-Mari por favor, ya dinos qué pasó-suplico Georgi. Mis cuatro mejores amigas ya estaban allí, arrodilladas en el piso del baño, ofreciendole a Mari un hombro en el cual llorar, o simplemente algunos kleenex.
-¡N-no-pu-puedo!-lloró nuestro amiga, matándonos con su voz quebrada, casi silenciosa. Nadie quería que los chicos nos escucharan
-E-él e-está...-intentó decir ella, pero Lu la ayudó.
-Él sigue en su habitación- me informó
-¿Pelearon?-inquirí
-Aún no nos ha dicho nada. No ha dejado de llorar desde que la encontramos aquí.-Sol se encogió de hombros. Parecía a pinto de llorar, todas lo hacíamos. Su dolor era nustro dolor, su corazón se rompía, y una parte el nuestro lo imitaba.
Después de algunos minutos de silencio, sólo interrumpido por los sollozos de nuestra amiga, ella se dignó a hablar.
-Está bien-dijo sorbiendo por la nariz-les contaré, necesito desahogarme.
-¡Por favor!-insistió Georgi
-Explicate-añadi
-Bueno-comenzó ella-Subimos las escaleras y entramos en el cuarto. Comenzamos a charlar, nada serio, de repente, él soltó....¿que me amaba!
-¡Eso es algo bueno!-Aplaudió Sol
-¿Qué le dijiste?-le pregunté
-Pues-Mari se secó la lágrima que le recorría la mejilla, aunque ahora estaba un poco más sonriente, al recordar la parte bonita de la velada- claro que le dije que yo también lo amaba. Y comenzamos a besarnos- hizo una pausa, porque un sollozo había ahogado la frase.
-Tranquila, amiga- Sol le acarició la espalda, consolándola-Estamos aquí para ti.
-Nos besamos muy apasionados-siguió-y....perdimos el control. El beso pasó de apasionado , a ser puro fuego. No se pueden imaginar lo hambrientos que se sentían sus labios sobre los míos. Tan deseosos...de algo más.
Todas estábamos intrigadas en este punto. Había dos caminos a partir del beso. Uno más prometor que el otro, pero de alguna forma, los dos caminos podían terminar en esto. Los dos caminos podían conducir al caos, la destrucción y la desesperación, fuesen el camino feliz, o el difícil. Miré el rostro de Mari, o más bien, lo examiné. Esperaba encontrar indicios de algín cambio, como si lo que puede que haya pasado dejara alguna cicatriz marcada en ella, cambiara sus rasgos, o sus expresiones.
No. Els segía igual. Las mismas pecas, los mismos ojos verdes, el mismo cabello, la misma expresión inocente, ahora distorsionada por el llanto. Sus ojos estaban rojos, al igual que el resto de su rostro. No podía mirarla sin sentir pena, nunca lástima, ya que la lástima es para los pobres y los miserables. Tenía ganas de llorar, pero no podía.
Si yo me quebraba ¿qué sería de ella? Si nosotras no éramos fuertes por ella, nadie lo sería. Todas nos quebraríamos.
-No podíamos parar, no queríamos parar- volvió a seguir- Él se recostó sobre mí y me sacó la remera del pijama. La verdad, me sentí algo cohibida, porque llevaba puesto el sostén menos sensual del universo.
-¿el de gatito?-Georgi le sonrió con pesar
-Exactamente-asintió Mari, igula triste- Comencé abrir los botones de su camisa torpemente. Él debió ayudarme a desvestirlo
-Amiga, si te hace mal, no tienes que contarnos todos los detalles...sólo cuéntanos la conclusión
dije
-Eso-me apoyó Lu-ve al grano
-Me estoy acercando al meollo del asunto, no se exasperen-suspiró ella, mirando al suelo, buscando algo, con la mirada totalmente perdida-Acabamos sacándonos toda la ropa, vistiendo sólo nustra ropa interior. Y...él estaba a punto de sacarme lo que restaba de mi vestimenta....y
-¿y qué?-Georgi estaba a punto de salir de sus cables, pero Sol, a su lado, la tranquilizó, tan calmada como siempre.
-Y tuve que pararlo. Podía notar que él estba muy exitado pero...no podía. No estaba lista
-Y-dije-¿él lo entendió, no?
-Eso es lo malo-comenzó a llorar otra vez.-Dijo que si nos amábamos DEBÍAMOS estar listos.
-¿Y qué le diste? No puedes haberlo dejado todo así- Sol negaba con la cabeza, preocupada
-Le dije que debía esperar a que estuviera lista y...-su voz se quebró, dejando un largo sollozo- Dijo que no podía esperarme mucho tiempo. Que debía darle una respuesta esta semana o...o cortará conmigo
Harry Edward Styles...ese...renacuajo sin alma. ¿Como le podía hacer esto a alguien tan buena como Mariana? ¿No ve el puro amor en sus ojos? ¿Es todo sexo para él? ¿No importa nada más que puramente físico y carnal? ¿No hay sentimientos?
Descarado...si Niall me hiciera eso...No, Niall nunca lo haría no es asi. No, mi Niall tiene corazón, un gigantesco corazón lleno de emociones y sentimientos. Pero....¿y si es como su amigo? No podía permitir siquiera pensarlo.
Unos golpes sordos sobre la puerta me alarmaron, y me desviaron de mis pensamientos. Todas volteamos a ver, pero la puerta no se abría.
No nos animábamos a girtar el típico "¡Ocupado!"
Los golpes volvieron a retumbar en el pequeño baño.
-¿Puedo pasar?- una voz familiar nos preguntó