se mira y no se toca

36

Mark empujó la puerta, sosteniendo una bolsa llena de sopa de pollo instantánea. Pero era sopa de pollo al fin y al cabo.

Cuando ingresó al departamento de DongHyuck, se encontró con JaeMin y JaeNo tomando refresco en el sofá y a los dos chicos mirando una serie en Netflix.

— Ah, hola, Mark — lo saludó Nana.

— Eh... No es que no me guste verlos, chicos, pero ¿cómo entraron? — preguntó, cerrando la puerta con cuidado.

— Ten nos dejó entrar y se fugó — ChenLe se encogió de hombros.

El canadiense movió lentamente la cabeza, no muy convencido, dejando la bolsa sobre la mesita ratonera mientras se ponía a hablar con todos.

RenJun estaba con DongHyuck y pensó que lo mejor era no interrumpir, además, así aprovechaba para ponerse al corriente con los menores.

Sentado en el sofá, tenía cerca a JiSung, quien estaba sentado en el suelo y notó que había algo raro en su capucha.

Quizá porque su abrigo era todo negro que le llamó la atención que sobresaliera algo rojo que parecía tener lunares blancos.

Frunció el ceño.

Recordaba alguna vez haber molestado a DongHyuck diciéndole que lucía como Minnie Mouse cuando usaba una falda... Exactamente igual.

— JiSung-ah, le haré una sopa de pollo a Hyuck, acompáñame a la cocina.

JiSung lo miró contrariado, pero se paró sin decir nada y lo siguió, no sin antes cruzar una profunda mirada con ChenLe.

Nunca el camino a la cocina le había parecido tan largo y eso que estaba a menos de cuatro metros de allí.

Cuando JiSung entró, Mark arrimó la puerta tras ellos.

— Enséñame lo que guardas en tu capucha.

JiSung juntó sus manos y de pronto si parecía un jovencito de quince, nervioso bajo el escrutinio del canadiense. Balbuceó sin sonido alguno antes de darse por vencido. Entonces estiró su mano y le enseñó la tela roja de lunares, muy atento a la reacción del mayor.

¿Podía ser cierto que DongHyuck estuviera engañando a Mark?

Mark sostuvo la tela entre sus dedos con sumo cuidado, como si fuera lo más sagrado en este mundo. Sus ojos le picaron cuando se dio cuenta que había sido rasgada con mucha violencia.

DongHyuck había dejado de vestirse como le gustaba desde que tenían algo.

Y él no se había percatado de eso hasta el momento.

Echó su cabeza hacia atrás, haciendo mucho esfuerzo para no ponerse a llorar con los ojos del menor sobre él.

— Hyung, ¿está todo en orden?

Mark sacudió la cabeza. Apretó los ojos y suspiró pesadamente.

— Tengo que ir al departamento de mi mamá.

JiSung abrió los ojos muy sorprendido.

Tomó su teléfono y marcó el número de Johnny. Luego de un par de minutos, el americano le atendió.

— Necesito que invites a tú papá y a mí mamá a una cena.

— Qué.

— Necesito que la casa esté sola unos momentos. Tengo que ir a buscar... El regalo que le iba a dar a Hyuck el año pasado.

— Uh, ahora mismo iba a cenar con TaeIl, pero puedo hacerlo. Dame una hora y los tendré fuera.

Cortó la llamada y entonces pensó que la única persona que sabía cocer en su familia, era su mamá. Apretó la falda rota entre sus manos.

Volvió a llamar a Johnny.

— No importa, no es necesario que lo hagas. En algún momento tenía que enfrentarla.

— ¿Todo está bien, bro?

— No, pero si las cosas salen bien. Lo estarán.

Todavía tenía que encargarse de hacerle saber a DongHyuck que estaba enamorado por completo de él. Y la ropa que use no influye en eso. Aunque, de hecho, le encanta como le queda porque todo lo que él hace, dice y usa lo hace ser la persona que le ha robado el corazón.

Pero primero tiene que encargarse de otras cosas.

— Fue un gusto verlos, muchachos.

— Si lo dices así, suena a que nunca más te veremos — bromea JaeNo.

Mark sonríe, sacudiendo su cabeza, entonces vuelve a despedirse y corre directamente hasta la casa de su mamá.