W I N E

3.

-¿que fue lo que te dijo?

Pregunto Daniel con intriga.

-¿por qué tanta intriga? -le sonrío.
-desde que llegó nos observó a todos mientras le mostraban la instalación. Yo no suelo sentirme intimidado por ningún hombre, pero aquel parecía que analizaba a cada uno y encontrar un defecto para echarnos a la calle

Reí ante su comentario mientas tomaba asiento tras mi viejo escritorio. Tomé mi cabello en una coleta, el salir tan tarde no me dio tiempo ni de peinarme, ¡y así me presenté con mi jefe!
Aquel que parecía esperar cualquier descuido para lanzarte fuera de aquí, que horror.

-¿qué te dijo? . -insistió.
-me dijo que me fuera a desayunar-guardé silencio mientras hacía un gesto incrédula. -ah, también me dijo que si me necesitaba el me llamaría, si no me llamaba que ni me acercara
-¿crees que eso sea relevante siendo su asistente?
-me parece que si. -hice una mueca.

Me esperé 15 minutos para ver si salía de su oficina o me mandaba llamar, pero nada. Tomé mi abrigo y salí a tomar un café. Volví, pero nada.

-¿no ha salido?
-si te refieres al jefe, pues no. -contestó Daniel sin dejar de escribir en su computadora.

Encendí mi computadora para checar mis mensajes y...nada.
Así transcurrió una semana, y de esa semana solo lo vi salir una vez de su oficina para no volver en todo ese día.
Estaba comenzando a hartarme y a aburrirme, hasta que un martes me llego un mensaje a mi computadora . El número uno junto a un sobre me hicieron hasta enderezarme.

"_________, necesito que vengas a mi oficina ahora."

Me levanto rápidamente de mi asiento y me dirijo a la oficina del asiático. Hasta la fecha solo se por Daniel y unos cuantos compañeros que el nombre de mi jefe es Min Yoongi, es un nombre extraño.
Toco la puerta y se abre rápidamente dejándome el paso libre. El camina directo a el pequeño sofá junto a la ventana y toma asiento.

-necesito que me acompañes a una junta de negocios mañana

Abro la boca levemente ya que me tomó por sorpresa.

-está bien
-prepara bien mi reunión con el señor Scott, la agenda de los clientes está en mi escritorio, es de color negro

Miro su escritorio, camino hacia el y tomó la agenda color negro. De reojo miro un pequeño porta retrato, es una chica rubia junto con él. La foto es demasiado dulce, se le ve sonreír y con un color de cabello que no creería que un hombre como él lo hubiera llegado a usar. Valla, no me lo había imaginado así.

-es todo, puedes irte -suelta.

Lo miro. Siento como mi rostro comienza a ponerse rojo, ¡Dios!  Siempre hago que las cosas empeoren. Salgo de su oficina. Suspiro y no comprendo lo antes sucedido. Estoy muy avergonzada, no debí haber mirado esa foto, pero es que estaba muy a mi vista y me pareció interesante. Estaba ocupada en mis pensamientos cuando la voz de Daniel me saca de mis pensamientos.

-hey
-¡no me asustes así! -exclamo después de mi pequeño brinco.
-¿qué harás esta noche?

Lo miro extrañada mientras junto mis cosas.

-probablemente le de de cenar a mi gato -respondo.

Él ríe nervioso.

-hablo enserio, mi amiga diana salió de visita a Chicago así que no está en mi departamento y prefiero no salir sola -trato de justificarme lo mejor que puedo.
-te iba a proponer algo
-¿que será?
-te invito a un club
-no lo sé
-vamos, no seas aguafiestas, yo paso por ti y te llevo de regreso
-tengo trabajo el día de hoy, tal vez si termino temprano te llame
-entonces piénsalo y espero tu llamada
-de acuerdo. -le sonrío.