XLVI

168 20 0
                                    

Kendrew tardó casi dos días en salir de la enfermería y cuando lo hizo sentía los brazos pesados pero al menos los podía mover, y en caso de no poder sostener una varita tenía la impresión de poder hacer magia solo con la mente, de lo enfadado que estaba. Pero Madame Pomfrey era una auténtica virtuosa medimaga, los brazos de Kendrew quedaron blancos y lampiños, como antes de recibir el castigo. No obstante, quería matar a la perra de Umbridge y darles una lección a Malfoy y sus compañeros.

Fred no se separó de su lado en ningún momento, estuvieron juntos hasta que el escocés salió de la enfermería y se reincorporó a las clases, luego, ninguno de sus amigos se separó de su lado. Todos en el castillo ya sabían lo suyo pero al pelirrojo no le importaba, es más, mantenía la cabeza bien alta y una sonrisa ladina constante.

Corría la quinta tarde desde el castigo y ha Kendrew le habían contado que la responsable era Cho-Chang, una Ravenclaw.

El escocés salió de su clase de pociones, apenas podía moverse pero avanzó a duras penas por los pasillos y de pronto se encontró a un niño llorando en la esquina, era un Gryffindor rubio y gimoteaba débilmente mientras se sujetaba la mano.

Kendrew se acercó.

-¿Te ocurre algo?

El niño asintió.

-¿Cómo te llamas?

-Charles.

Kendrew le sonrió y tomó la mano de Charles mientras que sacaba su varita. Las manos le dolían pero ese niño estaba sufriendo así que ¿Qué opción le quedaba? Conjuró el hechizo y la mano del pequeño sanó al instante para luego la herida pasarse a la mano de Kendrew.

Al escocés le dolió, hizo una mueca pero no gimió ni mostró dolor.

-Gracias...

-¡Has hecho una estupidez, McAlvey!- Dijo Pansy Parkinson.

Kendrew se levantó, la chica era acompañada por Blaise Zabini y por Theodore Nott, otros de los perros de Umbridge.

-Creo que la señora directora tendrá a bien marcarte para copiar unas ¿Veinte frases más?

-Parkinson ¿Enserio? Tú apellido es ridículo- Se burló Kendrew-¿Seguro que no eres muggle?

El atractivo rostro de la chica se encendió y tanto ella como sus compañeros sacaron las varitas. Los alumnos se agolparon alrededor de los combatientes mientras miraban con escepticismo todo aquellos: Tres contra uno y encima ese uno estaba herido.

Kendrew se encogió de hombros.

-Feliz funeral, serpientes.

Kendrew alzó la mirada hacia los chicos mientras que la sangre brotaba de la herida de su mano. Kendrew apretó el puño y sacó con esfuerzo su varita.

-¡¡Expelliarmus!!- Conjuró Zabini.

Kendrew lo esquivó.

-¡¡Incarterus!!

Nott recibió el hechizo y unas cuerdas lo apresaron contra el suelo, dejándolo inmóvil.

-¡¿Qué esperáis?!- Gritó Parkinson- ¡Que alguien le atrape y le recompensaremos!

Entre los alumnos surgió la cabeza de la profesora McGonagall que sonrió con sorna.

-¡Lo siento, hay tantos alumnos que no veo!

Kendrew sonrió y los dos Slytherin palidecieron.

-¡¡Expulso!!- Conjuró el escocés.

Los dos alumnos cayeron y todos los alumnos gritaron con alegría.

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora