-Verás, hay una fiesta, de unos amigos de Irlanda que vinieron de visita esta semana… y supuse que aceptarías venir conmigo, pero quería estar seguro. ¿Entonces…?- Niall no parecía demasiado preocupado ni nervioso. Eso debió advertirme.
Genial, esto era justo lo que necesitaba. Mi corazón se agrietaba otra vez.Bueno, algo es algo ¿no? Si él me pide que vaya a una fiesta con él, a conocer a sus amigos, debe ser porque soy algo así como su pareja ¿no?
-¿Qué dices Mar?- se estaba impacientando. ¿Cuánto tiempo había estado divagando mi mente?
-Claro, iremos juntos. ¿Cuándo es?-
-Sé que es demasiado pronto, pero ellos recién llegaron y recién me avisaron y…- no lo dejé terminar.
-¿Cuándo?- pregunté.
-No te enojes, pero es mañana.- dijo preocupado, pero a la vez poniendo cara de cachorro.
-¿Cómo me voy a enojar? Creo que las chicas tendrán algo de ropa que prestarme… si es que me queda…. Pensaré en algo, tranquilo.- le sonreí, mientras en realidad estaba muy desilusionada.
-Gracias, Marina- suspiró aliviado- Eres la mejor- dijo, y me dio un beso en los labios totalmente inesperado. Lo disfruté ¡Qué masoquista!
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La noche del martes llegó tan rápido que ni me di cuenta del paso del tiempo. Me bañé y planché mi cabello, hacía tiempo que no lo llevaba así. Le pedí prestados a Georgi unos pantalones de cuero negros, que eran ceñidos al cuerpo. Milagrosamente, cupieron.
Los combiné con una remera rosa chillón que tenía un bonito estampado y flecos en los bordes, sin mangas.
Me gustaba jugar con el look rockero, por eso me puse mi cinto de tachas y tacones a juego. Nunca fallaban. Maquillaje: el delineador negro, algo exagerado, y los labios fucsias completaban el look.
Niall me estaba esperando al pie de las escaleras, cerca de la puerta, hermoso como siempre. Llevaba una remera blanca escote en v y un jean gastado tiro bajo.
-¡Fiu-fiu!- me chifló- Luces estupenda.-
-¡Gracias! Tú también.- respondí sonriente. Sentía que iba a hiperventilar y desmayarme cada vez que él me miraba así, a los ojos. El lamborghini negro nos estaba esperando en la entrada, listo para salir. Subimos.
Sólo conocía dos personas con las que me sentía segura si conducían, y esos eran mi papá y Niall. Con los demás, sentía que corría el riesgo de morir aplastada por un camión o algo por el estilo. Sólo ellos dos tenían esa confianza y tranquilidad al volante que me calmaba.
-Niall, tengo que pedirte algo- solté.
-Lo que quieras- él no levantó los ojos de la carretera.
-Por favor, no bebas hoy en la fiesta-
-¿Por qué?-preguntó, chinchudo.
-Pues, el otro día estabas bastante borracho y no me gustó. Además, tenemos que volver a casa sanos y salvos.-
-Oh, está bien. Prometo beber solo jugo, agua o gaseosa.-
-Así me gusta- sonreí satisfecha.
Llegamos a la dirección. Un alto edificio se levantaba ante nosotros, muy moderno y lujoso. Yo dudaba que fuera el lugar correcto, mas el rubio bajó del auto para luego abrirme la puerta del copiloto y ayudarme a bajar.
-Es en el pent house- me informó, al mismo tiempo que tomaba mi mano y me arrastraba dentro. Estaba muy emocionado.
Un chico pelirrojo y alto nos abrió la puerta.
-¡Hola Connor!- Niall lo saludó chocando las manos.
-Y ella es…-
-Mi chica, Marina- respondió Niall. Sí, su chica, pero nunca su novia…
-Pero me dicen Mar- sonreí, alargándole la mano. El pelirrojo me la tomó y tiró de ella, para acercarme, y me dio un amistoso abrazo.
-Cualquier amiga de Nialler es nuestra amiga. Pasa Mar, siéntete como en casa.-
El lugar estaba más concurrido de lo que había imaginado. Mi no novio me presentó a todos en la habitación y ellos me recibieron cálidamente.
La música sonaba fuerte, genial para bailar. Eso si fuera una buena bailarina. Niall y yo éramos la pareja más descoordinada del lugar, pero al menos lo intentábamos.
Estuvimos juntos un buen rato, pero luego él se dispersó. Comenzó a bailar más con sus amigos, y a sacarse fotos con ellos. Había muchas chicas más lindas que yo que le pedían hacerse fotos con él, y éste aceptaba amablemente.
Me senté en un sofá y saqué mi celular para twittear. Estaba acostumbrada a aburrirme en las fiestas, ya que mis con amigas, aunque nos conocíamos de hace años, nunca habíamos ido a la misma escuela. Por eso, cuando salía a bailar con mis compañeras de curso, solía aburrirme o sentirme incómoda.
Niall me vio ahí sentada y se acercó, bailando y cantando, gracioso. Me señalaba, “You make me wanna oh oh oh oh oh oh…”. No pude hacer otra cosa que reir.
-Ven aquí, las chicas lindas como tú no pueden estar sólas en una fiesta. Alguien DEBE sacarlas a bailar.- tomó i mano y me levantó de mi asiento.-Ahora, no te separes de mí.-
Bailamos, charlamos, tomamos fotos y nos divertimos hasta altas horas. Nunca la había pasado tan bien rodeada por completos desconocidos. Pero hay algo que hace que me lleve mejor con la gente desconocida con la que tengo mucho en común, que con gente que conozco de toda la vida y le gustan cosas completamente diferentes.
Volvimos a casa al amanecer. Al pasar por el Tower Bridge, salimos del auto para sacarnos una foto con la salida del sol, que subió inmediatamente a su twitter, etiquetándome