27.

5K 423 28
                                    

No asistí a trabajar los siguientes dos días, le dije a Diana que estaba enferma y así era. Cuando ella se iba a la universidad yo aproveché para buscar trabajo, tenía que alejarme de aquel infiernillo, ya no aguantaba. Entré a una cafetería y me alegró el día saber que me habían contratado. ¿En verdad estaba feliz? Por supuesto, yo no merecía aquellos tratos y tal vez mañana vaya a presentar mi renuncia.  Es verdad que no es el mejor trabajo y qué tal vez no tiene nada que ver a lo que yo me dedico, pero es solo por un tiempo mientras me acomodo en otra editorial o agencia.
Llegué a casa con una bolsa de víveres, aproveché la salida para comprar un poco de pan, galletas, leche y verduras, Diana compraría lo demás.

-¡Diana!, ¡tengo noticias!

La verdad no sabía cómo decirle que renunciaré a mi empleo por otro de paga más bajo, pero bueno trataré de controlar la situación, soy buena ahorrando y administrando mi dinero.
De pronto doy un salto al ver a alguien en la sala. Va vestido formal y elegante, como siempre. Yoongi es tan guapo y odio verlo así; Aún me dolía y es que ya sentía como mis ojos estaban cristalinos de tan solo recordar sus gritos.

-Diana dijo que tenía tarea y que volvería más tarde

Mis ojos seguían fijos en su presencia. De seguro Diana lo dejo entrar ¡metiche!

-Diana me dejo esperarte dentro

¡Diana metiche!

-no has ido a trabajar

No sabía si llorar o correrlo de mi hogar. Por ahora lo único que siento es un dolor tremendo en el pecho. Quiero que se valla.
Io veo acercarse y yo doy un paso atrás. Entonces veo la sorpresa en sus ojos y me invade la tristeza total. Las lágrimas ya están quemando mis mejillas.
Él abre la boca y entiendo cuando no se acerca a consolarme por qué tal vez no está acostumbrado.

-no llores -me pide.

Comienzo a limpiarme con las mangas de mi suéter.

-por favor, di algo

Pero solo me limito a llevar la bolsa de víveres a la cocina, él permanece donde mismo. No se que decirle, me siento bastante humillada y herida. Me tomo mi tiempo recargada en la vitrina, analizando que debo hacer. 

-__________, lo siento

Su voz invade mi ser, pero no lo miro. Entonces me doy cuenta que su cuerpo está delante del mío.

-¿has escuchado?

Toma mis manos y me sorprendo de su tacto, lo miro y me estremezco.

-no debí haberte gritado

Mis lágrimas volvieron a asomarse en mis ojos. Se acercó aún más.

-no soy bueno en esto, pero lo siento
-vete
-no, _____ perdóname. No hagas esto más difícil de lo que ya es para mí

Baje mi rostro, ¿él no quería que yo le complicará la vida, pero él a mí si?

-me gritaste...
-si, lo sé. Lo siento
-me corriste... -volví a susurrar entre lágrimas.

Entonces mi cuerpo se restablece, los brazos de Yoongi me cobijan a la perfección y me echo a llorar más todavía.

-¿ya dejas de llorar? -pregunta con el tono de voz medio forzado, pero noto la sinceridad que me brinda.

Nos quedamos así un rato en el que creí que me soltaría lo más rápido posible, pero no. ¿Qué me has hecho? Me lo pregunto desde que te conozco Min Yoongi. Me has debilitado bastante, yo no solía ser de esta forma.

-fui contratada en una cafetería -musité mientras sorbía mi nariz.
-¿qué?

Me separó unos centímetros para poder mirarme, pero ahora yo no podía hacerlo.

-renunciaré mañana a la editorial
-¿por trabajar en una cafetería? ¿Acaso estás loca?
-¡por qué me has tratado de la mierda!

Suspiró cerrando sus ojos rasgados.

-no vallas a hacer esa estupidez
-¿que querías que hiciera? ¿Que bailara en celebración?

Lo extraño de todo es que seguimos igual de cerquita.

-no te vallas -me pide y yo me hielo.
-pues me tratas como mierda
-y si te trato mejor, ¿te quedas?

W I N EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora