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Todos los alumnos de Hogwarts se asombraron al ver el carruaje tirado por caballos alados, volando en dirección al castillo y también quedaron estupefactos al ver como un buque salía del fondo del mar. Todos menos, obviamente, el príncipe de Ravenclaw.

-¡¡COMO EL HOLANDÉS ERRANTE!!- Gritó Isaac.

Michael y Kendrew le miraron.

-¡¡¿Tampoco?!!

Ambos negaron.

Todos entraron en el gran comedor y Kendrew ocupó su sitio de siempre en la mesa de Ravenclaw. Se sentó cerca de la chimenea y no prestó el menor interés en el discursito que chapurreaba el director de forma repetitiva y monótona. Se iba a celebrar el torneo de los tres magos una prueba mágica que como a todos flipó a Kendrew...no, en verdad le traía sin cuidado. Él conocía sus talentos y no tenía la necesidad de mostrarlos en público de no ser necesario, muy necesario.

Al parecer la llegada de los otros dos institutos había culminado. Primero entró la comitiva francesa, unas chicas con unas curvas que dejaban sin habla a los chicos y unos pocos adolescentes barones de gráciles movimientos. Les dirigía Madame Maxime, la mujer más alta que Kendrew había visto, aburrido.

Luego entró la comitiva de Dumstrang-la antigua escuela de Edvard-todos eran chicos recios, mayores y con unos músculos más que prominentes, eran todos unos adonis norteños, mientras que las chicas tenían una apariencia férrea e imponente. Les dirigía su director, Igor Karkarov.

La cena comenzó, los franceses se sentaron en la mesa. Ambos grupos se llevaban bastante bien y actuaban como si se conociesen desde siempre. Kendrew habló castamente con algunos chicos y esquivó en total...dos iniciativas de coqueteo, un pañuelo en el bolsillo y un intento de metida de mano. Más que aburrido.

Luego de la cena, Dumbledore volvió con su discurso. Nadie menor de diecisiete años podía apuntarse al torneo-¿Qué más le daba a Kendrew?-Debían echar su nombre en el Cáliz de Fuego, un cáliz mágico y flamígero antes del Jueves-Ajá...que interesante-Y qué más...algo de que el elegido estaba solo y bla, bla, bla...

Un trueno resonó y el hechizo mágico del techo tembló y rayos comenzaron a resonar pero un hechizo, proveniente de detrás de la mesa de los profesores lo detuvo todo. Kendrew miró la trayectoria del hechizo, era un hombre maltrecho, cojo y con un ojo literalmente loco...Kendrew no lo podía creer. El escocés miró a la mesa de profesores y se encontró con que Snape también le miraba, totalmente perplejo.

-Voy a matar a ese bastardo- Maldijo Kendrew.

Michael apoyó una mano en el hombre de Kendrew.

-¿Qué has dicho?- Inquirió.

Kendrew señaló al recién llegado.

-¿Quién es?- Inquirió Isaac.

-Es Alastor Moody- Le respondió Michael.

-Es el hombre que metió a mi padre en Azkaban.

Los dos Ravenclaw quedaron expectantes y Michael sostuvo con fuerza el hombro de Kendrew.

-No hagas nada imprudente, Ken.

El chico se apartó de su amigo y se levantó, saliendo del comedor, sin importarle en lo más mínimo las miradas sobre él.

Para su gozo, la primera clase del día siguiente fue con Moody y empezaron con las maldiciones imperdonables, con demostración incluida. Weasley aportó la maldición Imperius, Longbotton la cruciatus, la maldición tortura ¡Cómo conocía esa Kendrew!

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora