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El papá de JaeMin, durante todo el camino, le pregunta acerca de su tía y DongHyuck tiene que inventarse una historia porque él no tiene ninguna tía, así que debe decir algo más o menos creíble. Pero su padre pareció convencido con su conmovedora historia.

Se bajó del coche cerrando la puerta con cuidado. Se despidió del padre de su amigo y tocó el portero del edificio.

— ¿Quién es? — fue una voz femenina.

— ¡Ho-hola! Soy amigo de Makku.

— ¡Ah! ¡Reconocería esa voz donde fuera! Pasa, DongHyuck-ah.

El sonido aturdente del portero le hizo empujar la puerta y así subió, directo hasta uno de los pisos. En el que la mamá del rubio ya estaba ahí, esperándole en la puerta. Le hizo pasar con prisas.

— ¡Hace tanto frío fuera! ¿Mark te llamó? No me avisó nada.

— Ah... No. Estaba cerca así que decidí pasar a saludar.

— Oh, qué lindo. Ve, está encerrado en su habitación. Yo me iré un rato a ver a George, ¿va? No compren alcohol, niños pillos.

DongHyuck se rió nerviosamente, la mujer se puso un elegante tapado azul y salió, despidiéndose del muchacho con una sonrisa.

Quién diría que es una bruja loca. Pensó DongHyuck.

Caminó silenciosamente hasta llegar a la habitación que conocía como la de Mark. Abrió la puerta con cuidado.

Vio al rubio, sentado sobre el grueso marco de la ventana, escuchando música con sus auriculares puestos. Golpeó con sus nudillos la puerta, aún si estaba dentro.

— Uh, ¿tu mamá te encerró aquí o qué?

— Quería ir a esa fiesta rara a la que iría YukHei, pero mi mamá pensó que él era un traficante de drogas o algo así y le cerró la puerta en la cara — admitió entre risas, aunque no parecía tan divertido.

— Tengo algo que darte.

— Oh, que lindo, ¿me compraste un regalo? — Mark se incorporó, dejando su cómodo lugar.

— Algo así. Cierra los ojos.

Mark, emocionado de pronto, cerró los ojos al mismo tiempo que colocaba ambas manos juntas, preparándose para que dejara allí su regalo. DongHyuck se rió entre dientes. Era un tonto.

Colocó sus manos sobre las de él y las sostuvo allí, se acercó un poco más y besó los labios del canadiense. Solo unos segundos. Después, se retiró con el rostro ardiendo por la vergüenza.

— Ese día si te estaba buscando a ti — confesó, mirando sus pies. — Ahora tengo ganas de salir corriendo pero no me puedo ir solo hasta mi casa.

No quería levantar la vista porque tenía miedo de la expresión que pudiera tener el rubio en esos momentos. Apretó sus labios entre sí y se obligó a sí mismo a mirarlo.

Mark lo observaba con una mezcla de sorpresa y felicidad plasmada en sus ojos. Hasta que, al fin, una sonrisa vaciló en sus labios. Pero pronto, solo un ruidito raro y se cubrió el rostro con las manos.

DongHyuck no sabía que hacer así que se removió totalmente incómodo y más sonrojado que nunca en su corta existencia.

El timbre sonó.

Mark salió corriendo y DongHyuck quiso morirse ahí mismo.

— ¿Aló?

— ¡Mark!

— Ah, YukHei. ¿Estás acosando mi casa o algo parecido?

— No te creas tan importante. ¿Me quieres dejar pasar? Tenemos frío. Y bueno, Junu no luce como un dealer.

Escuchó un "¡No, no lo hago!" de una voz suavecita, detrás. Sacudió la cabeza y apretó el botón para permitirles pasar. Se apoyó por la pared y sacudió sus manos como abanicos.

¿Hacía calor o era él?

¡DongHyuck lo había besado! Soltó otro ruidito y fue a buscarlo.

Lo encontró ahogándose con su almohada. Mark rió, se sentó en el borde de la cama, quitándole la almohada.

— Eh... Creo que tengo que aclarar que no es malo, solo me tomaste por sorpresa y, my god, no creí que alguna vez fueras a besarme.

DongHyuck lo miró con sus ojos brillantes y Mark se inclinó. Unos golpes en la puerta le indicaron que aquel par había llegado, así que le hizo un gesto con la cabeza al menor para que lo siguiera.

Así que ese era el dichoso YukHei, pensó DongHyuck mientras observaba a los dos altísimos muchachos.

— No quiero ser grosero, pero, ¿quién es este?

— Esos modales, Lee MinHyung — se burló DongHyuck.

— Él es JungWoo.

DongHyuck creía haber escuchado ese nombre antes.

— Lo conocí en la fiesta de Navidad y ahora lo ayudo con una campaña solidaria.

— ¿Qué?

— Perdió sus llaves, hemos estado haciendo memoria y estamos casi seguros de que fue en la fiesta. Así qué... ¿No viste unas llaves con un colgante de Snoopy?

— Estos días he estado incomodando a mi compañero de habitación, así que me gustaría recuperarlas para ya no molestarle.

— ¡Ah! ¡Yo sé dónde están!

Los tres miraron al menor sorprendido.

— Johnny las encontró y las guardó, están en mi casa.

La sonrisa de alivio en el rostro de JungWoo fue sorprendente, tanto que se tiró a abrazar a DongHyuck, quién rió.

— Yuta-hyung estará más agradecido que yo.

— ¡Oh, vives con el novio de Ten!

— ¡Ese mismo!

Mark y YukHei se miraron y se encogieron de hombros.

— ¿Podemos ir a buscarlas?

— Claro, pero no sé cómo iremos hasta allá.

— Oh, no se preocupen. Tengo auto — JungWoo palmeó la espalda de DongHyuck.

— Por Dios, mis hyungs sentirán envidia de que alguien de su edad ya tenga coche.

— Fue un premio de mis padres por entrar en el primer lugar.

— Ah, un hyung mío quedó en segundo lugar creo.

Los otros dos solo seguían al par que conversaba. Mark pensó que no era que tenía realmente prohibido salir, así que no le importó y cerró la puerta tras él.

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora