Siempre supimos que Sol era ciega en cuestiones del amor...¡pero no tanto!
-¿No te das cuenta de que Louis está loco por ti?- Georgi parecía tan desesperada como yo por la ceguera de mi prima.
-¿No te das cuenta de que Louis te mira embobado cuando sonríes?- pregunté, aunque ya suponía su respuesta
-Chicas ustedes están locas si creen que un chico como Louis Tomlinso se fijaría en mí- dijo, moviendo la cabeza con pesar- ¡El hombre ha salido con MODELOS!
-No puedo seguir escuchándola- se quejó Lu, tapándose los oídos.
-Ni yo-asintió Mari-¡Alguien por favor hable de otra cosa!
-Ok,ok-nos calmó Georgi-¿Que nadie quiere saber qué pasó conmigo y el idiota?-fingió clavarse un cuchillo, como si se suicidara por nuestra falta de atención
Nadie habló. Todas centramos nuestras miradas en ella, intrigadas.
-Quieran o no, les contaré- dijo entonces nuestra amiga.
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Legamos al paruqe de diversiones e inmediatamente, me perdí con la persona que menos quisiera perderme. Zayn "idiota" Malik. Todo porque Louis arrstraba a Solange de la mano, casi corriendo, y apuesto a que era a propósito.
Los buscamos por un rato, pero, cuando nos dimos cuenta de que no los volveríamos a encontrar, nos resignamos a que tendríamos que apañarnosla juntos.
-Bueno, perra-dijo él, cruzando los brazos- nos quedamos solos....¿Qué quieres hacer?- Tardé unos momentos, sopesando las posibilidades. Cualquier juego menos el túnel del amor sonaba bien para mí.
-Vamos a la ontaña rusa- dije, una vez segura de mi decisión.
Me miró algo decepcionado y contestó:
-Ah...esperaba poder contradecirte, pero la montaña rusa es mi favorita- se llevó un brazo detrás de la cabeza para sacudir su cabello, mirando al suelo, avergonzado
Bueno...era la primera vez que coincidíamos en algo y me parecía algo extraño no tener que pensar frases de contraataque. Por suerte, la tregua duró poco.
Nos cruzamos con un chico que tenía puesta la radio. Estaba escuchando un partido de fútbol, Manchester City contra Manchester United. Así fue cuando estalló la guerra. Zayn apoyaba al United, mientras yo apoyaba al City.
No las aburriré con una larga discusión de fútbol, pero les aclraré una cosa: yo gané (al igual que el City, claramente)
Zayn estaba devastado, se había quedado sin argumentos en mi contra desde que Agüro marcó el tercer gol. Por más que el idiota siempre me ha agustado, amba verlo enojado e impotente. Amaba saber que yo tenía razón, pero amaba aún saber que él estab equivocado.
Como muestra de nerviosismo, no sé si por el partido o por mi paliza verbal, él sacó un cigarrillo del bolsillo, junto con unencendedor, y lo prendió. El humo que entró en mis limpios pulmones me hizo toser. Eso si no lo iba a permitir.
-¡Fui asmática!-chillé-¡No te voy a permitir que contamines mis pulmones, ni mi aire! ¡NO TE LO VOY A PERMITIR!
-¡Tranquila loca!- dijo sacándose el cigarro de la boca y tapándome la boca con la mano-¡creerán que te estoy matando o algo por el estilo!
Comenzó a mirar para todos lados, en busca de alguien que viniera a socorrerme.¿Quién se cree estes chico? ¿El centro del universo?
Le mordí el dedo para que quitara sus fuertes manos de mis labios y volví a gritarle.
-¡Pero eso es lo que estás haciendo genio! ¡Me dará cáncer de pulmón todo por tu culpa!-bufé- ¡espero que estés contento en mi funeral...si sobrevives para asistir!!!
Lo sé, me estaba pasando un poco. pero él debía sentir culpa, saber que a los dos nos haría mal el humo de cigarrillo e intentar dejarlo. Debí prever que él haría todo lo contrario...
-¡¡No eres mi madre, perra!!-gritó. Era la primera vez que lo oía gritar tan fuerte, él solía hablar en una voz bastante baja...
Pero eso no feu todo. Cuando creí que se había calmado, intenté comenzar a hablar. Querí pedirle disculpas, pero él pensó que lo insultaría y estalló en gritos de que pudiera emitir ningún sonido.
-¡Muérete, perra! ¿¡Qué más quisiera!?
Eswo sí había dolido, en lo más profundo de mi corazón. Podía soportar qué el me llamra por todo clase de nombres insultantes, que criticar todo sobre mi aspecto, mi música, mis gustos y hasta permitír que se burlara de mi equipo de Fútbol. Peor no esto.
Sentí un nudo en la garganta y sentí las lagrimas formarse en mis ojos. No podía demostrar debilidad alguna. No podía desmostrar debilidad alguna. NO podía dejar que él me viera así.
Me di media vuelta y comencé a caminar. Pocos pasos después, donde él ya no podría ver mis enrojecidos ojos, respondí a su injuria con más gritos. Si él jugaba duro, yo jugaria el quíntuple de duro.
-¡Quieres que muera, eh IDIOTA?- cgillé, gesticulando como una desquiciada- Bueno, ¡¡quizás lo haga!!