Kendrew se arrodilló ante la tumba y colocó una flor frente a la lápida. Tanto Snape como Robert habían sido enterrados en las inmediaciones de la propiedad McAlvey, cerca de la mansión. Kendrew pensaba muy a menudo en ellos, sobre todo en Snape. Durante cuatro años había sido como un padre para él, un padre disfuncional pero un padre al fin de al cabo.
Tres meses habían pasado desde la batalla de Hogwarts y la muerte de Tom Riddle. Kendrew terminó sus estudios y al día siguiente de su graduación fue cuando McGonagall le habló:
-¿Ya sabes en qué vas a trabajar, McAlvey?
Kendrew se encogió de hombros.
-En el ministerio, supongo.
-Bueno, eres bueno en pociones y en Defensa Contra Las Artes Oscuras...tal vez te vaya bien como docente.
Kendrew alzó la mirada.
-¿Me estás proponiendo un empleo, Minerva?
La mujer ensanchó sus orificios nasales y se irguió, ofendida.
-¡Profesora McGonagall aún para ti, jovencito!
Kendrew rió.
-Será un placer, señora.
Tras eso el escocés había vuelto a la mansión McAlvey con toda su familia y la rutina parecía volver a ser la de antes. Los McAlvey fueron perdonados por el ministerio y pasaron a ser altos funcionarios en el nuevo gobierno. Kendrick, por su parte, se había echado novia ¡Increíble! Era una de las amigas francesas de Fleur Weasley y bueno, ella tenía seis años menos pero Kendrick solo tenía treinta y dos...no era tan viejo.
Kendrew seguía pasando muchas tardes con Isaac, Michael, Mireya y Antón. El noruego, a juicio de Kendrew, tonteaba mucho con el rubio judío y Mireya...¡Traidora! La tía no tenía chicos para elegir y ¿Con quién acabó quedándose? No, ni con Michael ni Isaac sino con el zopenco de Edvard ¡Ay la cara de Kendrew cuando se los encontró besándose en el escobero de la mansión McAlvey. Los padres de Kendrew aceptaron a todos los amigos de su hijo, incluido a Isaac, que era hijo de muggles. Ellos habían cambiado, seguían siendo crueles y sanguinarios pero toleraban por Kendrew, porque le amaban más que nada y eso bien lo sabía el chico.
¿Que qué pasó con Fred? Pues él y Kendrew seguían juntos y muchos días el escocés visitaba la tienda de los hermanos y se quedaba a dormir junto a su novio...bueno, dormir y otras cosas. Pero Kendrew sentía ganas de algo, de algo más así que tomó una decisión.
Su casa estaba demasiado llena. Edvard, tía Margarita, los padres de Kendrew y Kendrick y su novia. El ex-Ravenclaw se sentía aprisionado entre esas paredes tan depresivas, necesitaba un cambio así que durante la cena anunció su decisión: ¡Se iba a mudar! Fergus casi se atraganta al oírlo y Claudle comenzó a gritar qué haría sin su joven amo pero tanto el señor de la casa como María aceptaron la decisión de su hijo.
Kendrew se mudó a la casa de campo de la familia, aquella frente a los riscos de escocia y el mar helado. Era agradable vivir ahí, se sentía paz, silencio y sobre todo una gran tranquilidad interior. Allí, bajo el olor de la brizna de la hierba y el olor a mar Kendrew se sentía más que nunca en casa.
Pero la tranquilidad y la paz interior no duraron mucho.
El escocés se levantó.
-Bueno, profesor, nos vemos la próxima semana.
Obviamente, la tumba no dijo nada.
-Sí, yo también se echaré de menos, melena engrasada.
El escocés volvió a acomodarse el abrigo y se apareció en su hogar.
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Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]
FanfictionLa vida de Kendrew McAlvey siempre fue de todo menos normal. Era un niño especial, un mago en la familia más odiada de toda Gran Bretaña, una familia cuya larga historia siempre estuvo salpicada de criminales, asesinos, nigromantes y...magos oscuros...