LXII

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El puñetazo en la cara pilló desprevenido al rubio.

-¡Retrasado!- Bramó el McAlvey- ¡Ten envié fuera para ponerte a salvo y tú vuelves!

-¡Oye! ¡Antón y yo hemos venido a echarte una mano!

Kendrew apretó los puños, maldiciendo a ese tonto que era su mejor amigo pero al final suspiró.

-Antón, Michael y tú, Isaac, venís conmigo ¡No os voy a quitar el maldito ojo de encima!

El nórdico sonrió con sorna.

-Claro que no, Kendrew.

Los dos salieron corriendo y Kendrew se viró hacia Fred. El pelirrojo le sonrió y le guiñó un ojo.

-Yo y George vamos a las mazmorras.

Kendrew suspiró, agradecido. A su parecer las mazmorras eran de los mejores sitios para Fred puesto que estaban bajo tierra y Kendrew esperaba que allí el número de enemigos fuese menor.

-Ten cuidado.

-Y tú también....por favor, cuida de mi madre.

Kendrew le acarició la mejilla.

-Descuida, conmigo está más que a salvo.

Se besaron y luego, Fred y George salieron corriendo.

Kendrew se quitó la túnica y se reunió en los escalones del patio con la profesora McGonagall, con el profesor Flitwick y con Molly Weasley.

-Sabes que no podemos detener ahí fuera a quién-usted-sabe indefinidamente- Comentó el profesor.

-Eso no significa que no podamos retrasarlo- Terció McGonagall- Y su nombre es Voldemort. Filius, puede decirlo usted también. Intentará matarle de todos modos- La profesora se dio la vuelta y alzó la varita- ¡Piertotum Locomotor!

Kendrew contempló el vestíbulo del comedor y una de las estatuas de las paredes calló de rodillas al suelo y a esa le siguieron otras dos, y a esa otras más.

-¡Hogwarts ha sido amenazada, cuidad sus lindes, protegednos, cumplid vuestro deber para con la escuela!- Ordenó McGonagall mientras las estatuas desfilaban hacia el puente de piedra- Que ganas tenía de usar ese conjuro ¡Oh!

La señora Weasley y Kendrew miraron a la profesora.

-¿Sabes que vamos a morir de todos modos, no, profesora?

La mujer dirigió una mirada molesta a Kendrew-

-¡Qué positivo!

-Bueno...conmigo al menos tenéis una posibilidad.

-Fred tenía razón en una cosa, querido- Dijo la señora Weasley- Tienes problemas de humildad.

Kendrew se encogió de hombros.

-No hay nadie perfecto.

Kendrew y la madre de Fred dieron unos pasos al frente. Los dos sacaron sus varitas y apuntaron al cielo y junto a los profesores Slughorn y Flitwick crearon una barrea protectora perfecta en torno a todo el castillo.

Los amigos de Kendrew se aproximaron a él.

-Tengo un mal presentimiento- Dijo Michael.

-Sí- Concordó Antón- Vamos a morir.


En el exterior del castillo los Mortífagos se congregaron en un acantilado, y dirigiéndolos a todos estaba lord Voldemort. El señor tenebroso acarició la varita de sauco, la varita más poderosa del mundo, mientras miraba con mofa a la escuela.

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora