IV

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Los días de clase se sucedieron repetidamente durante las semanas posteriores. Kendrew iba bien en clase (o eso le parecía), era bueno en todo, en especial en pociones y transformaciones pero si había algo que no tragaba era aritmancia, se tenía que esforzar el doble en esa asignatura y era algo un poco molesto.

La quinta semana comenzó con el ansiado partido de Quidditch entre Gryffindor y Slytherin, un enfrentamiento que a buen seguro sería divertido pues el equipo de los leones contaba con un nuevo y para nada esperado buscador: Harry Potter. El Quidditch era difícil, eso lo sabía Kendrew y era raro encontrar un miembro adecuado pero los de primer año no tenían permiso para entrar en los equipos y una excepción le parecía insolente pues todo parecía favorecer a Harry Potter.

También era de gran interés la inminente fiesta de Hallowen, la cual se llevaría a cabo esa misma semana. Todos estaban emocionados, todos menos Kendrew que para él ese era un día cualquiera ¿Un día de terror y fantasmas? Fantasmas puede que no pero en lo que al terror se refería, él lo recibía diariamente de manos de su madre.

-Llevas de mal humor toda la semana- Puntualizó Michael mientras los dos hacían los deberes en la sala común.

-¿Mal humor?- Inquirió el escocés, nervioso.

-Aprietas la pluma con fuerza y tienes constantemente el ceño fruncido. No sé, pero es lo que me parecía a mi.

Tenía razón, no solo era el partido de Quidditch sino también la respuesta que su madre mandó con Horus, una respuesta que hundió a Kendrew aún más en su poso de soledad.

-Ya....

-Vamos- Dijo Michael cerrando su pergamino- Llegaremos tarde a la cena.

Kendrew asintió y fueron a cenar. En la mesa de Ravenclaw todo eran risas y conversaciones sobre las tareas escolares. Kendrew no tenía apetito, el estómago se le había cerrado y no era capaz de comer. Se despidió de Michael y salió del comedor.

Era tarde cuando subió por la gran escalera y encontró al trío de Gryffindor frente a la puerta del tercer piso, la que estaba prohibida.

-¿Qué hacéis ahí?- Inquirió.

-Nada- Dijeron los tres antes de marcharse a toda prisa.

Kendrew sacó la varita y usando un hechizo de levitación arrastró al Weasley hasta él.

El chico pelirrojo lo miró aterrado y Hermione Granger con asombro.

-Ejem ¿Qué hacíais aquí?- Volvió a preguntar, un poco enfadado.

-¡Mira!- Harry se cubrió la cara con las manos, señalando que estaba muy nervio- No podemos explicártelo ahora pero te prometo hacerlo más adelante si sueltas a Ron.

-Eso...-Tartamudeó el pelirrojo.

-Está bien. Mañana, en el patio de piedra.

-Pero...- Se dispuso a quejarse Harry.

-¡Sí!- Aceptó Ron.

Kendrew deshizo el hechizo y soltó al Weasley.

-Ha sido un hechizo magnífico ¿Cómo has...?- Hermione no pudo proseguir puesto que Harry la tomó de la túnica y la jaló escaleras arriba.

Kendrew también se fue a su sala común.


-¡¿Un Cancerbero?!- Inquirió él, asombrado.

Hermione miró al rededor y asintió.

-En el tercer piso, y guarda una trampilla.

-Procura no decírselo a nadie- Avisó Harry que tenía mala cara hacia Kendrew.

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora