se mira y no se toca

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Incluso si sabía que a DongHyuck él no le gustaba, seguía pasando tiempo en el departamento que el menor compartía con Johnny porque le caía simpático su posible futuro hermano. Además de que era gracioso fastidiar a YoonOh. 

Usualmente se quedaba allí los sábados, los días que Johnny estaba más desocupado de la universidad, así que veían una película y comían pizzas juntos. Era muy divertido, además de que a YoungHo parecía agradarle que no estuviera siempre encima de DongHyuck. Le había dicho que era una actitud bastante madura de su parte. Aunque, el estadounidense no estaba al tanto de que se mantenía lejos de él precisamente porque sabía que no era correspondido. 

  — ¡Hyuuung!— la voz gangosa del menor hizo que cuerpo temblara ligeramente. No sabía que hacer, así que rápidamente tomó su teléfono móvil mientras YoungHo iba a abrir la puerta de su habitación. Mark fingió estar muy atento a su teléfono, pero era obvio que estaba mirando muy atentamente la puerta de la habitación. 

— ¿Qué pasa, Hyuck?— Johnny, siendo tan confianzudo como era, abrió la puerta de par en par. MinHyung se derritió un poco ante la visión de DongHyuck usando una de las playeras del americano, aunque le quedaba enorme, podía ver las tablitas de una falda debajo.

— TaeIl-hyung te está buscando— DongHyuck habló muy emocionado.— ¡Y está usando la camisa que le regalaste debajo de su abrigo!

YoungHo rió enternecido, sacudió la cabellera del menor mientras le daba la espalda para irse a su armario.

— Me dijo que tenía una sorpresa pero no pensaba que fuera a venir— habló, en voz alta, buscando su abrigo largo y tomándolo.— Gracias, Hyuck— se volvió hacia el canadiense.— Perdona que te deje así, bro. Pero seguro sabrás entenderme. 

— No hay ningún problema— Mark sonrió. Johnny se ponía como estúpido cuando alguien mencionaba a Moon. 

El problema, apareció claro, cuando Johnny dejó la habitación y ambos se quedaron en un silencio incómodo. El rubio se aclaró la garganta y obsevó al menor, quien seguía apoyado por el marco de la puerta, con una sonrisa que iba desapareciendo conforme el silencio se tornaba más y más pesado. 

— Salgan de aquí— espetó YoonOh, empujando suavecito a DongHyuck. El menor hizo pucheros y Mark salió casi corriendo.— Tengo que aprovechar que ese tipo no está para limpiar este nido de ratas. Estoy seguro que mi libro de apuntes está en algún lugar de este chiquero. 

Ambos estudiantes de preparatoria se rieron por la histeria del estudiante de leyes. Sin embargo, el silencio se tornó incómodo rápidamente de nuevo. DongHyuck lo miró, como si quisiera decirle algo, pero su boca se mantuvo cerrada. Mark se balanceó suavemente. 

— Ah... Qué linda tu ropa— dijo, bajito, con su vista en sus zapatos.

DongHyuck sonrió ampliamente. Pensó que debería decir algo, como que no sabía por qué estaba tan distante de pronto. Pero, en ese momento, Chittaphon entró. Abranzando a los dos muchachitos junto a su dulce sonrisa. 

  — Pasé por el restaurante de los Lee antes de venir, para comprar kimchi, vi a tu amigo JaeNo trabajando. Ah, es realmente guapo. Dentro de un par de años, será irresistible. ¡Yo sé lo que te digo!— le dio una palmadita.— ¡Encima es tan encantador! — el tailandés se detuvo.— ¿Vas a dormir con YoonOh, Mark? 

— Traje mi propio futón, así que puedo dormir en la sala sin inconvenientes. 

Chittaphon y DongHyuck se miraron, algo sorprendidos por el tono repentinamente seco del canadiense.