La sala de los menesteres, la sala que viene y va. Kendrew quedó impresionado cuando le dijeron que ese iba a ser el sitio para las reuniones del Ejército de Dumbledore, por muy en desacuerdo que estuviese Kendrew respecto al nombre.
Una noche, todos se reunieron en la sala. Kendrew se aflojó el nudo de la corbata y ordenó que todos hicieran dos filas para practicar el hechizo Expelliarmus contra un Mortífago. El primero fue Longbottom, ere un auténtico desastre.
-Mal- Dijo Kendrew.
El escocés colocó correctamente la mano del Gryffindor, le hizo coger la varita por el extremo correcto y le ordenó lanzar el hechizo que rebotó contra una pared y casi se carga a la mitad del ejército de Dumbledore.
Longbottom le miró, temeroso.
-¿Mal?
-Fatal. Aireas demasiado la varita. Kendrew sacó su varita y apuntó al muñeco de prácticas- ¡¡Expelliarmus!!
La varita del Mortífago salió volando.
-Prueba otra vez con otro maniquí ¡Tened presentes que cuando les disparáis al enemigo, él también os dispararán a vosotros, apuntad menos y lanzad más hechizos!
Los alumnos se sucedieron y llegó el turno de Fred. Ambos se miraron durante unos brevísimos segundos y el pelirrojo le guiñó el ojo de forma seductora mientras lanzaba un hechizo perfecto.
-Bien ¡Johnson!
La capitana del equipo de Gryffindor se adelantó y sacó su varita. Apuntó al maniquí y lanzó el hechizo. Habría aceptado, de no ser porque Kendrew le hizo la zancadilla y ella cayó de bruces al suelo, pobre...no, en verdad no.
-¡Una batalla nunca es justa! Estad atentos, siempre...¡Ah! Johnson, ya puedes levantarte.
La clase terminó poco después y Kendrew se sintió realizado.
A medida que los días se sucedieron, uno detrás de otro todo iba adquiriendo una nueva forma para el Ravenclaw. Eso de enseñar no se le daba tan mal. Había conseguido que los petardos de sus compañeros aprendiesen unos hechizos defensivos básicos que les defenderían de una amenaza estándar, pero les quedaba mucho para enfrentarse a un Mortífago.
Durante una de las clases Harry hizo, junto a Kendrew un modelo base de duelo.
Ambos se saludaron y apuntaron sus varitas.
-¡Ex...!
-¡¡Desmaius!!
Harry salió volando metros hacia atrás y los Ravenclaw presentes aplaudieron con suficiencia mientras Kendrew contemplaba como unas manos se movían tras las espaldas de los estudiantes, sin duda alguna, pagando las apuestas que habían hecho sobre el combate.
Practicaron el duelo. Kendrew derribó a Isaac, a George y al perfecto culo de su primo. Pobre Edvard.
-Me toca.
Kendrew se dio la vuelta y descubrió a Fred frente a él.
Mierda, Kendrew se había alejado lo más posible de él, no quería enfrentarse a Fred. Estaba arrepentido de cortar con él pero por otro lado no podía quedarse impasible mientras él le aturdía, todos verían que Kendrew McAlvey, por una vez, había fallado.
El escocés hizo el saludo, al igual que Fred. Ambos se alejaron y se apuntaron con sus varitas.
-¡Vamos!- Animó Fred, sin pudor.
Kendrew tembló durante un instante.
-¡¡Expelliarmus!!
El escocés esquivó el hechizo y Fred sonrió con sorna.
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Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]
Hayran KurguLa vida de Kendrew McAlvey siempre fue de todo menos normal. Era un niño especial, un mago en la familia más odiada de toda Gran Bretaña, una familia cuya larga historia siempre estuvo salpicada de criminales, asesinos, nigromantes y...magos oscuros...