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— ¡Ya estamos por llegar, despierta a Mark! — gritó Nana. Para esas alturas, ya no había casi nadie en el tren.

DongHyuck asintió, volteándose cuidadosamente. Por suerte, todos estaban tan entusiasmados por llegar, que nadie les estaba prestando realmente demasiada atención. Así que pudo hundir su rostro despacito en su hombro. Tomó una respiración profunda y, aguantándose la risa, mordió con bastante tacto la piel de su cuello.

Mark se despertó de golpe, medio asustado, casi echando a DongHyuck del asiento en el proceso. Al ver su expresión, el pelirrojo no hizo más que echarse a reír a carcajadas.

— ¿¡Qué rayos fue eso, DongHyuck!?

— ¡Te dije que tenía mis métodos!

Mark maldijo por lo bajo, quizá porque aunque DongHyuck sabía que eso lo despertaría, realmente siendo el niño tonto que era, probablemente no medía el total de las consecuencias de sus acciones.

YukHei los observó, divertido, luego juntó las cosas y ayudó a RenJun con otras. Apurándose a bajar del tren.

JaeNo se puso al frente del grupo, llevando entre sus manos las otras cosas de RenJun, por lo que el muchacho extranjero solo estaba colocado a su lado, sosteniendo su sombrero para que el viento no se lo llevara.

— Estamos a unas cinco cuadras del mar. Después tendremos que ir otras cinco y estaremos en una zona tranquila donde está la cabaña.

— ¿No podemos ir en taxi o algo así? — preguntó ChenLe, incluso más desganado.

— ¿Por diez cuadras? — inquirió JaeMin.

— ¡Son demasiadas!

Mientras los dos hablaban, el resto ya se había puesto en marcha. Solo JiSung se detuvo para esperarlos, quería asegurarse de que tanto el chico-brújula como el chico malhumorado no se perdieran caminando en línea recta.

— Oye, ¿le dijiste a Johnny y eso si querían venir? Todos son conocidos de JaeNo — preguntó Mark, a DongHyuck.

— Sip, me dijeron que vendrían después del mediodía, cuando YoonOh terminara de trabajar.

JungWoo hizo una mueca que tanto eo pelirrojo, como Mark, como YukHei, notaron.

— No te preocupes, Junu, puedes decirle que tienes un amigo intimidante que te defenderá.

— No le das miedo a nadie, Xuxi — aseguró JungWoo.

— A ChenLe sí — aclaró DongHyuck.

JungWoo miró al dichoso ChenLe.

— Tiene como doce y parece odiar la vida, obvio le dará miedo YukHei — los cuatro se rieron.

— No te preocupes, hyung, YoonOh ha cambiado bastante ahora que sale oficialmente con DongYoung.

— Siempre he creído que me odia — confesó al fin, suspirando. — Cada vez que nos cruzamos en la universidad me observa como si me quisiera fuera.

— ¿Y si a DongYoung le gustaste en algún momento? — pensó Mark en voz alta.

Los tres muchachos lo miraron, certamen sorprendidos por aquella teoría.

—  Todos aquí sabemos lo especial que es DongYoung, así que quizás él no quería aceptar que le gustaba un chico en secundaria, o quizá no quería salir con nadie. Pero quizá le confesó eso a YoonOh y por eso te desprecia tanto. WooJae es el tipo más genial que conozco, pero nunca ha parecido seguro de sí mismo.

— Tiene sentido — murmuró YukHei.

— Como sea, a mí ya no me gusta más DongYoung-hyung y obviamente a él le debe gustar mucho Jung YoonOh como para haberse aguantado ser una especie rara de amante. Así que hasta ahí, debería terminar todo el problema.

— Esperemos que no pase nada y no llamemos a la mala fortuna — DongHyuck juntó sus manos y luego suspiró. YoonOh era complicado por donde se lo mirara.

YukHei miró a JungWoo, quien seguía luciendo bastante contrariado. Mark notó aquello y se lamentó por haber dicho su teoría en voz alta.

Entonces, YukHei pareció acordarse de algo.

— ¿RenJun y ese chico son pareja o qué? — preguntó, en un susurro bastante audible.

— Oh, no. Son muy buenos amigos — DongHyuck habló con una mueca. — Más bien son un par de tontos.

Los muchachos observaron como los dos caminaban muy cerca, sus brazos rozándose, riéndose de quién sabe qué.

— Conozco a RenJun desde hace mucho y nunca pareció interesarse en nadie, así que es bastante shockeante verlo de pronto todo risueño con un muchacho.

— No creo que puedan salir por más que quieran — murmuró DongHyuck.

— ¿Qué? ¿Por qué? — JungWoo parecía bastante interesado en la historia.

— Uh... La familia de JaeNo tiene algo contra los chinos y son bastante tradicionales, no creo que les haga gracia que le haga ojitos a un chico y mucho menos que éste chico sea chino.

— Eso es realmente triste.

De pronto, la forma en que caminaban juntos, ya no era tan linda. Era, más bien, un cuadro nostálgico de un sueño de verano que nunca podría suceder.

— Podría hacer como Mark y simplemente irse — acotó YukHei luego de unos minutos de absoluto silencio. — O como yo.

La mirada de todos cayó sobre YukHei, el muchacho que nunca hablaba de sí mismo, aunque siempre parecía alegre. Pero el muchacho de Hong Kong encontró más interesante ponerse a hablar de lo caluroso que era el clima incluso con la brisa marina.

— ¡Miren, ahí está!

A varios metros, una gran cabaña diseñada con un aspecto pintoresco, aparecía cerca del mar como si en serio estuvieran en algún lugar paradisíaco.

se mira y no se tocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora