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Era la hora de volver a Hogwarts. Kendrew se despidió con una sonrisa de su familia y al subir al tren ya pudo relajarse y dejar de fingir. Edvard había sido de mucha ayuda. Le había apoyado y le ayudó a dar esquinazo a la Weasley en la estación.

Volvió al castillo y se reencontró con sus amigos.

Isaac y Michael le notaron raro al instante y le acosaron hasta que Kendrew les dijo todo. Los rostros de sus amigos se contrajeron y pusieron blancos.

-Yo...lo siento, tío- Dijo Michael, sobando el hombro de Kendrew.

El McAlvey asintió, triste pero consiente de la sinceridad de las palabras de su amigo. Estaba dolido, su corazón se carcomía por dejar a Fred pero por otro lado sabía que justamente eso era lo que debía hacer. Él estaba ya condenado, era un Mortífago, ese era su sino y si estaba con Fred le hacía correr demasiado peligro y eso no se lo podría perdonar jamás.

Al día siguiente se reanudaron las clases.

Kendrew y sus amigos se dirigieron a Pociones y de camino se cruzaron con la caballera pelirroja de Ginny Weasley. Michael miró, despectivo, a su exnovia pero esta le ignoró.

-Tengo que hablar contigo, Kendrew.

El escocés asintió en silencio y ambos se pusieron en un lateral del pasillo.

-Tengo un mensaje de Fred- Dijo Ginny- Quiere hablar contigo y quiere arreglar todo. Mi madre fue muy injusta contigo, viniste a comprobar como estábamos y ella...

-Oye, Ginny, no es por cortarte pero...dile a Fred que le quiero, más que a nada y que por eso hago esto, me duele en el alma...se me parte el corazón pero es lo que debo hacer. Conmigo estará siempre en peligro, dile que se aleje, que es demasiado tarde...que busque la felicidad con otro que la merezca más.

Ginny abrió la boca pero se arrepintió y simplemente asintió castamente.

-Si necesitas hablar con alguien...aunque no sea tu amiga, puedes recurrir a mí.

-¡Ja! Creo que eres la única Weasley que me tiene aprecio.

La pelirroja sonrió con alegría.

-Tú me rescataste hace años en la Cámara de los Secretos, gracias a ti estoy aquí, viva y coleando.

-¡Vamos, Ken!- Gritó Isaac, desde el final del pasillo.

-Gracias, Ginny.

Kendrew se alejó a paso rápido.

En clase tuvieron que preparar una poción un poco complicada pero no representó demasiado problema para Kendrew.

Al anochecer salió de Transformaciones acompañado por Edvard, que tenía la misma asignatura.

Ya era tarde pero vieron como dos figuras se acercaban por el pasillo, una sosteniendo a otra, eran Potter y Weasley...o lo que quedaba de Weasley. El chico tenía ojeras, la piel blanca y si mirada estaba totalmente perdida.

-¿Qué le pasó a Ron?- Inquirió el danés.

-Un filtro de amor- Dijo Harry.

Edvard miró a Kendrew.

-¿Enserio?- Inquirió el Gryffindor- ¡Qué increíble!

-Llévalo a la enfermería- Dijo Kendrew, seriamente.

-¡No!- Protestó Harry- Creo que el profesor Slughorn podrá solucionarlo, tiene más experiencia con estas cosas.

-Pero...¿Es tan grave como para molestar al profesor?- Preguntó Kendrew.

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora