En un muy bonito parque en un barrio residencial en Londres, una pequeño niño estaba sentado en uno de los bancos, moviendo los pies que le colgaban del asiento para divertirse viéndolos. Su madre, a su lado, lo veía recordando cómo era cuando ella misma tenía una estatura tan corta que sus pies colgaban de todos los asientos. Pensaba que debería haber sido más atenta y guardar esos recuerdos en su memoria.
-¿Dylan, por qué mueves los pies así?- preguntó a su hijo, curiosa, esperando alguna clase de filosófica respuesta.
-Me gusta, mami- respondió el pequeño de 5 años, encogiéndose de hombros. Se parecía tanto a su padre cuando hacía eso...Su hija mayor, Destiny, se divertía patinando con su padre de aquí para allá, mientras su madre y hermano hacían cosas que requirieran menos esfuerzo físico: charlar, jugar con un globo, ir a las hamacas...
A Lourdes nunca le había gustado hacer cosas que requirieran habilidad o mucho movimiento, odiaba el ejercicio con todo su ser. Hasta caminar era un gran esfuerzo para ella. Era increíble que siguiera tan flaca como siempre, pero así era ella. Lo que no tenía de deportista, lo tenía de graciosa y buena persona, y era así como había conseguido que su mejor amigo se enamorara de ella.
Destiny y Liam se acercaron, ella velozmente, sobre sus patines, y él caminando lentamente con los patines colgados al hombro. La sonrisa en su cara demostraba que la estaban pasando genial, pese al helado frío.
-¿Viste qué rápido vine, mamá?- preguntó contenta y algo agitada por el ejercicio la niña de 7 años.
-¡Sí, Des, lo haces genial!- le sonrió Lu, abrazándola. ¡Los niños crecían tan rápido! Pareciera que fue ayer cuando ella estaba embarazada y Liam no la dejaba caminar ni trabajar ni hacer nada.
Ella había estudiado producción y dirección de televisión, y trabajaba para un conocido canal Británico. Le encantaba. Había permitido que ella y sus amigas llegaran a conocer a sus ídolos: Los Jonas Brothers, Mcfly, Miley, Selena, Demi, Taylor... entre otros. Eso, y el hecho de haberse convertido en celebridades por ser las esposas de One Direction, habían ocasionado que se hubieran hecho amigos de aquellos que antes sólo veían en sueños.
Que Nick, Joe y Kevin te twittearan en tu cumpleaños, te enviaran regalos... No tenía precio. Las cinco habían cumplido sus sueños, y lo habían hecho juntas, lo que lo volvía más sensacional.
-Hace frío, Lu. Quizá deberíamos irnos, parece que va a nevar.- advirtió Liam, que se había sentado a su lado por unos momentos a su lado, pasando su brazo por encima de sus hombros, como siempre hacía. Le gustaba demostrar su amor y hacerlo evidente, cosa que Lu nunca había sido capaz de hacer. Al menos, no en público.
-Claro...Vamos.-Una vez en casa, cenaron temprano y los niños fueron a dormir en sus respectiva habitaciones. Tener una amiga arquitecta era lo mejor del mundo, ya que todo era tal como Lu lo había imaginado, tal como lo había descrito cuando ponía sus sueños por escrito.
Ella y su marido se habían quedado charlando en el sofá, viendo una de las películas que tanto disfrutaban. Era algo infantil, sí, pero veían juntos Toy Story cada vez que podían.
-Hablando de juguetes...- dijo Liam una vez que el dvd hubo terminado.- ¿Qué le regalaremos a los niños para navidad? Sabes que falta sólo un día para navidad y Santa no hace el trabajo solo.- rió de su propio chiste.
-Estaba pensando en una pelota y botines nuevos para Dylan y un libro y una muñeca para Destiny- dijo ella, pensativa.
-No... Dylan ya tiene por lo menos diez pelotas de fútbol, aunque los botines no estarían mal... con el ritmo al que crece ese niño...-
-Aha, ya lo sé... ni me lo digas. No quiero que crezca tan rápido... Si sigue así, sus pies van a llegar al suelo- Liam la miró confundido, intentando descifrar qué quería decir su loca esposa con eso. - No me hagas caso, es algo en lo que estaba pensando más temprano...-
-Bueno...En cuanto a Des- siguió él- ¿No crees que ya tenemos bastantes libros para que
ella lea?-Eso era cierto. En cada casa, Georgi había construido una habitación especial que oficiaba de biblioteca, con estantes llenos de libros en todas las paredes y algún que otro sofá y escritorio para leer e investigar. Todas habían pedido eso específicamente, ya que eran ávidas lectoras de cualquier tipo de libros.
-¿Y qué tal dos muñecas?-
-Tampoco...Mar, su tía, la obsesionada con las barbies, ya compró todas las que pudo para Des y sus niñas... y seguro ya ha comprado algunas para regalar esta navidad-
-Entonces...¿deberíamos dejar que Mar compre las barbies y nosotros los accesorios: casita,
auto...?
-Exacto, eso es genial, a Des le va a encantar.-Se quedaron mirando la nada, callados por unos momentos. A Liam no le importaba el silencio, pero Lu no lo soportaba. Le encantaba hablar, a pesar de llamarse a sí misma una chica "antisocial".
-¿Es como la imaginabas, nuestra familia? Porque es exactamente como yo la soñaba...dijo ella, en una voz suave, ya que no quería irrumpir en el silencio de manera muy brusca.
-No...- ella se sintió algo compungida, pero Liam siguió hablando- Nunca hubiera soñado algo tan magnífico como lo nuestro, nunca había tenido expectativas tan altas, considerando que yo era un...-
-No digas que eras un "loser en la escuela", no puedo creerlo, si siempre fuiste así de sexy... las chicas seguro que te atosigaban. Eres incoherente-
-No soy el único que dice cosas incoherentes ¡Tú te llamas a ti misma antisocial, y mira lo locas y charlatanas que son tú y tus amigas!- Ella rió. Le encantaba cuando Liam se salía de su seriedad.
-Cállate y bésame antes de que traiga una cuchara, Liam- le ordenó ella, y él se abalanzó sobre ella para propinarle el más apasionado beso de todos, abrazándola fuerte contra su pecho.
-Eres más de lo que jamás soñé, mi amor, te amo- le susurró él al oído. Y Lourdes presintió que deberían poner candado en la puerta esa noche.