XXXVI

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La tercera prueba había llegado y los campeones habían salido. Kendrew estaba sentado en una de las gradas, esperando. Había pasado una semana desde lo que ocurrió con Fred y no podía estar más feliz aunque, obviamente, se mostraba tan enfadado y malhumorado como siempre. Su pelirrojo estaba acompañado de tus hermanos y de sus padres que habían ido para contemplar el acontecimiento. Fred vio como Kendrew tenía su vista puesta sobre él y le guiñó un ojo a lo que Kendrew sonrió. Habían acordado llevar los suyo en secreto aunque la propio escocés le costaba definir qué era lo "suyo".

Estaba sentado con sus dos amigos Ravenclaw que se habían pintado la cara de los colores de Gryffindor y Hufflepuff aunque no habían conseguido pintar a Kendrew, eso jamás. Y a pesar de la dicha que Kendrew sentía algo le atemorizaba. Había pasado mucho tiempo desde que los campeones salieron y Fleur Delacour ya había sido obligada a retirarse alegando que Krum la hechizó pero que no parecía ser él...¿Qué demonios pasaba en ese maldito laberinto? ¿Cómo estarían Harry y Cedric?

-Es un traslador- Dijo Cedric, mirando la copa- ¡Harry la copa es un traslador!

El Gryffindor miró aterrado el entorno que lo rodeaba.

-Este sitio...yo he estado aquí antes.

La niebla era espesa, impedía la visión de la lejanía pero de cerca...eran un montón de tumbas, epitafios y una gran estatua con la forma de la muerte, empuñando una guadaña. Harry se acercó a la tumba en cuestión y miró el epitafio: Riddle.

-¡Cedric tenemos que volver a la copa, ya!

-¿De qué estás hablando?

Unos pasos se escucharon y Harry pudo ver como Colagusano, aquél que traicionó a sus padres asesinaba a Cedric a sangre fría. El Hufflepuff cayó el suelo, exhalando con su último aliento el nombre de un chico.

Colagusano hechizó a la estatua, tras Harry, y esta aprisionó al adolecente con su guadaña de piedra.

Un fuego se encendió bajo un caldero y Colagusano echó dentro un envoltorio de piel blanca y translúcida. El traidor se cortó la mano y la echó al fuego, luego, atrajo un hueso del padre Riddle que también echó al caldero y por último...hizo un corte en la mano de Harry y echó su sangre al caldero.

Se produjo una explosión y Harry lo vio a él. Entre el humo, la niebla y el fuego, lord Voldemort había regresado y su cuerpo cual piel de serpiente se regeneraba sobre su aspecto cadavérico.

-Mi varita...Colagusano.

El demacrado hombre cumplió la orden con gracia y el mago oscuro posicionó la punta de su varita en la marca del antebrazo del traidor. En el cielo surgió una calavera color esmeralda y de su boca surgieron corrientes de vapor que descendieron a tierra, quedando alrededor de Voldemort: Eran sus infieles acólitos.

-Bienvenidos ¡Bienvenidos amigos! Trece años han pasado y aún seguís aquí, ante mí, tal como si fuera ayer. Reconozco que me ciento...decepcionado ¡Ninguno habéis intentado encontrarme!

El señor tenebroso arrancó las huesudas máscaras de todos los Mortífagos, dejando al descubierto sus rostros bajo sus sombreros picudos.

-Ni siquiera tú...Lucios.

Voldemort quitó la máscara de uno de sus seguidores y desveló el vil rostro del señor Malfoy, el padre de Draco, el archienemigo de Harry.

-Mi señor...yo siempre he seguido vuestros designios.

-¡Ja! Hay otros que merecen estar más aquí que todos vosotros, malditos ¡Los Lestrange y los McAlvey fueron a Azkaban por no renunciar a mí! ¡Llegado el momento de su liberación serán recibidos con honores!

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora