El timbre suena y a los pocos minutos un sujeto con cara de pocos amigos atiende, RenJun pasa saliva, aferrándose a los brazos de su mochila.
— ¿A quién busca?
— A JaeNo.
— ¿Quién eres?
— Huang RenJun.
— ¿Hwang?
— Eh, sí. Hwang InJun.
El hombre asiente, RenJun intenta que el dialecto que JaeMin había intentando enseñarle, se escape un poco entre sus palabras. Así que el hombre desaparece y tres minutos después, un muy apurado JaeNo aparece.
Lo toma suavemente entre sus brazos y lo guía tan pronto como puede al interior de su habitación. JaeNo también tiene cara de pocos amigos. Hay mucha gente en su casa, muchos hombres de traje. Entonces sabe que ya llegado en mal momento.
— Hay una reunión de trabajo — susurra JaeNo, en cuanto cierra la puerta.
— Ah, venía para organizar la fiesta de cumpleaños de DongHyuck — mascullo, sabiendo que había como un pacto tácito de que él no iba a pasar por su casa por su propia seguridad.
Por un momento se olvidó. Cuando estabas con JaeNo era imposible pensar que algo extraño pudiera suceder, no pensaba en su familia y menos en lo que ésta hacía.
Pronto el menor se relajó, ya estaba ahí y sería incluso más sospechoso si se iba a los cinco minutos de llegar, por lo que fue por unos bocadillos y se pusieron a pensar qué cosa podrían hacer.
Concluyeron que lo mejor sería hacer algo en casa, sobretodo con el humor de perros que andaba cargando el muchacho en los últimos tiempos. Pedirían mucha pizza y pondrían música, nada demasiado complicado. Además, buscarían darle algún regalo.
— No tengo la menor idea de qué regalarle — sentenció JaeNo, haciendo una mueca.
— Yo tengo una idea. Podríamos ir a comprarle un regalo mientras le mandas mensajes a los hyungs — propone RenJun.
JaeNo hace una mueca más pronunciada, porque no le dijo qué idea tenía. Sea lo que sea, se sumaría a su regalo. Cuando se aseguraron de que no había moros en la costa, salieron tan rápido como pudieron.
El muchacho estaba cada vez más intrigado a medida que se dirigían a la sección de tiendas en las que normalmente pasean las muchachas. Su vista pasaba del teléfono al rostro del chino que caminaba tranquilamente. ¿Qué estaba haciendo ahí?
Cuando entraron a una de esas tiendas, JaeNo no entendía nada. Porque, hasta donde sabía, RenJun no tenía hermanas o primas. Y, hasta donde tenía entendido, estaban buscando el regalo para DongHyuck.
RenJun se paseaba entre los vestidores y JaeNo estaba por morirse de la curiosidad.
— ¿Qué hacemos aquí?
— Estamos comprando el regalo para Hyuck.
JaeNo hizo una mueca. Entonces, recordó el labial. Miró con los ojos muy abiertos al muchacho y éste solo movió la cabeza asintiendo.
— Si lo hubiera sabido, al menos hubiera tenido idea de qué regalarle — soltó una pequeña risita y RenJun dejó escapar aire, aliviado.
— Tengo cero buen gusto para los regalos — masculló el chino, moviendo las perchas.
JaeNo comenzó a recorrer con un poco más de entusiasmo la tienda. Pensando que las cosas tienen un poco más de sentido. Estaba bastante orgulloso de su buen sentido de la moda. Así que esperaba que le gustara a su amigo.
Después de estar un buen rato eligiendo algo, salieron con RenJun colgado bajo el brazo de JaeNo. Aprovecharon que ya estaban en el centro comercial, para tomar algo.
Desde hace un tiempo, había una situación extraña entre ellos. Siempre se encontraban muy cómodos en la burbuja que parecía crecer a su alrededor cuando ambos estaban juntos. Pero, en cuanto se daban cuenta que estaban ya demasiado a gusto, de pronto, todo parecía ponerse un poco raro.
Porque era malo estar así de cómodo.
JaeNo se removió, quitando su mirada del rostro del mayor. A su vez, él se acomodó en la silla, sujetando con fuerza el paquete en el que llevaban el regalo.
¿Por qué el tiempo no puede pasar más rápido?
RenJun pensó en algo que no se le había ocurrido hasta ese momento: ¿Por qué había tomado tan en serio las palabras de JaeNo si nunca más habían vuelto a hablar al respecto?
Una sensación extraña y amarga se instaló en su garganta y en la boca del estómago. Tranquilamente pudo haber sido un decir. Una expresión soñadora del momento.
No es como si fuera tan importante como para que Lee JaeNo dejara toda su acomodada vida para huir con él.
«Eres un tonto, RenJun» pensó, mirando por solo un instante a JaeNo.
La luz con la que estaba iluminada la cafetería le daba un aspecto de cuentos de hadas, su cabello blanco que caía rebeldemente y la expresión sonriente. RenJun tuvo ganas de llorar.
— Bueno, nos vemos en la fiesta — habló rápido, agolpando las palabras antes de salir corriendo.
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se mira y no se toca
FanfictionPor más que le guste muchísimo Lee DongHyuck, Mark Lee sabe que no pueden estar juntos. Y no es sólo por la amenaza de Johnny, su madre lo mandaría de regreso a Canadá si se entera que le gusta un chico... al que le gusta vestirse de chica. ❥ nct...