es. DongHyuck es una persona excelente— tomó la falda con cuidado.

— No estoy de acuerdo. No aprobaré la relación. Pero no te fastidiaré, si eso significa que dejarás de ignorarme.

Mark asintió, pensó si tenían que darse alguna clase de abrazo, pero no creyó que fuera lo apropiado. Ni tampoco tenía ganas, ahora, para el cumpleaños de su pareja, solo tenía una pollera remendada.

— Nos vemos luego, supongo.

No lo entendía, su madre siempre le había dicho que buscara a alguien que lo amara por quién era. Y, cuando lo hacía, simplemente se empecinaba con que no quería que fuera esa persona. Probablemente quería que fuera una muchacha, bonita y correcta como YeRim.

Pero, ¿había algo de malo con que le gustara un chico de ojos brillantes? ¿Era tan importante la ropa que usara o dejara de usar? Mark no lo entendía. ¿No era suficiente simplemente con que lo hiciera feliz?

Si tuviera una madre con la que pudiera conversar abiertamente, podría preguntarle cosas. Como qué hacía cuando su pareja se portaba un poco raro y dejaba de hacer algo que le gustaba mucho. O qué hacer para quitarle el miedo que tenía de salir a la calle.

Pero si a nadie parecía gustarle que le usara faldas.

Pero si ni siquiera a sus parientes les gustaba que estuvieran juntos.

¿Podía realmente darle la certeza de que estaría todo bien?

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora