Epílogo

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Varios años después:

La estación bullía con actividad. Todo estaba lleno de personas que andaban de aquí a allá. Kendrew iba de la mano de Fred y ambos se acercaron al muro de entrada al andén del expreso de Hogwarts.

Edvard y Mireya les siguieron unos pasos atrás, junto a su hija que empujaba de su carro.

La pequeña Margarita-nombrada por la difunta madre de Edvard, fallecida hace unos años-era todo igual a su padre. Su pose, sus ojos, su rostro, todo era de Edvard, incluso sus profundos ojos azules pero su largo pelo castaño era de su madre.

La niña vestía unos vaqueros y una camisa negra.

Kendrew sonrió y posó una mano sobre el hombro de su ahijada.

-¿Juntos?

La pequeña le miró con una sonrisita y asintió.

Fred besó la mano de su novio y este tomó la de Margarita.

Kendrew se puso tras su ahijada y ambos corrieron hacia el muro, atravesándolo.

La pequeña Margarita quedó pasmada al ver el andén y el tren. Ese era su primer año en Hogwarts por lo que estaba realmente extasiada por lo que sus pequeños y nerviosos ojos veían. Kendrew sonrió, era demasiado hermosa.

Fred, Edvard y Mireya entraron detrás de ellos.

El grupo se abrió paso entre la gente. Kendrew pidió que llevaran las pertenencias de Mireya al tren mientras ellos paseaban por el andén.

Todos se detuvieron ante la imagen de Michael y su esposa. Ambos habían tenido un hijo: Andrew. Era un chico precioso de ojos verdes y el largo pelo azabache de su padre. Isaac y Kendrew eran sus padrinos y ambos le querían incondicionalmente

-¡Ken!

Ambos se abrazaron con fuerza. Al separarse tenían una sonrisa boba en la cara.

-¿Noticias de Isaac?- Preguntó Michael.

Kendrew negó con una sonrisa.

-Hawái le está afectando a él y a Antón.

Sí, esos dos petardos totales estaban juntos. Tardaron años en declararse el uno al otro y cuando los padres de Isaac se enteraron...les costó encajar la noticia debido a su religión pero lo acabaron medio aceptando aunque claro: Dar a tu hijo a un noruego musculoso de dos metros diez...mucha confianza no debía inspirar.

Michael abrió los ojos y se llevó una mano al rostro.

-¡Que pareja más disfuncional!- Exclamó el azabache- Pero bueno...que se la va a hacer.

Ambos rieron y comenzaron a charlar hasta que una mano se posó sobre el hombro de Kendrew.

-¡Tío Kendrick!

Sobrino y tío se abrazaron y luego dirigió una mirada cándida a su primo.

-¿Qué tal, Robert?

El Slytherin de trece años alzó la mirada con escepticismo.

-Me he despertado a las ocho de la mañana, he tenido que venir aquí, tengo frío, tengo hambre y apesta a carbón y a humanidad.

Kendrew abrió los ojos.

-Serás un gran lord McAlvey- Dictaminó.

Fred asintió.

-Tú no eres tan serio.

-¿Ah, no?

El pelirrojo le guiñó un ojo.

-Lo tengo comprobado en nuestro dormitorio.

Magia en Hogwarts [Saga de Kendrew McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora