II

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La entrada al Gran Comedor deslumbró a Kendrew. Las paredes de piedras eran brillantes, los pisos de maderas y las miles de velas encendidas daban a ver un ambiente acogedor, infinitamente mayor que el de la casa de los McAlvey.

La comitiva de alumnos de primero avanzó lentamente por el comedor bajo las miradas de los cursos superiores y los profesores. Kendrew alcanzó a ver a los pelirrojos de esa mañana en la mesa a su diestra. Vestían túnicas con el símbolo escarlata de los Gryffindor...¡Morgana! Kendrew no quería acabar ahí...no quería y no podía pues de hacerlo la ira de su madre sería notoria y dolorosa.

-Tened la amabilidad de esperar aquí- Anunció la profesora McGonagall mientras hacia un ademán con la mano.

El director se puso en pie y pronunció un discurso mientras que Kendrew le observaba con infinita curiosidad. Albus Dumbledore...aquél mago que decían era el mejor del mundo.

Tras el discurso comenzó la selección.

La profesora dijo muchos nombres: Draco Malfoy, Susan Bonns, Hermione Granger, Ron Weasley y también Harry Potter con quién el sombrero se tomó su tiempo y que finalmente envió a Gryffindor.

-¡Kendrew McAlvey!

Como ocurrió con Harry anteriormente, el comedor quedó en silencio total. Todas las miradas se posaron en Kendrew y mientras el andaba lentamente hasta la profesora algunos imperceptibles susurros se escucharon en el comedor.

-Esa familia...

-Mis padres dijeron que son asesinos de muggles...

Kendrew tragó saliva y se sentó en el taburete mientras se interesaba en el suelo y apartaba su vista de la multitud. No vio a la profesora colocar el sombrero sobre su testa pero si sintió su tacto al ser posado sobre su despeinado pelo castaño.

>>Um...interesante, muy interesante. Un McAlvey, siempre difíciles de situar y aún más hacerlo de forma correcta. Veamos...eres fiel como un Hufflepuff y tienes algunas cualidades dignas de Slytherin, de hecho ahí fue a a parar el grueso de la familia de tu padre...y puede que en Gryffindor...

-Gryffindor no- Suplicó en un imperceptible susurro y un escalofrío recorrió su espalda al pensar el castigo que recibiría- Por favor...Gryffindor no- Rogó casi con un sollozo.

Rogó durante tres minutos en los que el Sombrero quedó en completo silencio.

>>No, no eres valiente como un Gryffindor y Ravenclaw...vaya, tienes una mente despierta y ágil y de hecho...vaya, vaya, sí...sí, ya se donde es tu lugar ¡¡RAVENCLAW!!

La mesa de las águilas aplaudieron y por primera vez en su vida, Kendrew se limitó a sonreír pues Ravenclaw no era Gryffindor y tal vez su madre no le pegase al saberlo...tal vez. Kendrew se levantó y a paso apresurado se dirigió a su mesa.

Buscó un sitio y lo encontró entre dos chicos de primero que lo recibieron con tímidas sonrisas.

-Hola, soy Isaac Goldstein- Saludó el chico de la derecha.

Era menudo, con carilla de hurón, nerviosos ojos marrones y un corto pelo castaño. Tenía una sonrisa que temblaba y Kendrew sentía que movía sus piernas inquietamente bajo la mesa. A todas luces era un chico nervioso e hiperactivo...la total contraparte del alumno a la izquierda del escocés.

Ambos se dieron la mano y Kendrew miró al otro chico.

Era un poco más alto que Kendrew, de rostro atractivo y ojos azules. Su pelo azabache le llegaba hasta el cuello, clara señal de que intentaba dejarse el cabello largo. Era de piel clara y tersa y a simple vista se veía que era alguien serio y callado, sincero y posiblemente directo.

-Michael Corner- Saludó.

-Eh...Kendrew...McAlvey.

El director se volvió a alzar y deseó un feliz banquete y cientos de exquisitos manjares comenzaron a aparecer en la mesa. Michael y Isaac sin pensar ni titubear se lanzaron a comer pero Kendrew tomó un tenedor y comenzó a comer lenta y paulatinamente pues aun algunas miradas se sostenían sobre él y eso le hacía sentirse profundamente avergonzado. Sabía como era su familia, sabía muy bien como era su madre y sabía muy bien lo que se decía de su padre, lo que él hizo y...donde estaba él por esas acciones.

Al terminar la cena su prefecto los llevó a la torre de Ravenclaw. Un enigma se les presentó al pasar por la puerta de los dormitorios y al resolverlo entraron. Era una gran estancia circular de paredes de puro mármol blanco, con un gran chimenea formada por cientos de águilas, ninfas y seres mitológicos. Muchos sillones, sofás, divanes y muebles azules se extendían por aquí y allá de forma desordenada y al fondo, junto a la escalera, había una gran estatua de una bruja bella y tras ella se encontraba una gran biblioteca con cientos de libros.

El prefecto fue asignando habitaciones y la sorpresa para Kendrew fue que la suya la compartía con Michael e Isaac.

Michael eligió la cama que estaba junto al brasero y Isaac se decantó por la que estaba bajo una alta ventana. Por su parte Kendrew se conformó con el lecho que se hallaba en un rincón, cerca del brasero y al lado de una ventana de nivel más bajo. Los muebles eran de caoba y todas las sábanas y alfombras eran azules y doradas. Al lado del lecho se hallaban las pertenencias y efectos personales de Kendrew.

El chico entró en el aseo y salió con su pijama ya puesto.

Sus otros dos compañeros se tiraron en sus respectivas camas mientras que Kendrew hizo lo propio con cierta desconfianza pues esa era la primera vez que dormía fuera de su casa y eso le hacía sentir extraño, no bien, únicamente extraño.

La lana de las sábanas era suave y no ásperas y más abrigadas que las de su casa, la almohada no era tan mullida pero Kendrew se conformaba. El niño se acomodó, se viró a un lado y cerró los ojos.

-Bueno...- Dijo Isaac- ¿Hablamos de nosotros?

-Vale- Afirmó Michael.

Kendrew miró al cielo y volvió a cerrar los ojos.

-Soy de Londres- Dijo Isaac.

-Yo de York- Informó el chico alto- ¿Y tú de donde eres, Kendrew?

El niño pensaba en no responder pero se dio cuenta de que ellos iban a ser sus compañeros durante siete años y por su propio bien le convenía crear un ambiente más relajante que el de su casa.

-De Edimburgo.

-¡Ah! Ya me parecía que tu acento era poco inglés.

Kendrew quedó perplejo ¿Su inglés...malo? Reconocía que hablaba mejor escocés y gaélico puesto que en su casa y en Edimburgo (ciudad que visitaba a menudo con Claudle a hurtadillas) se hablaban dichos idiomas más que el inglés pero ¿En verdad le estaban diciendo que su acento era malo? Formuló tímidamente la pregunta.

-No quería decir eso hombre, solo que tu voz aunque es suave se queda ronca al hablar inglés.

Kendrew se sonrojó y se escondió bajo las sábanas.

-¡Venga, no nos hagas eso!- Se quejó Isaac entre risas- ¡Sal!

Kendrew se lo pensó unos instantes y salió de entre las sábanas, se incorporó en la cama y miró a sus compañeros.

-Mucho, mucho mejor- Afirmó Isaac.

-¿Siempre eres tan...así?- Inquirió Michael.

Isaac movía inquietamente las piernas bajo las sábanas.

-¿"Así" cómo?

-Creo que...quiere decir tan inquieto- Dijo Kendrew.

Isaac se puso en blanco y al instante comenzó a reírse.

Esa noche tardaron en dormirse pues entre risas por parte de los ingleses, las boberías de Isaac y las preguntas de Michael el sueño les llegó pesado e inapetecible pues a todas luces era obvio que en esas horas nocturnas los tres habían trabado gran simpatía y Kendrew se preguntó si...¿Ése sería el primer paso para hacer una amistad? Él nunca había tenido un amigo, pero de todo corazón Kendrew deseaba que fuese así.

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora