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La cabeza le daba vueltas cuando por fin pudo incorporarse de aquel sofá. Era duro y bastante incómodo, se había preguntado como es que había podido dormir por tanto tiempo, porque -aunque no había visto la hora - por la luz que había en la habitación, sabía que no era temprabo en la mañana. Gruñó por lo bajo.

Al levantar la vista, se encontró con un muchacho con cara de perezoso que lo miró torciendo el gesto. Estaba comiendo galletitas de un paquete enorme. 

  — ¡Xuxi, el bello durmiente ya desperto!— exclamó el chico.  

Dos segundos después, el tal YukHei apareció -tan enorme como era, luciendo gracioso en un departamento tan pequeño- con una sonrisa brillante en su rostro, terminando de ponerse una camiseta de mangas largas y aún con el cabello empapado. 

  — Ah, MinHyung, ¡al fin despiertas! Pensamos que habías entrado en coma o algo así— divertido, se desparramó a su lado. La voz estruendosa del muchacho, se escuchó como si fuera un taladro en su cabeza llena de resaca. Hizo una mueca de dolor.

El otro muchacho desapareció un momento y volvió con un vaso de agua y una aspirina, parecía bastante servicial aunque Mark pensaba que no le hacía mucha gracia su presencia ahí. Tragó un largo sorbo de agua, sintiendo como su garganta resentida se lo agradecía. 

— ¿Qué hora es? 

— Son las— YukHei mira su muñeca, aunque no tiene ningún reloj pulsera— cinco de la tarde de la tarde, pasaditas. Ya me estaba yendo a trabajar.  

— ¿¡Qué!?

— ¡Te dije que pensamos que habías muerto! Hasta le mandé un mensaje a tu novio para avisarle que estabas aquí. Mira, qué bueno que no pasó nada porque estoy seguro que no le habría hecho mucha gracia que andes de infiel por ahí por ebrio. 

— N-no tengo novio. 

El otro chico, bufó divertido. 

— Eso dicen todos— al fin pudo escuchar su voz. 

— ¡No tengo novio!— casi chilló en su defensa. 

YukHei se estiró sobre la mesita ratenera y tomó su teléfono, extendiéndolo hacia el canadiense. 

— Te estuvo mandando mensajes desde la mañana, primero fue como "¡Hyuuuung, contesta~!" y luego se enojó, pero después se preocupó y después volvió a enojarse— YukHei parecía bastante divertido. Entonces, juntó sus manos e hizo una leve reverencia.— Perdona por leer tus mensajes, pero me daba curiosidad qué tanto vibraba ese teléfono. 

Mark revisó rápidamente sus mensajes. Había muchísimos de su madre pero el último era un mensaje que parecía bastante molesto de DongHyuck. "Gracias por la consideración, Mark Lee". Entusiasmado incluso si el menor parecía enojado, entró. 

Hyung, hyung. Tengo que preguntarte algo

Hyuuuuuuung

Hyuuuuuuuuuuuuuuung, responde

Mark Lee, no juegues con mi ansiedad.  

Ok, sé que no te importa nada, pero a mí si me importa saber qué pasó con JaeNo

Decidió no seguir leyendo los mensajes, tirando bruscamente su teléfono. ¿Por qué Lee JaeNo estaba metido hasta en la sopa? ¿Qué le importaba a él lo que le había pasado a ese mocoso? 

  — No es mi novio, es complicado. Es el cuñado del mejor amigo de mi casi hermanastro. 

YukHei y el otro muchacho lo miraron con signos de preguntas en la cara. 

— Ajá, y el cuñado del mejor amigo de tu casi hermano te traba el teléfono a mensajazos solo porque sí— comentó YukHei divertido. 

— Pues sí, se le perdió su novio y se supone qué, ¿que yo lo tengo escondido? Tiene que dejar de leer esos webtoons raros. 

La puerta se abrió, dejando ver al muchacho que recordaba vagamente de la noche anterior. El chico llevaba una sonrisa brillante en su rostro. 

— Ah, nuestro RenJun es todo un casanovas— ahora sí, el muchacho que comía galletitas parecía verdaderamente interesado al igual que YukHei.— Está saliendo con un matón o algo así. Pero es bastante guapo. Estos niños de ahora viven en un dorama— dijo entre risas. 

— No sabía que RenJun pudiera sentir interés por algo que no sea ese hipopotamo finlandés— comentó el chico de las galletitas. 

— ¡Pues sí! Fue super de novela, estaba arrastrando a un mocoso que parece actor hacia su departamento, al pobre chico lo habrán molido a golpes unos pandilleros o algo así. 

— ¿Y dices que salen?— preguntó YukHei con ilusión. 

— ¿RenJun alguna vez te ha dejado entrar a su departamento?— el más bajito de los tres habló. Los otros dos sacudieron la cabeza.— Ahí tienes tu respuesta. Los únicos que entran ahí son su tío y su primo. Así que debe gustarle mucho el niño para que le deje entrar así como así. Qué encantador, el amor juvenil me llena de ilusión. 

— ¿No llamaron a una ambulancia por el chico lastimado?— Mark habló, un poco preocupado. Aunque pensaba que no tenía que ser el RenJun que él conocía. 

Los tres muchachos se rieron a carcajada limpia. 

— Ajá, segurísimo una ambulancia viene aquí— todavía riendo, habló el chico de las galletitas.— Estará bien con RenJun, cuando hemos recibido palizas, él no ha cuidado. 

Entonces Mark recordó lo que Chan le había dicho, los chinos no son extranjeros cool.  

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora