W I N E

29.

Corrí a mi habitación sacando un nuevo cambio y corrí a mi diminuto baño. ¡Esta vez me arreglaría para él! No para Jimin y él.
Me tomé mi tiempo, cepillé mi cabello, lo arreglé, me maquillé un poco. Me abrigué bien con un suéter de lana color rosa pastel y unas botas ultra calientitas y encima un saco azul cielo. ¿Estaba lista? ¿Me veo bonita? Entonces recordé a la chica rubia, ella en verdad era bonita y eso que no iba tan arreglada...¡estoy perdida!

-¡¿ya?!

Lo oí gritar tras la puerta. ¡Dios! Está en mi cuarto, qué pena.

-¡ya voy!
-¡de prisa!, ¡me estoy haciendo viejo!
-¿más, Yoongi?

Me pegué a la puerta,
Lo escuché gruñir detrás de esta.

-solo date prisa

Reí y fui de nuevo al espejo para analizarme. Solté un suspiro, daba igual, no tenía otra cosa mejor así que será mejor darme prisa si no quiero que Yoongi se haga viejo.
Abrí la puerta y me sorprendo al verlo mirando los títulos de mis libros en mi pequeña mesita.

-pareces un peluche

Oh, no. Esto es jodidamente vergonzoso.

-podrían comenzar a gustarme esas cosas - me apuntó con la mirada.-¿te has leído todos?

Su comentario me hace sonrojarme  y el como ha cambiado tan rápido de tema.

-ajá...
-¿cuál es tu favorito?
-ese

Señalé con la mirada el que tenía en sus manos.

-¿Cumbres Borrascosas?
-si -musité.
-¿por qué todo mundo ama este libro?
-no lo sé, deberías leerlo para entender...
-ya lo leí

Abrí mucho los ojos.

-¿hablas en serio?
-si, no me gustó

Volvió a acomodar el libro en su lugar.

-¿por qué? -pregunté realmente dolida .-es el mejor libro que me he leído
-a todas las mujeres les gusta, por qué les gusta el drama y el romance ¿nos vamos?
-pero la historia esta muy bien redactada y, y...
-no he dicho que es mala, no es mi gusto y ya. Tengo mucha hambre y has tardado años ¿nos vamos?
-si, si

Caminamos para salir de mi cuarto y Coffe se cruzó en nuestro camino, me despedí de él con unas tiernas palabras que creí que Yoongi no había escuchado.

-no tienes novio por eso, ¿cierto?
-¿por?
-por qué hablas con tu gato
-¡Yoongi!

Los colores ya se han subido a mi rostro y lo he golpeado en el brazo. ¿Desde cuando tanta confianza?
Me arrepiento al instante, pero sigo caminando.
Fuimos a comer y después caminamos, hablamos mucho o mejor dicho, yo hablé mucho y él escuchaba y digo que en verdad escuchaba por qué de vez en cuando opinaba.