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RenJun suspira pesadamente y se rasca la cabeza, JaeNo está apoyado en su regazo, mirando su teléfono mientras que JaeMin se está sacando selfies.

Él está preocupado, mirando desde las gradas a ChenLe. Él parece estar contento, jugando a la pelota con sus compañeros, gritando y riéndose, pero hay un grupo de muchachos que lo miran de mal modo.

Por lo que suspira pesadamente.

— Si le dicen algo malo, JaeNo los intimida y ya — Nana se encoge de hombros y el aludido lo mira de mal modo.

— Olvidando el estúpido plan de Nana, falta poco para el cumpleaños de DongHyuck. Tenemos que hacer una fiesta — habla JaeNo, cómodo sobre el regazo del chino.

— Ponemos a Mark Lee en una caja con un moño en la cabeza y será una noche muy feliz — JaeMin mueve las cejas.

RenJun le golpea con la botella de agua vacía.

— ¡Solo digo la verdad y me censuran!

Entonces le tiraron un pelotazo a ChenLe por detrás y automáticamente RenJun saltó como resorte. JaeNo casi se cae, pero se atajó por poco. JaeMin se rió de la cara de susto del chico.

Pero cuando el chino más grande iba a intervenir, vio una cabellera azul acercándose velozmente mientras corría con una pelota de fútbol.

JiSung pateó en el momento justo y la pelota fue a terminar en el estómago del muchacho que había golpeado a ChenLe.

— ¡Perdón, se me fue la pelota!

ChenLe dejó de frotarse la nuca para echarse a reír. JiSung siguió corriendo y volvió trotando a donde estaban todos los de su curso.

JaeNo sonrió.

— Deja que ChenLe se arregle solo — comentó el chico de pelo blanco. — Estoy seguro de que es mucho más fuerte de lo que crees. Además, ya tiene sus buenos amigos.

— ¿Dicen que DongHyuck haya muerto por gripe?

— Deberíamos ir a verlo luego de la escuela y de paso le pedimos ayuda a Chittaphon para organizarle una fiesta — comenta JaeNo.


— ¿Por qué tenemos que venir nosotros también? — pregunta JiSung, acomodándose la mochila sobre los hombros.

— Porque iremos juntos después al trabajo — el aludido se encoge de hombros mientras JaeMin se estira a tocar el timbre.

Dos minutos más tarde una cabeza se asoma desde la ventana, era el tailandés, quien sonrió ampliamente y sacudió su mano.

— Vinieron los amigos del difunto — gritó para adentro.

Los amigos se rieron y entraron apresurados cuando el ruido indicó que podían pasar y luego subieron por el viejo ascensor hasta el quinto piso.

Chittaphon los estaba esperando con una sonrisa.

— Que bueno que llegaron, ahora me lo cuidan en lo que voy a la Universidad a ver unos papeles — palmeó la espalda de JaeMin y JaeNo, entregándole las llaves a RenJun mientras salía apurado.

Los mayores se desparramaron en el sofá como si fuera su propia casa, JaeMin caminó directamente hacia el refrigerador.

En cambio ChenLe decidido visitar al hyung enfermo, siendo seguido muy de cerca por JiSung. Tantearon en varias puertas hasta que al fin dieron con la correcta.

DongHyuck estaba dormido, un poco transpirado por la fiebre y parecía estar teniendo una pesadilla. Mientras ChenLe se sentaba en el borde de su cama, JiSung revisaba todo con su mirada.

— ChenLe-yah, ¿DongHyuck no salía con Mark-hyung? — preguntó el peliazul.

El mencionado movió la cabeza mientras se giraba a ver a su amigo.

— ¿Entonces qué hace esta falda rota sobre la silla?

ChenLe se paró de un saltito y dio pasos largos hasta pararse al lado del menor.

Efectivamente, había una falda roja con pintitas blancas rasgada como si alguien la hubiera roto con sus propias manos. Los dos muchachos se miraron entre sí.

— ¿Quizá tiene una prima...?— murmuró JiSung.

— O podría estar engañando a Mark con una chica — propuso ChenLe, sosteniendo la falda entre sus manos.

Los dos chicos siguieron la misma línea de pensamientos y se avergonzaron ante la imagen de DongHyuck rompiendo la falda de una muchacha. Ambos sacudieron sus cabezas con los rostros rojos.

— ¿ChenLe-yah...? — preguntó DongHyuck, él rápidamente escondió la tela en la capucha del abrigo de JiSung.

— ¡Hyung, vinimos a visitarte!

DongHyuck se incorporó lentamente, fregándose los ojos y lucía verdaderamente terrible.

— No deberían acercarse mucho, estoy muy apestado. No he dejado que ni Mark entre aquí.

JiSung miró a ChenLe, ambos asintieron.

— Bueno, le diremos a RenJun que ya has despertado.

Cuando salieron, cerraron la puerta con cuidado y JiSung sostuvo al chino por los brazos, medio sacudiendolo.

— ¡Tengo la falda de DongHyuck en la espalda! — gritó en un murmullo. — ¡Obvio se dará cuenta y nos matará!

— Si dices la falda de DongHyuck suena raro.

— ¿Raro cómo?

— Como si la falda fuera pertenencia de DongHyuck, dah — habló ChenLe, haciendo una expresión extraña.

JiSung frunció el ceño.

— No le des tanta importancia a una estúpida ropa, Lele.

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora