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DongHyuck se quita la camisa del uniforme y suspira mientras revisa su armario, toda la ropa que le gusta está amontonada en el fondo. Pronto se pone la remera viejita que siempre utiliza para estar en la casa y vuelve a mirar con resignación su armario.

Chittaphon lo mira, desparramado en su cama comiendo palomitas. Pero no sabe si hablar o no con el estilo normie que ahora luce el siempre sorprendente Lee DongHyuck. Pero como el hermano mayor metiche que es, decide meterse.

- No te vi usando tu ropa habitual - comenta, intentando que sonara casual.

- Uh, sí... Fue una fase - DongHyuck se encogió de hombros y tiró el contenido de su mochila sobre su escritorio.

Chittaphon hizo una mueca, no muy convencido.

- ¿Cómo van las cosas con Mark?

- Bien, esta semana nos hemos visto poco pero siempre estamos hablando - contó, notoriamente más relajado que con el tema anterior.

- Bueno, voy a dejar que te cambies tranquilo. YoonOh trajo helado, así que ahora puedes servirte un poco si quieres - el tailandés sonrió cálidamente y DongHyuck asintió.

Se sentía un poco mal de no ser tan abierto como siempre con su hyung favorito, pero habían cosas de las que no estaba listo para hablar. Sencillamente porque ni él podía poner sus ideas en orden como para entenderlo, menos podría expresarlo en palabras.

Quizá porque sonaba tonto, sonaba como a algo que él nunca pensaría.

Pero DongHyuck creía que lo mejor era dejar de lado esas "cosas". Siempre pensaba que si sus padres supieran, probablemente podrían aceptar que saliera con un muchacho. Pero no creía que fueran a tomar con mucha simpatía que, además, pensara que la ropa de niña le iba bien.

Además, también estaba el hecho de que la mamá de Mark ni siquiera podía aceptar la relación de su futuro hijastro con un muchacho decente y ejemplar como Moon TaeIl. Menos que menos iba a tolerar la idea de que su único hijo salga con un chico al que le gusta usar faldas.

Se desparramó sobre su cama y extendió sus brazos a cada lado, pensando que era lo mejor. Después de todo. Nadie más que esas cuatro personas sabían que tenía un par de cosas escondidas en el armario y, seguramente, con el tiempo sería una tontería propia de la adolescencia.

Aunque una vocecita le repetía que no creía que existieran cosas "para chicos" y otras, "para chicas". Pero decidió no hacerle caso a esa voz.

Si lo pensaba bien, nunca había sabido si a Mark verdaderamente le agradaba ese lado suyo o solo le seguía la corriente para no hacerle sentir mal. Por lo que volvió a suspirar, abrazando su almohada.

Probablemente ni siquiera le gustaba.

El sonido del teléfono lo sacó de su ensoñación, era Mark, supuso que se habría despertado recientemente.

- Hola, Makku.

- Hey, Hyuck.

- ¿Dormiste bien, uh? Suenas como si hubieras dormido cien años.

- Me siento como si hubiera dormido cien años - ambos se rieron. - Pero me desperté y pensé, ¿qué mejor que salir a merendar con el niño más lindo del mundo?

DongHyuck sonrió pesadamente.

¿Mark entendía que no pueden solo salir como novios por ahí?

Toda la gente que tiene relaciones con alguien del mismo género o se van a lugares muy privados, o se van a sitios en donde otras personas con los mismos gustos van, o se mantienen en sus casas. Porque quizá, por más asumida que tengan su orientación, nadie quiere que media ciudad se entere porque luego comienzan los inconvenientes.

Seúl es pequeña y está llena de mucha gente, no quiere luego estar recibiendo burlas o miradas de costado.

- Ya, ya. Entiendo que no te gusta salir. ¿Qué te parece si voy a tu casa y pasamos el rato? Puedo ayudarte a hacer tus tareas.

DongHyuck se siente un poco culpable y asiente, luego se da cuenta que está al teléfono y se obliga a sí mismo a hablar.

Media hora más tarde, Mark está frente a la puerta. Siendo recibido por un confundido Chittaphon.

- ¿Por qué me miras con esa cara?

- Nada, es que creí que no querías cruzarte con tu madre.

- Y no quiero - Mark sonreía de forma confusa mientras entraba dentro del departamento.

El tailandés lo mira incluso más confundido, pero termina haciendo la cabeza y restándole importancia al asunto.

- Uh... Ya sabes, vengo por Hyuck.

- Claro, obvio. Está en su habitación haciendo su tarea.

Mark lo mira con el ceño ligeramente fruncido, pero Ten siempre le ha parecido raro. Así que avanza hasta la habitación.

Abre la puerta y la cierra tras él con total confianza.

DongHyuck lo mira desde su escritorio, sonríe enormemente y se abalanza sobre él para abrazarlo con fuerzas, plantando un sonoro beso sobre su mejilla.

MinHyung sonríe, besando a su vez la nariz del muchachito.

- ¿Me explicas por qué Ten está tan raro?

- Siempre está raro.

- Hoy está especialmente raro.

- Ah, no sé, ¿el calentamiento global?

- Debe ser eso... Ahora vamos, te ayudaré con tus deberes.

- ¡Nooo! Mejor me das un beso.

- ¿Y si te lo doy mejor cuento termines tus deberes?

La puerta se abre y ambos muchachos miran a un muy serio Johnny.

- Oye, no es que quiera preocuparte, pero... Bueno, mi papá iba a venir a comer, como DongHyuck se puso a ordenar le comenté que él también recibiría visitas y parece que tu mamá estaba escuchando nuestra conversación telefónica y debe estar a como cinco minutos de...

El timbre sonó.

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora