30.

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Yoongi:

La puerta se abre y la veo ahí, tan callada y con la mirada perdida...en mí. Sus ojeras me indicaban lo poco que ella había dormido y su nariz roja lo mucho que había llorado, aunque conociendo su nueva faceta de mentirosa probablemente fuera el frío.

-Yoongi...
-Min Yoongi -la corregí.

Ella bajo la mirada y se soltó a lloriquear. Eso no iba a funcionar conmigo. Lo que sucede es que cuando alguien me  lastima o traiciona por mucho que quiera o admire a alguien ya no hay vuelta atrás. Me puse de pie y caminé hacia ella tomándola del brazo.

-no llores y vete
-¡no! Yoongi, déjame explicarte yo...
-no hay nada que explicar Rachel, no quiero gritar
-no puedes echarme así después de todo lo que hemos pasado, todo lo hemos solucionado y...
-¡jamás un jodido engaño!

La solté. Me irritaban sus palabras, me enfermaba la estupidez con la que se justificaba.
Noté como lloraba y sollozaba más de lo normal.

-Yoongi...
-para ti vuelvo a ser Min Yoongi y no te vuelvas  a aparecer por aquí
-no me pidas eso, por favor
-¿por qué? ¿Acaso Jin ya no es tan bueno en la cama?

Ella bajo la mirada rendida, sabía que no se podía hablar conmigo.

-dime, Rachel ¿ya no te satisface?
-deja de hablar así, me duele que...
-¡me vale un carajo!, ¡por qué en ese momento no te dolió lo que pasamos! maldita sea

Comencé a tirar lo que había cerca de mí y la escuché sollozar aún más. Mi psicóloga trató conmigo este problema aunque ahora que estoy más grande supongo que es mejor esto a hacerle daño físicamente a alguien, no me atrevería...

-¡para! ¡Por favor!

Lancé por último otro de mis cuadros.

-¡quiero que te vallas!

Grité tan fuerte que hasta yo me sorprendí y al verla alejarse mi furia incremento aún más. _________ estaba frente a mí, bastante asustada al parecer, estaba tan enojado que cualquier persona en ese momento extendía mi cólera.
La corrí también de una manera que no pude controlar. Saqué mis pastillas después de unos minutos, ¿qué pasa conmigo? ¿Envuelto en mi viejo yo, otra vez?
Llegué a mi departamento y vi mi piano, solo y abandonado; desde que lo mande traer no lo he tocado ni una vez. Ahora sentí ganas de derrumbarme en él, pero no lo hice, tenía trabajo que hacer.

W I N EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora