Bueno, era el día de la primera prueba y para variar, Kendrew estaba de un mal humor increíble. Isaac y Michael le obligaron a asistir al campo de Quidditch donde los campeones afrontarían la primera prueba.
El primero en salir fue Cedric y por poco es bañado por un chorro de llamas escarlatas, escupidas por un dragón. Esa era la prueba, derrotar a la criatura y hacerse con el huevo de oro que custodiaba. Cedric lo consiguió en poco tiempo y luego le siguió Fleur Delacour y Viktor Krum. El último fue Harry y ¿Qué decir? Casi lo matan.
Kendrew estaba aburrido así que sacó un libro y empezó a leer.
-¡NO POTTER A TU DERECHA...! ¡UCH! ¡TÚ DERECHA NO MI DERECHA!- Gritaba Isaac, que al parecer apoyaba a Harry.
Kendrew se llevó la mano al labio y luego pasó la página. De reojo veía como Harry se zafaba del dragón, subiendo a una escoba pero el gigantesco reptil rugió y se soltó de las cadenas que lo mantenían preso.
-¡Oh! Se ha soltado- Puntualizó Kendrew.
El Colacuerno alzó el vuelo y destrozó con su cola toda la carpa de los profesores. El campo quedó en extremo silencio, presa de la presión y la incertidumbre. Kendrew se limitó a pasar la página de su libro.
Potter regresó con su escoba, sin el dragón y se apoderó del huevo de oro, haciéndose con la victoria.
Paulatinamente todos empezaron a bajar de las gradas. Kendrew tenía frío. Vestía unos vaqueros azules, un abrigado jersey de terciopelo negro, guantes y una bufanda azul marino. Aunque su madre le hubiese ataviado siempre con colores oscuros, Kendrew se sorprendió así mismo al ver que le encantaba vestir con colores apagados. El amarillo, el naranja y el rojo no le sentaban bien ¡Oh! Y hablando del diablo...
Kendrew no sabía que pensar cuando al día siguiente vio a su madre, a lady María McAlvey hablando con el profesor Dumbledore, en el patio de piedra, ante cientos de alumnos que la miraban con despectividad. La matrona del clan vestía un vestido de lana negro, un chal azul con un broche de plata con el emblema de los McAlvey: Dos halcones sujetando una espada ensangrentada.
Su madre sonrió y le indicó que se acercara.
-Madre, vaya sorpresa.
-Sí, querido, venía a hablar con tu primo.
-¿Ocurre algo?
María miró a Dumbledore.
-La tía de Kendrew, mi hermana Margarita, ha debido ser ingresada en San Mungo. Venía a pedirle, Dumbledore, que me permita llevarme a mi sobrino por esta tarde.
El profesor sonrió, bajo sus gafas de media luna y su espesa barba blanca.
-Por supuesto, lady María.
La mujer sonrió y se alejó del director.
-Vamos a buscar a Edvard- Dijo mientras echaban a caminar por los pasillos.
-No me tomes el pelo madre ¿Por qué estás aquí?
Ella rió con sorna.
-Ya te lo he dicho.
El escocés suspiró.
-Te has arriesgado ¿Qué pasa si Dumbledore descubre qué...?
María sonrió.
-Él ya lo sabe. Ese viejo carcamal no es tan fácil de engañar, nunca ha creído en mí pero nuestro apellido me da autoridad. Los McAlvey dan donaciones regulares al colegio ¿Lo sabías?
-¿Cómo saberlo, si me mantienes a raya de todo?
-Soy tu madre, administro tu herencia...para ti.
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Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]
FanfictionLa vida de Kendrew McAlvey siempre fue de todo menos normal. Era un niño especial, un mago en la familia más odiada de toda Gran Bretaña, una familia cuya larga historia siempre estuvo salpicada de criminales, asesinos, nigromantes y...magos oscuros...