Los días de clase se sucedieron repetidamente durante las semanas posteriores. Kendrew iba bien en clase (o eso le parecía), era bueno en todo, en especial en pociones y transformaciones pero si había algo que no tragaba era aritmancia, se tenía que esforzar el doble en esa asignatura y era algo un poco molesto.
La quinta semana comenzó con el ansiado partido de Quidditch entre Gryffindor y Slytherin, un enfrentamiento que a buen seguro sería divertido pues el equipo de los leones contaba con un nuevo y para nada esperado buscador: Harry Potter. El Quidditch era difícil, eso lo sabía Kendrew y era raro encontrar un miembro adecuado pero los de primer año no tenían permiso para entrar en los equipos y una excepción le parecía insolente pues todo parecía favorecer a Harry Potter.
También era de gran interés la inminente fiesta de Hallowen, la cual se llevaría a cabo esa misma semana. Todos estaban emocionados, todos menos Kendrew que para él ese era un día cualquiera ¿Un día de terror y fantasmas? Fantasmas puede que no pero en lo que al terror se refería, él lo recibía diariamente de manos de su madre.
-Llevas de mal humor toda la semana- Puntualizó Michael mientras los dos hacían los deberes en la sala común.
-¿Mal humor?- Inquirió el escocés, nervioso.
-Aprietas la pluma con fuerza y tienes constantemente el ceño fruncido. No sé, pero es lo que me parecía a mi.
Tenía razón, no solo era el partido de Quidditch sino también la respuesta que su madre mandó con Horus, una respuesta que hundió a Kendrew aún más en su poso de soledad.
-Ya....
-Vamos- Dijo Michael cerrando su pergamino- Llegaremos tarde a la cena.
Kendrew asintió y fueron a cenar. En la mesa de Ravenclaw todo eran risas y conversaciones sobre las tareas escolares. Kendrew no tenía apetito, el estómago se le había cerrado y no era capaz de comer. Se despidió de Michael y salió del comedor.
Era tarde cuando subió por la gran escalera y encontró al trío de Gryffindor frente a la puerta del tercer piso, la que estaba prohibida.
-¿Qué hacéis ahí?- Inquirió.
-Nada- Dijeron los tres antes de marcharse a toda prisa.
Kendrew sacó la varita y usando un hechizo de levitación arrastró al Weasley hasta él.
El chico pelirrojo lo miró aterrado y Hermione Granger con asombro.
-Ejem ¿Qué hacíais aquí?- Volvió a preguntar, un poco enfadado.
-¡Mira!- Harry se cubrió la cara con las manos, señalando que estaba muy nervio- No podemos explicártelo ahora pero te prometo hacerlo más adelante si sueltas a Ron.
-Eso...-Tartamudeó el pelirrojo.
-Está bien. Mañana, en el patio de piedra.
-Pero...- Se dispuso a quejarse Harry.
-¡Sí!- Aceptó Ron.
Kendrew deshizo el hechizo y soltó al Weasley.
-Ha sido un hechizo magnífico ¿Cómo has...?- Hermione no pudo proseguir puesto que Harry la tomó de la túnica y la jaló escaleras arriba.
Kendrew también se fue a su sala común.
-¡¿Un Cancerbero?!- Inquirió él, asombrado.
Hermione miró al rededor y asintió.
-En el tercer piso, y guarda una trampilla.
-Procura no decírselo a nadie- Avisó Harry que tenía mala cara hacia Kendrew.
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Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]
FanfictionLa vida de Kendrew McAlvey siempre fue de todo menos normal. Era un niño especial, un mago en la familia más odiada de toda Gran Bretaña, una familia cuya larga historia siempre estuvo salpicada de criminales, asesinos, nigromantes y...magos oscuros...